Siempre me ha parecido interesante cómo, desde una perspectiva adecuada, el ser humano es capaz de gamificar prácticamente cada aspecto de nuestra vida y de nuestra sociedad. Si hace años la desarrolladora Dinosaur Polo Club ya nos puso a los mandos de un arquitecto para construir líneas de metro, esta vez nos tocará usar carreteras para unir destinos. Hablemos de Mini Motorways.
Nada nuevo, pero si agradecido
Hablar de Mini Motorways es prácticamente hablar de Mini Metro, la anterior creación del estudio. Ambos son juegos de gestión de espacio y tráfico en espacios reducidos -aunque se vayan incrementando poco a poco conforme avanza una partida- conectando nodos. El componente arcade es palpable dentro de esta mecánica, pues nuestro objetivo es aguantar lo que nos de la vida para hacer crecer nuestra ciudad al tiempo que cumplimos con las necesidades del transporte.
Aquí, sin embargo, la gestión es distinta en cuanto a que no nos moveremos por metros subterráneos sino por carreteras. Puentes, túneles, rotondas, semáforos… elementos típicos de nuestro paisaje urbano, en definitiva. Sin semáforos, las carreteras funcionan como señales de ceda el paso; sin rotondas, el tráfico colapsa en las intersecciones más transitadas; sin puentes y túneles, es imposible superar a la naturaleza y sin autopistas, llegar de un lugar a otro puede ser un infierno.
Diseño por substracción
Aunque al final todo es simplificar a la vez que complicar el diseño de carreteras. El juego es una abstracción a su mínimo de lo que se necesita en este campo, aumentando la dificultad al añadir temporizadores donde debamos mandar coches. Muchos grandes arcades actuales se basan en esta misma reducción al mínimo de un concepto, ya sea Mini Metro, Traffix o similares. Sumándole un aspecto completamente minimalista además a la mezcla, a veces incluso eliminando el sonido durante las pantallas de nivel como hace Traffix, obtenemos un arcade para realizar partidas muy rápidas.
Da la sensación de que este estilo de juegos están especialmente diseñados para jugar en un sistema portátil como el móvil o la Switch, donde he probado el juego y funciona de fábula. Enciende, juega el tiempo que tengas y vuelve cuando quieras. Los objetivos en Mini Motorways buscan darle más profundidad, pero no son necesarios casi y son básicamente un añadido simpático para el total. Incluso el modo nocturno, donde las carreteras se presuponen están de noche, si lo pensamos fríamente el modo oscuro de los teléfonos móviles.
En resumen
Al final, Mini Motorways es un vicio. Soy más fan de los juegos estilo Traffix, pero tanto este como Mini Metro son excelentes pasatiempos para echar horas hasta agotar las ganas que tengamos de seguir dándoles caña. Puede que hagamos una partida rápida y luego volvamos, que le dediquemos una hora o que nos pongamos burros a sacar todo lo que el título puede ofrecernos… que no es mucho, pero lo suficiente para los amantes del género. Por todo esto, la puntuación que creo que se merece el título es un [70].