Menuda flipada de juego es Forza Horizon 2. Recuerdo que entre Roswell y Humphr3y me lo vendieron de lo lindo. Caí como una mosca. Siempre he sido más de arcade que de simulación, pero es que incluso tras haber disfrutado como un enano de Forza Motorsport 6 y sus exquisitos 60fps, pongo Horizon 2 y me encanta. “¡Cararero, póngame más!”
Cuando se filtró en Reddit el pasado mes de marzo que Forza Horizon 3 podría estar en desarrollo con ese código (“Microsoft.OpusPG (Forza Horizons 3”), me alegré sobremanera, especialmente porque quiero encender de nuevo mi Xbox One. Por algún motivo, siempre que veo películas o series en casa enciendo la PS4; ya sea para Netflix o con Blu-ray al final siempre acabo cogiendo el DualShock 4.
Es por ello que quiero motivos para encender mi Xbox One, porque tras un Quantum Break que no pienso tocar hasta que no cueste menos de 30 euros no sé a qué voy a jugar con ella, la verdad (hablo de obras exclusivas). Scalebound se va a 2017, que es lo que más me llamaba la atención, así que poco uso le voy a dar a una máquina con la que estaba realmente contento.
Pero vayamos al grano: Forza Horizon 3, por favor, en el E3 2016. Playground Games hizo un trabajo impresionante, que contó con posiblemente el mejor análisis que he leído en castellano del juego en AKB y que, para más inri, cuenta con una expansión de campeonato con la que me quito el sombrero. Si logran mejorar la tasa de refresco, un poco más de variedad en vehículos y los entornos de los escenarios pero manteniendo la misma base jugable, creo que estas navidades ya tengo un buen revulsivo para llevar lo mejor posible el retraso de The Legend of Zelda.