Si hablamos en tiempo de generaciones de consolas y no de años, el Amstrad CPC 464 es con el que más he aguantado sin comprar una nueva máquina, dos generaciones enteras, la suya y la siguiente, y no es casualidad.
En mi opinión, tenía muchos juegos de calidad y a precio muy bajo, sobre todo en los últimos años, cuando el mercado de la NES estaba muy asentado ya (salió un par de años después en Europa y las generaciones se solaparon).
Me compraron un verano este ordenador doméstico/mico-ordenador, con una magnífica pantalla de fósforo verde. Incluía un paquete con varios juegos. Puse en primer lugar el Game Over, me gustó lo que vi pero inmediatamente pedí que me cambiaran el monitor. El juego era muy espectacular comparado con lo que había visto hasta entonces en casa, pero ya tenía colores en mi Atari 2600 y no me iba a conformar sólo con verde y negro. Por suerte, mis plegarias fueron escuchadas y esa misma tarde fuimos a la tienda a cambiar el monitor por uno a color. Sólo eran 16 colores, pero por aquel entonces más que suficientes, y ciertamente, mejor que la otra opción.
Si en la Atari 2600 tenía sólo 3 juegos, en esta ocasión llegué a tener una colección que aún conservo de unos 50, una barbaridad para la época. Pero como he dicho antes, su precio no era muy elevado. Los últimos me salieron a sólo 20 duros la unidad (0,60€), entre los que adquirí joyas como el Hot Rod de Sega. Un amigo tenía un Amstrad con disquetera. Era la envidia de los demás, que utilizábamos casetes, pero a la larga, teniendo en cuenta el precio de los juegos en cada formato, vimos que compensaban los tiempos de carga a cambio de tener muchos más juegos.
El pack de regalo incluía 8 juegos con los cuales pasé bastante tiempo hasta que compré mi primer juego. La verdad es que era una muy buena selección, podría decir cuál era mi favorito, pero no cuál era el que menos me gustaba, disfruté muchísimo de todos ellos.
[Game Over]: Un juego de tiros y plataformas en el que manejábamos a un soldado en un planeta lejano luchando contra alienígenas. Se incluían las dos partes del juego. El primero más lineal, era mi favorito de los dos. El segundo, quizá un poco más bonito, comenzaba lineal como el primero, pero al entrar en la fortaleza alienígena enemiga se abrían varios caminos que daban pie a la exploración. El único motivo por el que me gustaba menos el segundo era porque dentro de la fortaleza enemiga me quedaba atascado, no sabía seguir por más que recorría la base entera de arriba a abajo. Seguro que me enganché en alguna tontería.
[Army Moves]: Otro juego que incluía las dos primeras partes. En la primera comenzábamos manejando un todo terreno que podía disparar misiles tierra-tierra y tierra-aire y saltar, algo necesario para librar los agujeros que había en el puente que cruzábamos al comienzo de la aventura. Tras la fase del coche controlábamos a un helicóptero. En la segunda parte comenzábamos en un río, manejando directamente al soldado, esta vez sin vehículos de por medio y saltando de roca en roca mientras esquivábamos las granadas que le lanzaban los enemigos desde la jungla. Una vez superado el río entrábamos en la base de los nazis. Una vez completado, ve invitaban a continuar la aventura en el Navy Moves, juego que nunca probé.
[Abu Simbel Profanation]: Se trataba de un juego de plataformas extremadamente difícil para mi en el que manejábamos a Johnny Jones, una bola rosa con ojos y patas que se internaba en el tempo de Abu Simbel para explorarlo. Por mucho que jugué, no conseguí pasármelo, pero sí avancé bastante, hasta cerca del final.
[Dustin]: Mi juego favorito del paquete, en el que manejábamos a un preso que debía escapar de una cárcel. Teníamos que trapichear con el resto de presos hasta conseguir el cartón de tabaco mediante el intercambio de objetos, que era lo que quería el preso que tenía las ganzúas. Una vez obtenidas éstas, sólo teníamos que ir al a puerta, abrirla, esquivar a los guardias y… ¿la libertad? No. Aún teníamos que deambular por la jungla esquivando panteras en un laberinto de vegetación hasta encontrar una barca que nos permitiera escapar definitivamente. La parte de la jungla no me hacía mucha gracia (y sólo conseguí encontrar la barca una vez), pero en la parte de la cárcel me lo pasaba como el enano que era.
[Don Quijote]: Fue mi primera aventura conversacional. En la primera parte, a la que no jugué demasiado y nunca completé, el objetivo era salir de la casa. Para jugar a segunda parte, más interesante para mi en aquella época, había que introducir una clave, «el ingenioso hidalgo», que se obtenía al salir de la casa (obviamente, un amigo me chivó la contraseña). Una vez empezábamos a jugar la primera pantalla sólo nos permitía ir al este. En la siguiente pantalla nos tropezábamos y recibíamos una herida en la pierna. Tras esperar a que se apartara el carro que nos impedía el camino comenzaba la verdadera aventura, con muchos caminos que recorrer, pueblos que visitar, posadas en las que dormir e incluso leones que evitar.
[Phantomas 2]: Aquí había que recorrer un enorme castillo con un personaje que me recordaba a Snoopy en su aspecto. Había que esquivar cepos, flechas, arañas y otros enemigos, así como encontrar llaves y activar interruptores. Era un juego muy completo en el que teníamos que explorar el castillo por sus múltiples caminos hasta encontrar el ataúd en el que descansaba el espectro del mal que había que derrotar.
[Camelot Warriors]: Este es probablemente al que menos jugué del todo el paquete. Manejábamos a un caballero en un pantano que se transformaba en rana tras interactuar con un mago. Transformados en rana podíamos bajar a las profundidades el pantano, lago o lo que fuera aquello hasta alcanzar un castillo que podíamos explorar de nuevo en forma humana.
[Nonamed]: Éste era otro juego de castillos, con esqueletos, dragones, cuervos y hachas voladoras en el que debíamos encontrar la forma de escapar. Como el anterior, tampoco jugué demasiado, pero también igual que el Camelot Warriors, resultaba bastante entretenido. Pero era otra época. Entonces me gustaban todos los juegos, independientemente de su calidad. No dejaba de jugar a los peores aunque tuviera otros que me gustaran más.
[Dinasty Wars]: Era un beat’em up de Capcom en el que podíamos elegir nuestro personaje de entre cuatro disponibles. Todo el juego transcurría a caballo que, junto con su ambientación en la antigua China, le daba un toque distinto. Probablemente no sea la mejor conversión de un juego de Arcade, pero a mi me encantaba. Por aquel entonces no había jugado al original de recreativas ni sabía que existía, así que poco me importaba si la conversión era buena o mala. Además, tenía la caja grande, que no tenía ningún efecto real sobre el juego, pero eso para mi era un plus.
[Impossamole]: Uno de mis juegos de plataformas favoritos de Amstrad. ¿Qué gracia tiene manejar un fontanero o un erizo azul si puedes controlar a un topo vestido de Superman equipado con bombas y lanzamisiles? El juego tenía 4 pantallas que podíamos jugar en el orden que quisiéramos y tras completarlas todas se desbloqueaba la quinta y última. Era un juego variado y muy divertido que completé en bastantes ocasiones. Siempre es uno de los primeros juegos que me vienen a la mente cuando recuerdo mis inicios con los videojuegos.
[Turrican]: Este es sin duda uno de los grandes juegos de Amstrad (también está en otras plataformas, entre ellas, la versión original del juego, de Commodore 64). Tiene unos gráficos espectaculares para la época, que no tienen nada que envidiar a los de los juegos de NES. Además, el juego era muy fluido, con muy buena jugabilidad, muchos enemigos distintos, muchas armas y con multitud de caminos secretos para explorar. El protagonista de este juego de tiros y plataformas con exploración es uno de mis marines espaciales favoritos, por delante incluso de Samus Aran. Si a alguien el apetece probar ahora, por primera vez, algún juego de Amstrad, ésta sería mi recomendación para esa persona.
[U.N. Squadron]: Es una conversión realmente buena de Area 88, un magnífico arcade de Capcom. De entre todos los Shoot’em Up que tenía para este micro-ordenador es mi favorito junto con X-Out (el que hablaré en otra ocasión). Tenía tres aviones distintos para elegir, cada uno de ellos con su propio piloto y con un tipo de disparo diferente. Solía jugarlo siempre a dobles con mi hermano, él manejando el F-14 Tomcat y yo el F-20 Tigershark, con un disparo más débil que el primero, pero más rápido. El otro avión disponible era el A-10 Thunderbolt, que no nos gustaba a ninguno de los dos, porque aunque tenía un disparo secundario aire-tierra muy útil, era mucho más débil que los otros dos.
[Turbo Out Run]: Todo el mundo conoce el Out Run de Sega, pero quizá sus continuaciones, Turbo Out Run y Out Run Europa, son menos conocidas. En este caso nuestro objetivo, conduciendo un Ferrari F-40, era cruzar Estados Unidos desde Nueva York hasta Los Ángeles en una carrera por etapas contra un Porsche 911. Al contrario que en el Out Run original, al final de cada etapa la carretera no se partía en dos y nos dejaba elegir. En lugar de eso, teníamos que completarlas todas, un total de 16 tramos entre distintas ciudades.
Yo tenía un pequeño problema con este juego. La mayoría de las veces, al completar la segunda etapa, se colgaba. Y si alguna vez tenía la suerte (había que tener mucha suerte) de que no me ocurriera, lo mismo me pasaba cerca del final del juego, al completar otra (no recuerdo cuál era). He pensado varias veces a lo largo de los años que a lo mejor, ajustando el azimut del casete, el problema se habría resuelto, pero si necesitara un ajuste, esa segunda pantalla imagino que no habría cargado en primer lugar. Lo resolví haciendo una copia de la cita con mi radiocasete de doble pletina. La copia me funcionó siempre a la perfección, de principio a fin y es por eso que la he añadido en la fotografía del juego. Misterios de la informática.
Y esto es todo por hoy. Aún me faltan mucho juegos por comentar de mi Amstrad CPC 464 que, si todo va bien, llegarán en futuras entregas de esta serie que estoy escribiendo. Como con estos juegos, serán comentarios breves, sin entrar mucho en detalle, más para darlos a conocer que para hacer un análisis a conciencia. El que quiera saber más de estos juegos puede encontrar multitud de vídeos en Youtube simplemente buscando «[título del juego] Amstrad». También comentaré alguna cosilla del manual de usuario, que más bien parece un manual del programador y del QAOP (u OPQA, como dice un amigo mío), que los más jóvenes no conocerán. Aún se me van las manos algunas veces al teclado con esa postura de forma inconsciente, a pesar de todos los años que han pasado.
Índice: > No es retro, es mi infancia (I): Atari 2600 Junior > No es retro, es mi infancia (II): Amstrad CPC 464 > No es retro, es mi infancia (III): Amstrad CPC 464 (Quizá algún día) |