Cuando se habla de la duración de un Videojuego suelen aparecer conceptos como diseño, argumento, rejugabilidad, opciones multijugador… Lo cierto, sin embargo, es que mi experiencia con los videojuegos que realmente me han mantenido atrapado a los mandos de mi consola u ordenador han esgrimido un argumento diferente y, a la postre, bastante más poderoso.
Han tendido una mano a mi, como jugador, buscando un puente con el que conectar el mundo virtual con el real, buscando alicientes que pudieran hacerme apreciar ese mundo artificial como algo más que un entretenimiento sino como un lugar en el que querer vivir, al menos por unas cuantas horas.
Ejemplos de experiencias como estas tengo muchos. Más allá de argumentos cuidadísimos, producciones intachables o bandas sonoras inolvidables, los videojuegos que acuden a mi memoria cuando mentalmente intento crear una lista de las mejores experiencias que he pasado con un videojuego son aquellas en las que mi subconsciente ha olvidado mi mundanal existencia y ha asumido el rol de un manager de un equipo de fútbol, de un comando de élite en misión suicida o de un joven héroe del que las leyendas auguran que será el salvador del mundo pero a través de los ojos del cuál el mundo supone una amenaza no mayor que el misterio y las posibilidades que se adivinan detrás de cada nuevo personaje, zona u objeto que podría encontrarse en el siguiente cofre del tesoro.
Entiendo que para los diseñadores de juego y para los que arriesgan el dinero tiene que ser complicado dar con una fórmula ganadora que consiga atraer al máximo número de personas posible. Ahí entramos en los refritos, que son simplemente intentos de ponerse a rebufo de apuestas que han dado un buen resultado comercial. No nos engañemos, lo de los videojuegos es simplemente un negocio, y por muchos récords comerciales que nos intenten vender, pocas industrias como la de los videojuegos tienen menos margen de maniobra. Los grandes publishers aguantan –bueno, THQ no, y SEGA es cada vez menos SEGA y más una sombra de lo que una vez fue -, pero los estudios de desarrollo, que son los que crean los títulos, van y vienen. Un gran éxito no asegura una silla caliente a la que volver al día siguiente. Solo hay que recordar algunas de las historias que hay detrás de algunos de los videojuegos más importantes de los últimos años – la agrupación de mujeres de empleados de Rockstar que protestaron por las condiciones de trabajo durante el desarrollo de Red Dead Redemption es un buen ejemplo de que no es todo oro lo que reluce.
Asumiendo que no hay fórmulas ganadoras es más fácil entender o, al menos, contextualizar, el rebrote de los videojuegos indies y del espacio del mercado que han ocupado. Quizá habrá los que ya se hayan acostumbrado a verlos como parte de las novedades de las tiendas online de PS4, Xbox One o Wii U, pero sin duda es todo un acontecimiento que los verdaderos juegos de garaje, realizados por equipos y presupuestos reducidísimos, tengan una visibilidad muchas veces superior a la de producciones millonarias. La calidad está también ahí, pero me gustaría destacar otro componente como el secreto del éxito de esos títulos indie: la frescura.
Pocos estudios están por la labor de arriesgarse con fórmulas no contrastadas con las que conceder un capricho al ideógrafo de turno y arriesgar un buen capital. Esas limitaciones no existen, sin embargo, en los chavales que ponen toda su pasión, horas de sueño y escasos ahorro en la gamejam de turno para crear un videojuego con el que engordar su portafolio y, quién sabe, quizá atraer la atención de alguna gran productora que les acabe dando esa visibilidad que les garantizaría un lugar, al menos temporal, en la Industria.
Decir que los videojuegos indie hacen avanzar a la Industria del Videojuego quizá sean palabras mayores. Soy más proclive a afirmar que los indie enriquecen a este conglomerado de fabricantes de hardware, gigantes vomitadores de Triples A, visionarios de la realidad virtual y amantes de las obras artesanas. Con esto no quiero negar que los videojuegos indie no sean lo mejor que le ha pasado a la Industria en los últimos años, porque en mi opnión así, pero la coyuntura actual está llena de matices.
Matices con el nombre de grandes empresas como Nintendo, que se han revelado como hábiles camaleones capaces de adaptarse a los tiempos actuales, apelando a diferentes frentes mientras conservan su vocación de creadores de videojuegos cuidados hasta el detalle. Solo hay que ver cómo han sabido conjugar con refritos como el recentísimo Majora’s Mask con nuevos juegos como el alabado Mario Kart 8, abriendo nuevos mercados como los Amiibo y creando refritos de consolas en el fin de su vida útil como la New Nintendo 3DS. Hace pocos meses muchos decían que Nintendo estaba muerta. No les culpemos, no todos tienen la visión empresarial de la Gran N, un buen ejemplo de que para sobrevivir no es necesario ser el más grande o el más fuerte, sino adaptarse al medio, como bien definió Darwin. En la práctica, adaptarse al medio de la Industria del Videojuego significa encontrar esa demanda comercial que nadie más ha cubierto, aunque esta pase por liarse la manta en la cabeza y comenzar a fabricar muñequitos aunque lo tuyo sea crear consolas y videojuegos.
Es por ello que me fascina que empresas como Blizzard o Rockstar sigan siendo capaces de mantenerse en lo más alto con fórmulas que pasan por la brillantez y por llevar los valores de la producción a lo más alto. Videojuegos como BlizzardDiablo III y, sobre todo, GTA V representan el éxito de una política en la que los Triples A son algo más que un buen montón de ceros. Son una declaración de intenciones de que los proyectos están acabados cuando realmente están acabados, y que el sacrificio de características no es algo negociable. El público responde – los más de 40 millones de copias vendidas de todas las versiones de Blizzard o GTA V es una prueba, y el éxito en diferentes generaciones de Diablo III y del propio Blizzard o Grand Theft Auto demuestra que Blizzard o la calidad no tiene la misma fecha de caducidad que otras fórmulas que, a la postre, se revelan como de usar y tirar.
La (pérdida de la) ilusión vs la frialdad de la industria…
Nos hacemos mayores, amigo.
Interesante reflexión, como siempre. 😉
Yo no creo que la industria sea mas fria ahora que hace 30 años. Las sagas que ofrecian año tras año las mismas mecanicas siempre han estado ahi. Lo que pasa es que tenemos ese extraño filtro que hace que los retro siempre fue inmaculado, excelente, epico, irrepetible, obra maestra y cualquier adjetivo superlativo que querais.
Pero si realmente somos objetivos y tiramos de memoria, nos hemos comido las mismas «lentejas» siempre. Antes y ahora.
Dentro de 30 años, Retrogamer hablara de esta epoca con la misma efusividad que lo hace ahora de los años 80… y aplicara ese filtro depurador que hace desaparecer todo la paja en cada generación.
Otra cosa es la perdida de ilusion y el hastio en el sector del cuarenton que ha dedicado su vida al videojuego. Obviamente cuesta encontrar la frescura y motivaciones de nuestros inicios, pero es algo inherente a nuestra condición como personas y no a la industria. Todo tiene un desgaste, y el emocional es el que mas nos resistimos a perder. El resto…. consecuencia de ello.
No estoy de acuerdo, hace 25 años al frente de los estudios, quienes cortaban la pana, quienes dirigian, eran los creativos, hoy lo son los departamentos financieros.
Y hace años para nada había tanta secuela, puede que unos pocos títulos tuvieran varias, pero ni era la norma ni lo que hoy es. Por aquella surgían nuevos títulos e ideas constantemente, hoy que casi se puede hacer lo que se quiera, se copían un par de formulas y «palante», hacer caja.
Estoy con Sendoh.
Sólo hay que ver a los juegos indie de hoy en día, hay muchísimos que me parecen increíbles y que ofrecen experiencias frescas e interesantes. El problema de los mainstream es que van sobre unos raíles que ya no sorprenden, porque van sobre seguro para conseguir unos resultados más o menos asegurados.
No es cuestión de filtros, Ros. Ni de que tengamos idealizados los viejos tiempos. Sencillamente es que antes se hacían las cosas con más mimo y ahora casi todo parece sacado de la cadena de montaje.
Ahora, que la industria es negocio y nosotros lo vivimos de otra manera, claro. Pero sólo con ver la ingente cantidad de supuestos AAA que se han pegado el hostiazo y las sagas que llevan tiempo aburriendo…
Y esta sensación, entre otras chungas, se tiene, o yo al menos lo percibo así, desde la «pasada» generación. Con juegazos, sí, pero alubión de Shooters y RPG’s; o juegos de coches que tampoco decían nada; o la casi desaparición de algunos géneros; o exprimir sagas mal y pronto, etc.
Demasiado Sota, Caballo y Rey. Demasiadas decepciones. Demasiados nombres, de juegos y de compañías que cuasi han acabado dando asco-pena los primeros o desapareciendo las segundas.
Y poquita imaginación, riesgo, innovación bien llevada… en software, me refiero, evidentemente.
Coño, que llevamos 15 meses de bluffgen y seguimos en bragas. Y miras lanzamientos y qué, poca leche.
A esto me refería con la frialdad. No es hamor gamer, es aburrimiento.
Opino como Sendoh y Kristian, hace 25 o 30 años los videojuegos se hacían mas por «amor al arte» que por ganar pasta (yo mismo hice varios juegos tanto en Basic como Código maquina para el disfrute de mi entorno, familiares y amigos sin cobrar por esos juegos, los hacía… «porque si»).
¿Secuelas?… muy muy pocas como bien dice Sendoh, pero a día de hoy… joder, hasta 4,5 o… «15» partes llevan algunas (XV… Final Fantasy).
Los videojuegos se hacían con mucho mas «mimo», y sobretodo… estaban ACABADOS y testeados, todo eso a día de hoy a desaparecido (maldito internet 😛 ).
Antes los videojuegos se creaban para el disfrute y el reconocimiento, (eso si, si luego caía algo… bienvenido era), pero a día de hoy… solo sacan videojuegos que sean rentables, MUUY rentables, solo piensan en pasta, pasta… y mas pasta (parecen sueños Italianos 😛 ).
Resumiendo, antes con 4 píxeles bien colocados y 2 politonos bien puestos… tenías un videojuego, que lo podías crear incluso tu en un garaje o en tu lúgubre habitación, y desde luego en lo que pensabas era «haber si me hago famoso» 😛 , ahora… bueno, solo hay que ver la industria, nada mas que decir.
PD: Los juegos «retro» antes obviamente no lo eran, eran «novedades», y te puedo decir una simple cosa ROSWELL, (he echo la prueba), he jugado a 20 títulos «retro» cogidos al azar, juegos de hace unos 25 o 30 años, e incluso los «peores» eran entretenidos, hice la prueba con 20 títulos no tan «retros» (de la generación de XBOX360/PS3 y PS2) y… algunos ni se sostienen así mismos, truños truños, y encima de esa generación (XBOX360/PS3 y PS2) los que tengo/tenía eran los «buenos» de aquel entonces, pero nada, estaban creados para disfrutarlos «en el momento», o sea, tal y como dice el artículo… «Videojuegos de usar y tirar», cosa que en el 90% de los juegos «retros» no sucede, prueba 😉
Un saludo.
Son opiniones, …. Tu estadística de que los peores juegos antiguos son divertidos, conmigo no funciona. Y mira que estas hablando con uno de los mayores fan retro de akb (eso si, muy objetivo). Me trago auténticos truñazos cada semana mientras repaso títulos en varias plataformas retro (arcade principalmente) .
En mi comentario he expuesto mi forma particular y personal sobre mi bagaje en el mundo de los videojuegos, de como lo he vivido, y de las conclusiones que extraigo de todo este tiemoo, pero insisto… Es una visión muy personal, y cada uno tendrá la suya particular.
Eso está clarísimo: cada uno mira los videojuegos y el entretenimiento de una forma totalmente diferente, dependiendo de su bagaje, de sus gustos, de sus experiencias pasadas…
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interesante manera de verlo. yo recuerdo cuando me compre mi primer juego de amiga 500 y me tire mas de dos horas viendo esas carátulas ( que desde mi punto de vista eran la repolla ) y al final escogí el volfield , (un juego de ir comiéndose la pantalla ) me tire con ese juego por lo menos medio año y no me cansaba de el, turrican 2 , risky World……juegos que me abre hecho 30 o 40 veces…..a los pocos años me compraron una SNES con el pack all stats, con sólo ese juego me tire más de un año, juegos que por algún motivó no cabsaban , tal vez por la sencillez y la historia de los juegos de aquella época, lo que si es verdad. que hay como dices grandes juegos ahora pero una vez que lo haces lo vendes o lo guardas para tenerlo cogiendo polvo.