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Pasando balance al E3 2010

El E3 2010, recién finalizado, me ha dejado una sensación extraña. Por una parte, parece claro que, mientras las grandes compañías quieran y les interese, la feria californiana será el mayor evento del videojuego del planeta, tras unos años en los que no se sabía bien qué papel debía tener el entonces diezmado E3. Pero ahora que ha vuelto por sus derroteros, las compañías han cambiado el chip: ya no lo utilizan para dar grandes sorpresas sino para presentar al GRAN público sus nuevos productos.


Nintendo 3DS, la gran triunfadora


Y cuando digo GRAN público no me refiero a los que seguimos la prensa especializada, sino a todo el mundo. Y es que tanto Microsoft como Sony no han escondido sus cartas y, a pesar de seguir conservando cartas hardcore del calibre de Gears of War o Killzone, ambas confían que Kinect y PlayStation Move les proporcione un pedazo de mercado extra que hasta ahora estaba monopolizando Wii. Y ese tipo de producto necesita toda la atención. Y si hace falta contratar al Circo del Solo a un showman, pues se contrata. Y si hay que regalar consolas, pues se regalan. No hay miseria.

Mientras, la que no hace mucho era la tercera en discordia, se gana a los aficionados con el producto más rompedor del E3 2010: Nintendo 3DS. Paradójicamente es una consola que no se puede enseñar en movimiento a los ávidos usuarios de youtube. Es decir, el mejor producto del E3 2010 sólo lo han podido ver en acción los que han estado en el Convention Center durante los días de feria. En la era de la Información Instantánea da que pensar.

Por supuesto, han estado presentes muchos juegos de gran nivel, aunque muy pocos de ellos no habían sido anunciados previamente y ninguno ha acaparado tantas portadas como el hardware. Otros títulos esperadísimos ni tan siquiera han hecho acto de presencia en el evento. Portal 2 para PlayStation 3, que diría Toño, un juego que, por lo que significó la primera entrega, ha disparado el hype. Es destacable que remakes de grandes juegos clásicos como Donkey Kong Country o GoldenEye hayan levantado tanta expectación. ¿Quizá porque los periodistas estaban un poco desencantados con las demos de periféricos eminentemente casual Kinect y PlayStation Move?

Quizá el E3 haya vuelto por sus fueros en cuanto a tamaño, pero se ha dejado algo de su identidad por el camino. Los responsables no son los organizadores sino las propias compañías, pero es dificil culparles cuando hace relativamente poco que el mercado de los amantes del Brain Training se ha destapado como mucho más numeroso – y rentable – que el de toda la vida. Chavales, id poniendo velas a San Benito porque como Kinect venda tanto como se pronostica, a los juegos hardcore les quedan dos telediarios. O dos E3.

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