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Patapon 1+2 Replay, la nostalgia tenía todo el sentido del mundo

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Mientras algunes suertudes se han escapado a la Gamescom, yo me tengo que contentar con saciar mi sed de videojuegos dándole al backlog.

Por cierto, antes de seguir, me gustaría compartir algo que yo no acababa de entender, y es por qué este Patapon 1+2 Replay está publicado por Bandai Namco. Los Patapon fueron desarrollados por el desaparecido Japan Studio, con la colaboración de Pyramid, bajo el paraguas de Sony. Al no existir ese estudio, Sony ha tomado la salomónica decisión de licenciar este remaster a Bandai Namco, que también se encargan de publicarlo. Los derechos, eso sí, siguen perteneciendo a Playstation.

Uno de los títulos que tenía pendiente es el recopilatorio/remaster de Patapon 1 y 2, quizá los juegos que más disfruté en la PSP. Estos juegos eran mágicos, y tenían la capacidad de venderte la consola, aunque no fueras un jugador habitual. Hubo un tercer Patapon, pero este no está incluído en este recopilatorio.

Las principales virtudes de los juegos de la serie Patapon era el tremendo carisma de los personajes, una suerte de Lemmings tribales, y su control, que se basa en combinaciones de botones que hay que realizar con un ritmo determinado para que funcionen.

Y es que los Patapon son videojuegos en los que se combina un control de juego musical con acciones más propias de un beat’em’up o juego de lucha: avanzar, protegerse, atacar… Una mecánica tan bien conseguida como adictiva, y los cánticos de los Patapones se cuelan por la vía rápida en el imaginario del videojuego, gracias a su carisma y personalidad.

Los juegos han sido recuperados con mucho gusto, y aunque no hay una actualización ni de la presentación ni de las posibilidades jugables, tanto Patapon 1 como el 2 se ven de vicio en PS5. He leído que en Switch, si juegas con la consola conectada al televisor, hay problemas de input lag, pero yo no he experimentado nada parecido en la máquina de Sony.

Patapon 1+2 Replay demuestra que la nostalgia que sentíamos por la franquicia era totalmente justificada. Sin demasiados arreglos, los juegos siguien siendo una fuente de diversión y adicción maravillosa. [80]

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