Las tareas domésticas en un treintañero están bien como excusa para escuchar el Carrusel Deportivo mientras «haces deporte». Por ejemplo, en vez de decirle a tu señora, oye, que me voy a escuchar el Athletic-Getafe por la radio, le sueltas «me voy a planchar». Quedas como un señor y lo que realmente haces es escuchar el fútbol, aunque de paso le des un par de pasaditas a la ropa.
Una de las tareas del hogar más pesadas es pasar la aspiradora. A menos que hagas a tu parienta disfrazarse como Freddy Mercury y comience así una fiesta erótico festiva. Pero por lo general el sexo femenino no se siente muy cómodo pasando el cacharro en lencería y con tacones. No entiendo muy bien por qué pero es así. Algunos hombres sí se sienten cómodos, pero esa es otra historia que nos tendría que contar Beckham…
A lo que vamos. Pasar la aspiradora y diversión. Pues sí, amigos, es posible. Aunque ya las hay por control remoto y con barras antivuelco que te dejan las esquinas más limpias que el plato del postre, su diversión es más bien pasajera. Pero con unas cartulinas, unos rotuladores y unos leds que compres en la tienda de tuning de turno te lo puedes pasar teta cañón. Atentos al vídeo.
Postdata: ¡Sí! Soy un calzonazos, ¿algún problema?