Tras este título tan jarripoteresco se esconde el enésimo título de franquicia Tomb Raider pero que pertenece a un tipo de juego totalmente distinto: de las plataformas enrevesadas e imposibles con disparos ocasionales a la copia regulera de God of War, con toques ICO y ángulos de cámara a lo Diablo. Tiene muy mala pinta, sinceramente.