Parece que Red Dead Redemption 2 no tiene techo a la hora de sorprendernos a cada paso que damos a sus mandos, tampoco parece tener fin y mientras tanto seguimos descubriendo mil detalles que nos dejan con la boca abierta.
Solo Dios sabe cuántas horas me costará acabar este espectacular juego de Rockstar que, a falta de ver gran parte de su trama principal, es desde el minuto uno, uno de mis juegos favoritos de la generación actual.
En este articulo voy a tratar tres puntos que se dejan ver y me parecen dignos de subrayar en rojo por su importancia. Durante las primeras 20 horas de juego me ha sorprendido como Rockstar intenta introducir un lenguaje muy novedoso a través de la jugabilidad, del tratamiento de la violencia, incluso el gran poderío a nivel técnico no es baladí.
Este transmite sensaciones y consigue conectarte con los elementos que ves en pantalla y con la fuerza visual, de hecho no voy a hablar del apartado visual fuera de estas pocas líneas, en resumen, lo que se ha hecho aquí es lo más tocho que se ha visto nunca hasta ahora. Con una iluminación que ríete tú de la nueva tecnología de Nvidia, unos efectos climáticos apabullantes y un sinfín de detalles que desencajan tu mandíbula constantemente, todo un espectáculo en Xbox One X.
La dura e implacable naturaleza y el digno tratamiento animal de Red Dead Redemption 2
El simple hecho de moverse por el vasto mundo de Red Dead Redemption 2 es melancólico, casi un ritual que nos transporta a un momento en el que el mundo no era de cemento y hierro, una catarsis emocional en forma de viaje personal que nos reconcilia de pleno con la naturaleza.
Por qué cuando agarro las riendas de Belleza (mi yegua árabe color blanco) no controlo un montón de chatarra que no me importa estrellar contra un muro, estoy viajando junto a mi compañera de aventuras y si a ella le pasara algo no estaría perdiendo un vehículo, estaría perdiendo a mi amiga. Por eso la alimento cuando toca y la cepillo cuando está sucia y la verdad, se le ve contenta, la quiero y estoy seguro de que ella a mí también.
Evidentemente estoy usando la hipérbole emocional con unas líneas de programación en forma de yegua, pero a eso juega Rockstar y consigue jugar con nosotros siempre, claro está, que nosotros entremos al juego que proponen. Pero no solo quiero hablar de mi yegua por qué aquí los pájaros cantan y salen disparados hacia el cielo en manada a tu paso, las mariposas revolotean y los conejos son capaces de cruzar un pequeño rio cuando se sienten amenazados por ti o por cualquier otro depredador.
Pero en la naturaleza también es dura e implacable y aquí es donde en Rockstar han demostrado una madurez y un respeto nunca visto hasta ahora en ningún otro título. La primera vez que su dureza me golpeó fue muy al principio del juego. En la segunda misión debemos ir a cazar, nuestra gente necesita comer y el personaje que nos acompaña nos regala un arco y nos avisa de que con el arma de fuego espantaríamos a cualquier animal a cientos de metros a la redonda.
Pronto llegamos a una zona donde había un par de ciervos correteando y buscando alimentos entre la espesa nieve. Me acerqué a hurtadillas entre los arbustos y apunté con mi arco al animal que estaba olisqueando el suelo y aquí la primera ida de olla -en el buen sentido- del juego, ya que podemos silbar para que el animal levante la cabeza pulsando arriba a la cruceta del mando, y no es ninguna vacilada de Rockstar ya que lo que el juego pretende es que consigamos un tiro limpio que acabe rápido con la presa.
Pero pasó que mi flecha no alcanzó ningún órgano vital del pobre ciervo y tuve que salir corriendo tras él siguiendo sus pisadas y su rastro de sangre sobre la nieve hasta que guiado por sus terribles gritos de dolor llegué hasta su cuerpo medio hundido en la nieve.
El animal gritaba, lloraba y se retorcía de dolor, pero lo más sorprendente fue el momento en el que estaba ya muy cerca, a escasos dos metros suyos. Nos miramos a los ojos y él giraba la cara para no verme, como un niño cuando tiene miedo y se tapa los ojos, Rockstar me estaba comunicando un mensaje muy claro mediante lo visual y yo no sabía que hacer por qué en mi vida he matado un animal, aquello era nuevo para mí y en ese momento sucedió; el juego acabó de bordarlo y apareció en la interfaz la opción de sacrificar al animal con mi cuchillo para acabar con su sufrimiento y de paso, también con el mío.
Ahora tenía que cargar al ciervo a mis espaldas y después lo tenía que subir a los lomos de mi caballo para llevarlo al campamento y al llegar allí me di cuenta que mi hombro y la parte de mi espalda donde había cargado al animal estaba llena de sangre y lo mismo sucedía con la zona de carga del cuerpo del caballo.
Una vez colocado el animal en el suelo tuve que cortarle el abdomen para sacarle la piel (sirve para hacer prendas y objetos) y de nuevo el juego tiene su increíble animación para mostrar todo este proceso de despellejamiento, de nuevo sin frivolizar en ningún aspecto durante todo el proceso, tanto en la caza, muerte, carga y despellejamiento y consiguiendo dignificar al mundo animal del juego y de la mejor manera posible, necesariamente gráfica y todo lo contrario a morbosa.
Porque aquí matar no sale gratis, es duro como en la vida real y en mi caso consigue que solo cace lo necesario e imprescindible, ya que cada animal pasa por este trámite por lo que, de nuevo aquí, no cambiamos cadáveres de animales por hamburguesas y chuletas ni por chalecos de piel en un proceso frío y automatizado. Lo mismo pasa cuando la víctima somos nosotros y un oso nos destroza en el suelo o cuando una manada de lobos nos rodea, también puede morderte una serpiente que acabará con tu vida si no lo tratas rápidamente.
También es impresionante ver como tu caballo se asusta cuando se acerca un depredador, las animaciones son estremecedoras, lo mismo cuando un caimán enrolla a una oveja distraída y se la lleva hacia lo más profundo del pantano, puedes ver como la presa intenta sin éxito escapar de su cazador y es ahí donde puedes ver lo implacable de la naturaleza de Red Dead Redemption 2.
Cuando en la introducción hablaba del lenguaje que emplea Rockstar en este título y cómo lo hace a través de lo visual también me refiero a las animaciones de todo, de cómo se mece la vegetación por el viento que la peina y como la iluminación y el clima nos hablan del mundo en el que estamos.
Pero sobre todo creo firmemente que las animaciones de los animales y la calidad gráfica con la que están representados hace el resto para que nos creamos que realmente están vivos y son una parte fundamental para que uno se una con lo otro, es decir, todo lo que os he explicado antes sobre mi experiencia con el ciervo es en gran parte posible por todo esto que os estoy comentado y no creo que en ningún otro juego sea tan imprescindible ni esté tan justificado este poderío visual para expresar todos estos detalles que intenta transmitirnos tanto en este, como en muchos otros apartados de la experiencia que intenta ser Red Dead Redemption 2.
Un juego para tomárselo todo con calma
El inicio de Red Dead Redemption 2 deja muy claro el camino que ha decidido tomar Rockstar para esta ocasión, un camino intencionadamente lento en el buen sentido de la palabra, yo diría que incluso tendenciosamente preparado para saborear a sorbos muy pequeños. Habrá muchos jugadores que vienen de GTA V y van a darse un golpe en los morros ante tal densidad y profundidad de opciones que ofrece el título, pero de eso hablaremos en el tercer apartado del artículo.
En la mayoría de juegos estamos acostumbrados a tener que lidiar con situaciones grandilocuentes como salvar a princesas, incluso al mundo, al universo y si hace falta a toda la humanidad. Pero, sobre todo, en las experiencias de la mayoría de los mundos abiertos vistos hasta el momento, tenemos la sensación de que si no vamos a por las misiones de la historia principal entramos en conflicto con la narrativa creando la famosa disonancia ludo-narrativa.
Esto nos hace preguntarnos qué diablos estamos haciendo recogiendo flores y disparando a palomas cuando deberíamos estar corriendo a toda leche hacia el lugar donde está esperando nuestra ayuda fulanito o menganito agarrado al saliente de una cornisa a punto de caer.
Normalmente los juegos tienen un objetivo y desde el principio nos dejan clara nuestra función y que papel tenemos nosotros en la ecuación que se plantea. Es algo que no es para nada un punto negativo y que de hecho el primer Red Dead Redemption hacía. Pero lo que nos plantea aquí Rockstar con la segunda parte, es una historia de huida hacia adelante en la que no existe un objetivo final y en el que sabes que al conseguirlo se acabó lo que se daba.
En primer lugar, por qué estamos en el bando de los «malos» y nuestra misión es sobrevivir al mundo que nos rodea y seguir viviendo como hombres libres en unas tierras en las que los forajidos ya no tienen cabida y las leyes empiezan a ser el nuevo testamento a seguir por y para la nueva sociedad que viene.
En segundo por que debemos conseguir que no nos atrape el gobierno de «los buenos» y estas dos situaciones consiguen que el paso del tiempo entre las misiones principales y todo lo secundario que puedes hacer, sea relativo e irrelevante y por lo tanto no tenemos la sensación de que estamos olvidando nuestro principal cometido y, por lo tanto, el tiempo. No hay duda de que esta fórmula se acerca a una manera más consecuente y acertada a la hora de plantear un mundo abierto.
Con esto se consigue que no nos duela sentarnos a tomar café mirando un amanecer o que nos vayamos a cazar cuando nuestro campamento necesite comida. Cuando hay que huir, se desmontan bártulos y se busca un nuevo lugar en el que aguantar un tiempo hasta la próxima vez que descubran donde nos escondemos, mientras tanto a beber al burdel, a pescar o a ver espectáculos sin remordimientos de conciencia.
Me sorprende haber leído en muchos sitios a gente que opina muy respetablemente, que este título no aporta nada nuevo al mundo abierto y que no es ninguna revolución fuera del terreno gráfico y desde mi punto de vista el juego tiene algún parámetro más cojo del que se podrían hacer algunos artículos bastante largos, pero la revolución está en esta calma a la hora de afrontar esta aventura y sentir que el juego te pisa los talones solo cuando el guion lo exige explícitamente, y deja al jugador que juegue a lo que quiera el rato que quiera y sin que la narrativa se resienta lo más mínimo por ello. Por eso me parece un gran avance y un buen puñado de granitos de arena lo que hace por el mundo abierto Rockstar con Red Dead Redemption 2.
Red Dead Redemption 2 no es para todo el mundo
Quien crea que está ante un GTA del Oeste no podría estar más equivocado y más de uno se va a llevar una desagradable sorpresa con Red Dead Redemption 2 por qué está muy apartado del último titán de la compañía. Estamos ante un juego denso y a menudo difícil de abarcar por toda una serie de reglas muy marcadas a nivel jugable, mecánico y estructural.
El inicio del juego se toma su tiempo para presentar a la plantilla y para contarnos todo muy poco a poco, desarrollando a Arthur y al resto de la banda a fuego lento, mostrando la evolución de cada uno de ellos durante toda la aventura sin ningún tipo de prisas por contar más de la cuenta y esperando a su debido tiempo para ir expandiendo la narrativa principal. Dejando
de lado este ritmo narrativo más íntimo y distinto del que nos tiene acostumbrado la compañía americana, si nos centramos en las mecánicas podemos ver que las cosas siguen por nuevos caminos a explorar con un manejo de armas más entre comillas y para entendernos, de simulación y un manejo de personaje más rudo de lo habitual.
Las armas son realistas y tardan en cargar y disparar, además aquí influye la barra de resistencia para apuntar y afecta sobre todo al apuntado con el arco que hace que mantener el punto de mira estable sea un enemigo más al que derrotar. Después de la macro campaña publicitaria de Rockstar con el juego muchos irán corriendo a comprarlo sin saber que esto que estoy explicando va a ser un problema, pero todavía hay más.
Por qué Red Dead Redemption 2 no es un juego fácil y no precisamente a la hora de superar misiones, más bien lo es por mil detalles a los que el jugador menos habitual deberá abrazar o morir en el intento. El hecho de que muchas mecánicas sean confusas y a veces un mismo comando de control se usa para diferentes acciones como coger objetos con el cuadrado para después registrar cadáveres se use el triángulo y pulses intuitivamente el cuadrado y empiece la animación de mover el cadáver puede frustrar a más de uno.
El sistema de testigos y recompensas puede ser otro hándicap para más de uno, por no hablar de que absolutamente todo tiene su respectiva animación, si abres un cajón, despellejas a un animal, enciendes un cigarro, limpias estiércol de cerdo, bebes de una botella, recargas el arma y millones de acciones así, todas tienen su pausa.
En mi caso todo esto me aporta realismo a la experiencia y disfruto limpiando el arma con aceite por qué el no hacerlo empeora su funcionamiento, disfruto acampando y haciendo café en la hoguera, por cierto, hay que comprar una cafetera para poder hacerlo.
En el juego hay distintos tipos de munición y casi todas se pueden comprar, pero también fabricar, y si queremos balas que hagan más daño podemos coger las nuestras y sentarnos para hacerles una cruz en la punta para convertirlas en munición de alta velocidad, pero ojo, como no podía ser de otra forma lo haremos de una en una.
Si puedes superar todos estos inconvenientes o por el contrario te parecen virtudes y sabes saborear este ritmo de juego, vas a disfrutar, fórmulas como las que vemos aquí no se ven todos los días y cuesta de creer que se la hayan jugado de esta manera después del éxito del primer Red Dead Redemption y de GTA V. Claro que puedes obviar todo esto, al igual que puedes no llevar alimento al campamento ni aportar dinero al fondo común, puedes pasar de pescar, de cazar y puedes comprar la munición directamente en las armerías, el juego puede jugarse igual, pero creo que te perderías gran parte del contenido.
Me encanta perder el tiempo buscando el mejor atuendo para la ocasión, así como arreglarme la barba cada pocos días. También suelo pararme a observar como los animales interactúan entre ellos y aún sigo buscando a aquellos 2 bastardos que me robaron casi 500 dólares en un callejón y después de bastantes horas de juego sigo moviendo el cámara maravillado por lo que veo en pantalla y me vuelvo a sorprender por cada uno de los cientos de detalles. Lo que más me preocupa es el tiempo que voy a tardar en acabar el juego, por qué cuesta no perderse en un mundo tan orgánico y maravilloso, sucio y cruel, pero maravilloso.