En el sector de los videojuegos está a la orden del día la reivindicación de la equidad en la representación de los personajes, tratando temas como el sexismo, la sexualización, la discriminación y en general la falta de representación, no sólo de la mujer, sino de muchos otros colectivos con distinta orientación sexual.
Lo cierto es que los videojuegos no son más que otro producto de nuestra sociedad y como tal proyectan los prejuicios con los que convivimos día a día, aquellos que podemos ver también el mundo del cine y la literatura, así como en otros aspectos de nuestras vidas. Sin embargo, aunque este tema pudiera dar pie a un trabajo de investigación extenso con cientos de páginas llenas de referencias y argumentaciones sociológicas, muy pocas personas lo llegarían a leer y es por eso que un vídeo reducido me ha parecido mejor opción.
En este vídeo me centro en tratar el término sexualización orientado a una cuestón de género masculino y femenino. Al hablar habitualmente de personajes femeninos sexualizados en los videojuegos, los contrargumentos vienen cargados del típico “pero este personaje masculino también está sexualizado”. He visto cómo se ha venido usando el término sexualizado de manera errónea ligándolo al simple hecho de que el personaje en cuestión enseña cacho.
Con este vídeo realizado en colaboración con Un Café con Daniel, pretendo aclarar lo que implica que un personaje de videojuego esté sexualizado, así como lanzar una pregunta implícita sobre lo que realmente supone la sexualización en el mundo de los videojuegos.