Reconozco que no he seguido demasiado a La Tierra Media: Sombras de Mordor. Solo me llamó la atención cuando el runrun de los favorables análisis pilló a mi timeline de Twitter totalmente por sorpresa. La gente empezó a hablar de él… y aquí estoy, haciendo lo propio tras haber jugado durante un par de horas en su versión para Xbox One.
Sí, no es mucho, pero tranquil@, no tengo intención de hacer un análisis y de evaluar al juego por mi experiencia. Solo quiero describir lo que han supuesto para mi las primeras partidas a este spin off basado en el universo creado por Tolkien.
Lo principal es la sorpresa que supone la ambición del planteamiento jugable. Sí, la base es un brawler con mucho en común con Ryse, pero sobre eso se monta un entramado en el que múltiples misiones y objetivos, tanto principales como secundarios, difuminan el siguiente paso a dar. Tengo que reconocer que al principio me agobié. Y mucho. Yo quería decapitar Orcos y el juego no paraba de presentarme tutoriales sobre lo que parecían mil y una mecánicas diferentes. La primera partida acabó con sensaciones muy enfrentadas; la segunda, que he podido disfrutar de forma más reposada, ha sido cuando realmente he podido apreciar mucho de lo bueno que tiene este Sombras de Mordor.
Lo primero, el combate. A pesar de que solo estoy utilizando, hasta el momento, dos botones para atacar – uno para el ataque en si y otro para agarrar -, el flow de los enfrentamientos se beneficia además de bloqueos o de maniobras evasivas, que están perfectamente integrados en el hilo de animaciones. Sí, hay un indicador de cuándo vamos a recibir un ataque que se puede bloquear, pero no se puede considerar un QTE dado que realmente no será obligatorio pulsarlo, sino que podremos esquivar o atacar para evitar el ataque. Los fatalities, otro evento en el que una animación calculada en tiempo real se disparará, acertadamente pueden interrumpirse en el caso de que queramos anular la amenaza de un ataque de otro rival.
Gráficamente, en general, es una gozada. Los Uruk, Orcos y demás fauna con mala hostia de la Tierra Media están representados con unas texturas cuidadísimas que bordean el fotorrealismo. Es cierto que los decorados, por lo menos los que he podido ver (repito, solo llevo 2 horas de juego), no son el paradigma ni de variedad ni de detalle, pero por temática tampoco lo requiere. Eso sí, los ojos agradecen que a nivel de personajes sí que se haya intentado ofrecer unos visuales dentro de lo que cabe esperar de esta generación de consolas. Destacar que el doblaje, del que no suelo ser muy amigo, es de nivel cinematográfico, lo que deja claro cómo de importante es este proyecto para Warner Bros Interactive.
La Tierra Media Sombras de Mordor me ha sorprendido gratamente, lo tengo que reconocer. En su línea, por potencial y calado de la franquicia, podría acabar convirtiéndose en el nuevo Batman, pero para poder estar seguro le tengo que meter un buen puñado de horas. A ver si Destiny me da permiso.