Tras leer la lección de historia sobre Sonic de la mano de Edu, lo único que queda es desmenuzar el juego ¿está a la altura? ¿demasiado hype o nostalgia para un juego normalito, ¿el mejor juego 2D de esta generación?. Sea como fuere ya os avanzo: es un gran juego pero no es perfecto.
Sega fue la primera gran compañía de videojuegos que entro en mi casa. Mi primer Sonic lo jugué en casa de mi tío hasta que en navidades me cayo mi propia Mega Drive, como ya tenia muy visto el Sonic 1 lo rejugué rápido y pasé a Sonic 2. Me enamoré de él desde que puse el cartucho y se iniciaba con el clásico «SEEEEEEGAAA«. Sus colores, sus músicas, su velocidad vertiginosa grabaron en mi memoria un recuerdo que aún perdura.
El tiempo ha pasado y muchos juegos han llegado de mi querido erizo azul. Sonic colors y Generations volvían a ese 2D añejo y querido por los fans de la saga y aunque era un gran 2D, algo fallaba.
El 3D era bueno, como los Sonic Adventure, y la unión de fases 3D con 2D era una idea arriesgada pero funcionaba bastante bien, aunque había algo en ellos que no acababa de cuajar, hasta que llegamos a Sonic Manía: un juego que vuelve al pixel gordo, a la velocidad, a los colores, a los bonus, a los fans.
Sonic: mezclado, pero no agitado
Sonic Manía coge aquella magia de los Sonics anteriores como Sonic 1, 2, 3, Knukles y CD y los mezcla entre sí, mejorando sprites, modificándolos, creando nuevos y haciendo que encajen bastante bien sin perder la compostura o irse de madre en sus 13 fases.
Un ejemplo de lo anterior son las 2 fases de bonus disponibles: la fase bonus del Sonic CD mejorada y la fase de Sonic 3. Cada una de ellas se accede de forma distinta: la primera a través de anillos gigantes escondidos, como los de Sonic 1 al acabar la fase con 50 anillos y los segundos a través de los checkpoints como en el Sonic 2 al tener 25 anillos ¿Empezáis a ver lo de mezclado pero no agitado? La fase de Sonic CD nos da las ansiadas esmeraldas y la del Sonic 3 no lo sé, no he conseguido pasarme ninguna de las muchas veces que lo he intentado, lo siento 🙁
Como base para la distribución de fases toma el estilo de Sonic 3 o Sonic & Knuckles, donde cada fase consta de 2 actos, cada uno de ellos diferenciados ya sea por música, decorado, enemigos o resortes en pantalla pero sin perder la esencia del acto en el que estamos. Otro ejemplo: en los actos más clásicos como Green Hill o Chemical Plant es curioso ver como en el acto 1 la música es fiel a la original, mientras que en el acto 2 es un remix de la misma.
Un gran juego, pero con fallos
Un pequeño fallo que me encontrado en mis horas de juego es el tema de las «muertes porque sí» cuando ciertos objetos o zonas del decorado, sin saber porqué, ni estar en riesgo de morir aplastado, el juego detecta que las colisiones laterales se activan y por tanto piensa que estas siendo aplastado, con la subsiguiente muerte. Solo me ha pasado con ciertos objetos y en cierto tipo de lugares, pero me parece curioso que pase cuando en ninguno de los anteriores tenia ese problema, al menos con los mismos objetos y zonas.
Otro de las cosas que me ha sorprendido para mal es la variedad de músicas: la mayoría son buenas (originales y remix) pero se me hace cuesta arriba venir de una fase con música cañera y comerme 2 fases siguiente (4 actos) con una música demasiado tranquila y que cuesta que encaje en dichas fases.
Siguiendo con «fallos» o puntos negativos encontramos cierta saturación en algunas fases, como Stardust Speedway, que llega a saturar y dificultar el juego al tener demasiados objetos o luces que se mezclan en la pantalla.
El abuso de loops, túneles o velocidad en varias fases llega darnos sensación de repetitiva y se agradece cuando topamos con alguna fase más de puzzles o plataforma. Incluso en la típica fase de agua tenemos loops y propulsores de velocidad, cosa que me rasca bastante al ser clásicamente lentas y tediosas por la falta de aire.
No todo es malo, las novedades también importan
La evolución del pixel art mostrado en este Sonic es de mérito, ya no solo por la fluidez sino también por la claridad y buen hacer de los artistas, para ello os muestro unas comparativas con sus anteriores juegos: han aclarado el color de los personajes y aunque al principio parece extraño, mejora en la mayoría de decorados al contrastar con fondos oscuros o claros.
La velocidad vuelve y creedme, velocidad de la buena, no llega a cotas como las de Sonic 2 pero poco le falta. La inmensidad de decorados es igual que antaño, los 60 FPS constantes y sin bajadas hacen que el juego sea una delicia jugarlo. La cantidad de mezclas en las fases tanto de objetos, enemigos o decorado puede parecer a primera vista un poco locura, pero el 90% encajan a la perfección y funcionan.
El apartado sonoro es digno de mención, tanto en sus remixs como sus músicas originales, aunque como he dicho antes, algunas no me encajan con su correspondiente fase, pero escuchadas fuera del juego suenan de maravilla.
Los guiños a franquicias anteriores son de agradecer como los carteles de «wanted» de Mirage Saloon Zone donde vemos a Fang the Sniper, Bean the Dynamite y Bark the Polar Bear, la fase boss de Chemical Plant o la posibilidad de acceder a las conocidas pantallas secretas de «Level select» «Sound Test» o «Debug mode» es de agradecer a los más antiguos fans de la saga.
Un vistazo a la edición coleccionista
Aunque las comparaciones son odiosas, la coleccionista de Generations está un poco por encima de esta, en mi opinión. Recordad que a pesar de tener edición coleccionista, el juego es digital, por lo que no existe juego físico en ninguna versión.
La figura de Sonic montado en una mega drive es de un plastiquete que, aunque parece de juguete, parece que ofrece bastante resistencia. La Mega Drive me la esperaba de un plástico y recreada con más calidad. La pintura mate y no brillante no ayuda mucho pero es un detalle que hayan escogido el primer modelo de consola y no el segundo para la figura. El sonido de la figura es alto y claro y esperaba que el botón de volumen fuera operativo, pero no es así.
El cartucho con el anillo está bien recreado y el anillo pesa igual que el de Generations. La decepción ha sido con la placa metálica: se dijo que el código vendría impreso en esta y al venir en un papel aparte pierde sentido tener dicha placa. Tiene el motivo del juego y está bien, pero no sirve ni para exponerla al no tener ni siquiera número de edición o nombre en volumen o algo que la haga especial.
Como extra os dejo las impresionantes portadas que ha hecho el artista Abel Muniz para encajarlas en un caja de Mega Drive y poner el cartucho que viene en la edición coleccionista del juego.