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Star Wars VII El Despertar de la fuerza: Palomitas, guiños y poco más

Quizás estas palabras no vengan a cuento, hace meses que se estrenó en nuestros cines Star Wars VII: El Despertar de la Fuerza, pero, sin embargo, hasta el día de ayer no tuve la oportunidad de ver la última entrega de la que para muchos space opera más importante de la historia, alejada esta vez de las manos de George Lucas.

Como casi siempre, no voy a extenderme mucho en el texto, menos cuando es una crítica a una película, terreno que no domino tan bien como el de los videojuegos, pero antes de continuar quiero aclarar que, pese a que Star Wars me gusta, tampoco soy un aficionado fiel a la saga. Su universo me resulta divertido, fantástico y creo que es una de las mejores spaces operas que jamás se han contado, aunque yo a nivel personal sigo prefiriendo la profundidad de BattleStar Galáctica.

Lo cierto es que me puse ayer a ver la película sin pretensión alguna, con el ánimo de pasar un buen rato en las algo más de dos horas que dura el filme, algo que la película consiguió muy bien, provocando que ni siquiera mirase el reloj en ningún momento. Star Wars VII va rápido no se detiene con grandes diálogos ni con relleno de ningún tipo y la acción y las diversas situaciones se producen de forma tan dinámica que no te da tiempo ni a respirar.

El problema de todo esto es que, precisamente, quizás vaya demasiado rápido, sin ponerse a reflexionar en algunos puntos y con cortes que evidencian que había bastante más material del que se ha mostrado en pantalla y que, quizás por miedo o a saber por qué, esta nueva película se ha dedicado más a contentar a los aficionados, a darles todo lo que querían en forma de guiños, apariciones estelares y sucesos no demasiado sorprendentes, que a contarnos una verdadera historia del universo Star Wars, algo que he notado sobre todo al principio de la película, pero que se puede ver en varios tramos a lo largo de la misma.

De todas formas, no confundáis esta carencia con que Star Wars VII sea mala, ni mucho menos, simplemente echo de menos algo más de peso argumentativo, encontrándome con una de las películas más ligeras de ver de toda la saga.

Eso sí, a nivel audiovisual es donde el largometraje pega un puñetazo en la mesa, tanto a nivel artístico como de diseño de los diferentes paisajes y escenarios, sin renunciar a la ambientación clásica del universo Star Wars, pero mejorando varios aspectos en los que podemos ver, como la sombra de un fantasma, la mano de Disney.

Esta mano también se nota con los personajes, más adaptados a todos los públicos y todavía con poco carisma por culpa en parte de querer agradar demasiado a los espectadores fieles a la saga, dejando muy poco espacio para que los nuevos protagonistas nos cuenten su historia, algo que podrá ocurrir en los próximos spin-off y entregas de la saga regular, por supuesto.

Pero, ¿qué sea una película ligera, palomitera y divertida quiere decir que sea mala? ¿Qué no debemos verla? Para nada. Mucha gente desde críticos hasta personas de a pie piensan que cada vez que van al cine o que compran, alquilan, o ven a través de Netflix una película, esta tiene que ser toda una obra maestra. Star Wars VII desde luego está muy alejada de este punto, pero es un filme que agradará a todos los aficionados de las películas de aventuras, es una peli que, sin pretensiones, consigue que esas más de dos horas que dura se nos pasen volando, sin tiempo siquiera de mirar el reloj dado lo rápido que ocurre todo, un largometraje con un montón de guiños que encantará a los fan de la saga y que cumple perfectamente su objetivo, entretener, divertir, y mostrar a las nuevas generaciones lo rico y divertido que puede ser el universo Star Wars. Desde luego, SWVII no pasará a estar entre mis películas favoritas de la historia, pero, lo que es divertirme, lo he hecho de lo lindo. [75]

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