No es que Los Sims sean santo de mi devoción. Es más, sigo sin encontrarle la gracia a está exitosa saga que veo como un Tamagotchi pero a lo bestia, por mucho que Kristian, mi novia y las hordas de fans que lo convierten en el juego de PC más vendido de la historia se empeñen en hacerme creer lo contrario. (más…)