Martes, 5 de la mañana - Ni los pájaros estaban despiertos aún, pero todo sea por la causa, con un poco de fuerza de voluntad me las apaño para estar en el aeropuerto a la hora. Eso sí, más perdido que la leche, no conocía a nadie, aunque preguntando se va a Roma, menos mal que Manu me reconoció y ya nos lanzamos a la aventura más acompañados. (más…)
