El mundo está siendo controlado por las corporaciones, ellas deciden qué se hace y cómo se hace. Muy poco lugares en la galaxia se pueden considerar independientes, mientras que nosotros buscamos revivir a un grupo de pioneros, congelados por un científico loco, para recuperar la libertad.
Somos lo que queremos ser
La introducción este texto puede hacer pensar que The Outer Worlds es un el típico juego del héroe contra el villano, donde todo comienza en nuestra contra, pero termina favoreciendo a medida que avanzamos. Nada más lejos de esta realidad. Primero que todo hablamos de Obsidian, lo que de entrada nos trae a la cabeza las letras RPG.
Sí, somos uno de los pioneros y sí, la galaxia está siendo gobernada por las corporaciones, pero estamos en una situación donde podemos hacer lo que se nos venga en gana, literalmente. Desde el proceso de concepción del personaje tenemos muchas libertades y opciones.
El sexo, las características faciales, el color del cabello, cicatrices, manchas. Luego pasamos a las habilidades, donde tenemos un rango bastante amplio. Inteligencia, sigilo, fuerza, mente, y cada una con subcategorías que nos permiten dar forma al personaje y al camino que queremos llevar en esta guerra de la aún no somos parte.
Camino libre
Una vez llegamos al planeta Terra 2 nos damos cuenta lo que realmente es The Outer Worlds y las referencias que trae inmediatamente a la cabeza. Fallout, Mass Effect y Borderlands son algunas de ellas, pero también New Vegas, en especial por el tosco apartado gráfico; pero de eso hablaré más adelante.
Comenzamos con un par de armas, un pequeño tutorial y una misión. De allí en adelante es nuestra decisión hablar con la gente para obtener misiones o simplemente abrirnos paso a tiros, con las consecuencias que esto trae. Para mi siempre es un dolor de cabeza este tipo de juegos, porque me gusta hacerlo todo, pero por su naturaleza, no va a ser posible.
¿Haces enojar a la persona equivocada?, pues se cancela la misión. ¿Matas al personaje incorrecto?, no hay recompensa para ti. Pero no todo es tan dramático, porque durante mis primeros pasos por el lugar hablé con tantas personas, que al final estaba con misiones hasta el techo. Quise ser un arrogante, desalmado, pero al final no pude, aunque lo intenté con algunos personajes que no me cayeron tan bien.
Un gran mundo por explorar
El título no se llama The Outer Worlds simplemente por ser elegante. De verdad tenemos muchos mundos por conocer, corporaciones por visitar y personajes que conocer. Obsidian realiza un trabajo genial enmarcando este universo. Tenemos personajes serios, otros más graciosos, conversaciones supremamente ridículas, pero que siempre motivan a seguir descubriendo lo que sucede en cada uno de esos lugares.
El tema de las corporaciones me recuerda muchísimo a Borderlands, pero desafortunadamente este juego no las maneja tan bien. Simplemente son empresas muy codiciosas, que tienen productos propios, pero no se diferencian mucho entre sí. El tema está más que todo en las facciones, la guerra y el control del dinero, además de los contratos que nos puedan ofrecer.
El universo de historias que personajes que nos ofrece The Outer Worlds es bastante grande. Llevo más o menos 8 horas de juego y solo he conocido tres planetas, y me faltan muchos más. Por eso hago la referencia a Mass Effect, porque el juego de Obsidian reavivó todos los recuerdos de la trilogía de Bioware.
Tomar, ajustar y seguir
Los fanáticos de los RPG saben lo que conlleva este tipo de juegos. Mucho loot, pero también muchos ajustes y personalización. En The Outer Worlds lo tenemos y por montones. Podemos mejorar las armas, la ropa que llevamos modifica nuestras estadísticas, el equipo que nos acompaña también afecta nuestros números. Todo juega en torno a las probabilidades y los resultados de nuestras acciones.
Es por esto que nos pasaremos gran parte del tiempo navegando por los diferentes menús o en cuanta mesa de trabajo nos encontremos. Claro que los que opten por el modo más alto de dificultad, supernova, tendrán que pensar en temas adicionales como dormir y comer.
Ese detalle del apartado gráfico
Algunas líneas más arriba lo dije. The Outer Worlds se parece a Fallout New Vegas, en especial por su apartado gráfico. En exteriores no luce tan bien y hablo de la versión que jugué, que es la de Xbox One. Supongo que en las consolas vitaminadas, la cosa cambia, pero en las versiones estándar desanima bastante y le quita gracia a ese elemento tan interesante que tiene el juego, como son los entornos.
Los personajes, las armas y los trajes lucen muy bien, de hecho los interiores se ven muchísimo mejor, pero una vez salimos a la calle, la cosa cambia bastante. A mi me tomó mucho tiempo acostumbrarme al tema, porque siempre tuve en la retina lo visto en los diferentes trailers del juego, que obviamente no eran de la versión que estoy jugando.
Con mucho juego por delante
No se cuanto me falta aún para terminar The Outer Worlds, pero creo que es mucho lo que viene por delante. Me quedan muchos planetas por descubrir, personajes por conocer y corporaciones que acabar o tal vez unirme a ellas, depende de cuánto estén dispuestos a pagar por mis servicios.
Para los que aún no están seguros de darle la oportunidad al titulo, les digo de una vez que lo hagan y si son poseedores del Game Pass, con más razón. Esto es Obsidian en lo que mejor sabe hacer. Un RPG que engancha y enamora, a pesar de que visualmente debe mejorar bastante.
Ganazas de probarlo.
Huele bien, veremos en qué queda.