En 1950, Alan Turing (a quien la informática moderna le debe mucho) se preguntó cómo discernir si una máquina tiene un comportamiento inteligente similar al de un ser humano o no. Propuso el Test de Turing, que da nombre al juego que tenemos hoy entre manos.
En el test, un humano se comunica a través de texto con otro humano y una máquina sin contacto directo, haciéndoles preguntas que ambos deben contestar. Si el evaluador no puede distinguir entre el humano o la máquina, esta última pasaría el Test de Turing y sería considerada inteligente. Con esta premisa y bajo el sello indie de Square Enix Collective, el estudio inglés Bulkhead Interactive ha lanzado hace sólo unos días The Turing Test para PC y Xbox One.
Bebiendo de los grandes
The Turing Test se une a la familia de juegos en primera persona centrados en los puzles, al que le han precedido títulos como Portal, Quantum Conundrum, Antichamber, The Talos Principle o The Witness.
Con sólo ver un par de capturas del juego se puede apreciar la influencia tanto a nivel artístico como jugable que el título de Valve ha tenido sobre él, siendo éste en mi caso el motivo principal que me motivó a comprarlo. Por otro lado y al igual que The Talos Principle o el mismo Portal, el componente narrativo goza de un papel fundamental, dejando entrever entre puzle y puzle pequeñas dosis de información que poco a poco van dando forma a una historia muy bien elaborada, tocando temas como la moralidad o la condición humana.
El juego arranca en una estación espacial orbitando Europa, uno de los satélites de Júpiter. La inteligencia artificial de la nave despierta a nuestra protagonista (Ava Turing) de su sueño criogénico, pues sus compañeros de exploración están en la base científica en la superficie y necesitan urgentemente de su ayuda. Al llegar a la base tras el descenso, Ava descubre que la base está organizada en diferentes habitaciones a modo de tests que sólo son posibles de resolver por humanos, por ejemplo usando pensamiento lateral. Al igual que The Talos Principle, los diseñadores nos propondrán progresivamente nuevas mecánicas que harán los puzles cada vez más retorcidos.
El elemento principal de la jugabilidad se centra en el arma principal de Ava. De la misma forma que Chell en Portal tenía la pistola de Portales, en The Turing Test tendremos una pistola que nos permitirá transferir bolas de energía de un lado a otro en cada habitación. Con esta energía podremos activar mecanismos de todo tipo como puertas, escaleras, grúas o plataformas, a los que se suman conectores de presión (como en Portal) y otros elementos ya de cara a la recta final que no revelaremos. La combinación de estos elementos confecciona cada puzle y dar con la solución a veces no es del todo trivial. Como los buenos juegos, la mecánica base es fácil de aprender pero difícil de dominar, aunque todo sea dicho no es excesivamente complicado.
The Turing Test, una maravillosa narrativa
En total, The Turing Test cuenta con 70 puzles divididos en 7 niveles. Adicionalmente, cada nivel cuenta con un puzle extra un poco más complicado que los anteriores. En mi caso, aproximadamente han sido unas 5-6 horas para terminarlo al 100%. La única pega que le he encontrado es que pese a que la complejidad de los puzles se va incrementando poco a poco, en ninguno de ellos me he atascado mucho más de 5 minutos. Los retos ni son triviales ni tampoco son especialmente complejos, complejidad que sí nos encontrábamos por ejemplo en The Talos Principle dónde algunos niveles estaban tan bien diseñados que daban ganas de alabar a sus responsables.
Donde sí funciona extremadamente bien es en la narrativa. Puzle a puzle, Ava y la Inteligencia Artificial irán conversando dejando caer poco a poco retazos de la historia. También nos encontraremos grabaciones de audio que han dejado los otros miembros de la tripulación. Al final, todo en conjunto irá dando forma a una historia de ciencia ficción realmente muy gratificante con algún que otro giro muy interesante. Eso sí, por el momento todo en inglés y la desarrolladora ha comentado en Steam que no tienen planes para traducirlo a otros idiomas, aunque ha abierto la opción a quien quiera para contribuir en la traducción.
The Turing Test, powered by U4
En lo técnico, el juego está desarrollado con Unreal Engine 4 del que se beneficia de cara a la iluminación que en general está muy bien conseguida. Con un estilo muy Portal (como podéis ver en las imágenes), el juego está diseñado con habitaciones separadas para los puzles de un tamaño muy finito del que se aprovechan para optimizar muy bien el rendimiento. De hecho, las especificaciones recomendadas en PC no son especialmente altas. Entre puzle y puzle de cada uno de los 7 niveles, los tiempos de carga están disimulados, habiendo sólo barra de carga cada 10 puzles.
En definitiva, la experiencia con The Turing Test ha sido muy gratificante, aunque quizás no tanto como con sus principales influencias: Portal o The Talos Principle, dónde hay puzles que sí suponen un mayor reto. A lo largo de sus 70 habitaciones, los diseñadores han sabido combinar todos los elementos que han ido añadiendo puzle a puzle pero, en mi opinión, les ha faltado el golpe de gracia con niveles que realmente pongan a prueba al jugador y donde éste pueda demostrar su dominio de todas las mecánicas y la interacción entre ellas.
Ahora que el juego está empezando a captar la atención de muchos jugadores, quién sabe si quizás se plantean niveles más difíciles de cara a futuras expansiones. Si disfrutaste con Portal o The Talos Principle, éste es el juego que estabas esperando para este 2016.[80]