Titanfall es una revolución. El nuevo FPS multijugador de EA y Respawn Entertainment está causando furor en todo el mundo y con razón porque estamos ante uno de los juegos más divertidos y adictivos que un servidor ha tenido el placer de probar jamás.
Es cierto que al principio había muchas personas que veían con cierto reparo el juego, pensando en que iba a ser un FPS más, un CoD más, sin embargo, casi todas esas personas han cambiado de opinión al hincarle el diente a la beta.
Particularmente he podido disfrutar de unas cuantas horas con Titanfall y mis sensaciones han sido muy pero que muy buenas. El juego mezcla un montón de conceptos y de detalles que agradan a los jugadores más tradicionales de FPS y que son capaces de satisfacer también a todos aquellos que ya estaban hartos de los clones de Call of Duty.
Y es que Titanfall mezcla lo mejor del gunplay del juego de Activision con el frenetismo y la velocidad de FPS Arena clásicos como Quake o Unreal Tournament y además añade una buena parte de ingredientes tácticos más particulares de un MOBA gracias a los Minion (personajes no jugadores que nos iremos encontrando en los mapas) que influirán más de lo que en un principio piensa en el transcurso de las partidas.
A medida que vamos gastando horas de nuestra vida en el título de Respawn vamos evolucionando de forma clara como jugadores. Durante las primeras horas nos limitaremos a ir a lo loco, buscando explorar los escenarios, matar algún jugador enemigo y probar a los todopoderosos titanes. Sin embargo a medida que nuestra experiencia con el juego suba iremos descubriendo todas las variantes tácticas que los Minion nos ofrecen y empezaremos a colaborar de forma más activa con nuestros compañeros de equipo. Eso sí, para saber todo lo que esta variante del juego puede ofrecernos aún faltan muchas pero que muchas horas de vicio hasta que la comunidad pueda descubrir todas las capas de la densa cebolla que parece que es Titanfall.
Como ya dije antes, el gunplay es excelente, no tendremos ninguna dificultad a la hora de apuntar o de hacernos con los controles del juego, algo bastante lógico sabiendo las personalidades que están detrás del título, pero, sin embargo, sí que notaremos que la dificultad de matar a los jugadores enemigos aumenta. Al principio los confundiremos con meros Minion y más tarde las pasaremos canutas para acertar a darle a los jugadores más experimentados que no paran de saltar de un tejado a otro haciendo tremendas piruetas dignas del parkour. Aquí es cuando veremos que Titanfall recupera esa vieja locura que tanto echábamos de menos y que acompañaba a la mayoría de los FPS de corte clásico hasta Quake 3.
Por último tenemos a los titanes. Sinceramente y en contra de todo lo que pudiera parecer estos grandes colosos son lo menos revolucionario del juego, sobre todo si ya hemos probado Mechwarrior o Hawken. Sin embargo, a nivel táctico la ventaja que nos dan estos colosos es bastante grande aunque si los estáis manejando no debéis de confiaros, porque un simple soldado puede lograr eliminaros saltando encima de vuestra espalda y reventando el centro neurálgico de vuestro Mecha.
Conclusiones
Podría hablar largo y tendido de Titanfall, un juego que tiene más capas que una cebolla y que tardaremos en descubrir un montón de horas todo lo que de verdad el título de EA y Respawn Entertainment nos puede ofrecer.
Eso sí, para resumir mi experiencia repetiré un trozo de mis impresiones, y es que Titanfall une los mejores conceptos de los FPS modernos con la locura que eran los FPS Arena al más puro estilo Quake, todo esto aderezado con un montón de variantes tácticas dignas de cualquier MOBA y, por supuesto, con los poderosos Titanes.
Yo que vosotros no perdería la oportunidad de jugarlo en cuanto salga a la venta, no os va a decepcionar.