Tunic es mucho más de lo que parece

Tunic, el juego de Andrew Shouldice, se presentó como una mezcla entre Zelda y Dark Souls. Al jugarlo se notan elementos de Monument Valley o Fez, pero al final termina siendo mucho más de lo que muestran las apariencias.

¿Ahora que hago?

En Tunic comenzamos solos, en un bosque, sin armas, protección o items. Desde ese punto debemos comenzar a investigar. ¿Qué?, no se sabe, el tema es más supervivencia que misterio.

Enemigos, personajes encerrados, puertas con llave, cofres. El lugar se encuentra lleno de elementos que no tienen sentido al principio pero que van tomando sentido a medida que las exploramos o encontramos partes del manual de juego.

Un manual que se encuentra escrito en un idioma extraño, pero con ciertos elementos que nos dan pistas de dónde y cómo avanzar. ¿El truco?, observar cada detalle.

La satisfacción de descubrir

Ya sea obtener una nueva arma o descubrir un nuevo terreno. Tunic sabe recompensar esos descubrimientos. Muchas veces se encuentran sorpresas en el mismo manual, que resulta mucho más interactivo de lo que parece.

Al entender esas pistas nos vamos dando cuenta que el objetivo principal no es ese. Es decir, no es obtener las piezas de colores, no es derrotar a los jefes, no es liberar al espectro. Tunic en sí es un gran puzzle donde cada elemento tiene su función.

Lo mismo sucede con los elementos que obtenemos. El manual nos da pistas, pero el entorno también. Algunas tarjetas que obtenemos pueden ser útiles en ciertos sectores, mientras que algunos objetos abren puertas a otras oportunidades. Todo depende de qué tanto queremos experimentar con lo que tenemos.

Si se parece a Zelda

Tunic si toma elementos de los juegos de Zelda en NES. El mapa, los vendedores, los secretos, algunos enemigos. El titulo sabe jugar muy bien con dichas mecánicas y además trae bonitos recuerdos. En mi caso los vendedores, era como transportarme a aquella época.

Aquí no tenemos corazones, pero se barras de salud, magia y estamina, que se pueden ir mejorando con objetos y «dinero», que no son rupias, sino cuadrados de color amarillo. La salud perdida se recupera con pociones.

El componente souls

Me embarqué en el mundo de Tunic aun teniendo a medias mi recorrido por Elden Ring y definitivamente comparten cosas. Las mecánicas de juego tanto en combate como cuando llega la derrota, como también la falta de información.

El juego otorga libertad total, aunque el acceso a algunos sitios dependen de cierta habilidad o herramienta. La dificultad no es tan alta, creo que al inicio puede ser frustrante, pero ya con espada y escudo la situación cambia bastante.

Me atrevo a decir que la dificultad es menor que la presentada en la demo de hace algunos meses y de la cual les dejo mis impresiones.

Todos los caminos conducen a Roma

Un componente interesante de Tunic es la forma como juega con el entorno. Un camino que parece bloqueado puede tener una entrada a través de un punto ciego. De nuevo, nada es como parece y el juego no limita en ese sentido.

En muchas ocasiones me sucedió que pasaba de la alegría a la decepción al notar que podía llegar al mismo punto del mapa sin necesidad de dar tantas vueltas, porque precisamente había una entrada en el punto ciego.

De ahí en más, nunca dejé de explorar una esquina o una forma rara que reflejara luz en una pared.

Una ternura

El apartado gráfico de Tunic es todo un acierto. El juego se ve muy tierno, como si no existiera peligro. Pero los enemigos si contrastan con la ternura, en especial los jefes, dando a entender que hay peligro en el lugar.

A eso se suma un apartado musical, sencillo, pero que complementa muy bien y que incluso hace parte del acertijo. Los cambios en el sonido terminan siendo señal de que hay algo importante en el lugar.

El juego invita a admirar cada uno de sus apartados, precisamente porque detrás de cada elemento se esconde una importante pista para abrir una puerta, superar un calabozo y entender el objetivo principal.

También debemos pelear

No todo es un paseo por el bosque. Cada sector nos presenta enemigos, con diferentes mecánicas, pero que se traducen en bloquear y atacar, muchas veces haciendo uso de la paciencia. Algunos enemigos atacan a distancia y aquí si debo poner algún pero.

Al obtener el gancho, dichos enemigos se pueden atraer hacia nosotros, pero de inmediato estos van a retroceder para recuperar su punto inicial y continuar el ataque, lo que es un fallo de la IA, por lo menos desde mi punto de vista.

Los bosses resultan mas complejos en cuanto a mecánicas y ataques, además de causar muchísimo mas daño y requerir mas precisión, eso si, nada que no se pueda superar con algo de paciencia, si, ese atributo de nuevo.

Conclusiones

Apenas estamos en marzo y ya hemos podido disfrutar de verdaderas joyas. Tunic es una más. Un juego que sobre el papel parece tierno y sencillo, pero que en el fondo esconde una complejidad muy interesante y que engaña totalmente, especialmente en su objetivo principal.

Un título que nos obliga a estar atentos al entorno y las herramientas, que invita a explorar y a experimentar, que frustra pero recompensa. Un verdadero acierto en muchos sentidos. Otro de esos juegos de 2022 que va a la lista de imprescindibles. Tunic no es lo que parece y si lo juegan me entenderán. [90]