No es que Nintendo se empeñe en llevar la contraria a las tendencias de la industria. Más bien se ha empecinado en hacer siempre algo único. Es verdad que cuando todas las compañías diseñaban consolas y mandos cada vez más complejos y con más botones, Nintendo echó el órdago y presentó al mundo la primera consola de sobremesa con un mando con apenas botones y que incorporaba el control de movimiento.
Y ahora, cuando todas están reduciendo (e incluso eliminando) todos los controles remotos, Nintendo va y anuncia para el 30 de noviembre el lanzamiento de Wii U, la consola de sobremesa que incorpora el mando más grande y más completo que jamás haya salido al mercado, el Wii U GamePad.
Los mini juegos de Miis que combinan la posibilidad de jugar con Wii U GamePad y los mandos de Wii en distintos roles que ofrece Nintendo Land están sobretodo orientados a jugar en compañía de amigos. Si tenía en mente antes de probarlos que eran una especie de Wii Sports que deberían venir de forma gratuita con la consola, tras jugar a algunos de ellos, sigo pensando lo mismo.
El jugador del Wii U GamePad hace de fantasma y es invisible en la televisión donde los cazadores han de buscarlo por el laberinto, siendo el único modo de hacerlo visible iluminándolo con la linterna. Es curioso y bastante divertido ver el aprovechamiento de la pantalla del mando de Wii U para enfrentarnos a otros jugadores. The Legend of Zelda: Battle Quest es a mi parecer el más soso (quizás decepcionante por el peso de su nombre). Se trata de una especie de shooter en tercera persona, muy poco dinámico, en el que ya sea con espada o arco se va avanzando matando enemigo tras enemigo. Y respecto a los mini juegos esto es todo, a pesar de que creo que había un par más para probar, el tiempo pasaba y quería jugar a los pesos pesados.
En los diez minutos que le estuve dedicando las risas no dejaron de asomar. Otro título que despunta jugado en compañía es Rayman Legends, posiblemente, y creo que no exagero, el juego del que más gente se quedó prendada y con el que más se disfrutó. Gráficamente supera lo visto en Origins en todo, tiene más colorido, es más rápido, mejor animado, todo fluye aún mejor, parece que estemos ante auténticos dibujos animados que podemos controlar. Teniendo en cuenta que Pikmin 3, al que le tenía ganas, se me escapó (una hora da para poco), tan solo me quedan por comentar los tres pesos pesados de los hardcore.
En la demo del Assasin’s Creed III podíamos jugar parte del nivel en el que controlamos un barco de la época en una impresionante batalla naval. Personalmente me decepcionó un poco pero creo que no es culpa del juego, al igual que con ZombiU, las condiciones que se daban no eran las más propicias para jugarlo. Hablando claramente me cosieron a cañonazos que ni sabia por donde me venían.
Dejo para el final, no por casualidad si no porque era el que más ganas tenía de probar, ZombiU que será con el que más me explaye. Lo que más destaca desde el principio es que es tremendamente oscuro incluso en los exteriores, lo cual me gustó mucho porque te hace estar en un estado continuo de alerta. De hecho estaba tan alerta que la azafata que acompañaba al juego y que nos explicaba su funcionamiento me dijo al principio “puedes avanzar más rápido un ratito que de momento no hay zombies”. Ese fue un momento que hirió tanto mi orgullo gamer nacido hace ya más de tres décadas, que me puse a correr en plan Battlefield y efectivamente pude comprobar lo que habían dicho del título, si juegas a lo loco estás muerto.
Levantando la vista, de casualidad pude ver en la pantalla del televisor que a lo lejos, no sé si porque me vieron u oyeron los disparos, unos zombies empiezan a avanzar hacia mí por el agua. Corrí por un muelle de madera sin saber muy bien qué hacer para ganar tiempo y poder hurgar en la mochila a la desesperada, pero tuve la suerte de encontrarme al final un rifle de francotirador – la exploración será muy importante – , “estoy salvado” pensé, pero estaba equivocado. Apunto con la pantalla del mando levantándolo y comienzo a disparar con muy poco atino y viendo como cada vez se me acercaban más y más. Cuando quise darme cuenta estaba rodeado y fui carne de zombie antes de poder reaccionar. Quizás cueste un tiempo acostumbrarse a mirar dos pantallas o saber cuando hacerlo a cada una, es una incógnita con la que me quedé a falta de más tiempo.
El Wii U GamePad, y a partir de aquí entro a hablar de lleno de los mandos, es tremendamente ligero y cómodo, la pantalla se ve sorprendentemente bien y responde perfectamente al menos hasta donde pude probarla, pero me encontré con dos fallos que no me esperaba. El primero es que los gatillos no tienen apenas recorrido, por las fotografías me esperaba que tuviera poco, pero es que tiene lo mínimo y para colmo al apretarlo la sensación que da no es todo lo buena que otros mandos ofrecen.
Me gustaría también hablar del Wii U Pro Controller. A la hora de jugar a Tekken tuve la oportunidad de probarlo. Es sorprendente también lo ligero que es, incluso con el cable que lo sujetaba a la urna de la consola (para que os hagáis una idea, aproximadamente tiene un peso similar al del mando de Xbox 360 sin batería). Es tan ligero que hasta parece un mando genérico sin marca (forma elegante para no decir “de los chinos”). Quiero ver esto como una “evolución”, como algo positivo, no porque se hayan usado malos materiales.
Entiendo que Nintendo ha optado por esta extraña colocación de ambas palancas en la parte superior del mando Pro por hacerlo similar a la tableta, aunque personalmente no me termina de convencer y hubiera preferido un mando más similar al Wii Pro Controller o al mando de Gameube, es decir, con las palancas donde las tiene PS3 o preferiblemente Xbox 360. Para ir terminando y quitar el cierto tono negativo del último par de párrafos, por las caras, las sensaciones y lo que la gente me comentó, dudo que alguien que haya probado Wii U saliera decepcionado, las sensaciones eran de ilusión.
Por el camino, tengo la sensación que se perdieron muchas cosas, como algo difícil de definir en la industria de los videojuegos, pura diversión, ilusión, llamadlo como queráis, pues bien, adivinad donde lo he ido a encontrar. Nintendo para lo bueno y lo malo sigue siendo Nintendo y a pesar de reinventar con gran éxito sus licencias una y otra vez conserva esa pizca de algo especial que hace que sin olvidar a mi querido Sonic, empiece a mirar con otros ojos a la Gran N y decida darle un voto de confianza.
Además de toda esta nostalgia que ha provocado en mí probar Wii U, no podemos olvidar algo muy importante, Nintendo da un enorme salto hasta los títulos más punteros y actuales de la actualidad atreviéndose a plantar cara en su propio terreno, con sus propias herramientas, a Sony y Microsoft. Nintendo es la que más arriesga, es la que más innova, y en esta ocasión con el único objetivo de recuperar a sus jugadores perdidos y ganarse a muchos nuevos.
Ahora no tenemos excusa, la nueva propuesta de Nintendo funciona e independientemente de nuestra edad podemos ver Wii U y sus juegos con los ojos de un niño o con los ojos de un hardcore gamer, pero ya sea de un modo u otro tenemos la experiencia de juego única y exclusiva a nuestro alcance junto un catálogo de lanzamiento quizás de los más variados que muy pocas veces ha ofrecido consola alguna. Con un apartado técnico similar o superior al de las consolas actuales, a un precio parecido y las novedades suficientes como para hacerla más atractiva, por seguro esta nueva consola triunfará.
Un saludo especial y mi agradecimiento a David Caballero, redactor jefe de la estupenda web Game Reactor, por permitirme asistir al evento y por lo atento que estuvo en todo momento.
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