Ahh, Shibuya. El distrito/ciudad de Tokio más trendy, cuna de uno de géneros musicales japoneses que más traspasaron fronteras y que tantas veces se han visto sus calles recreadas en los videojuegos. Lo que no me esperaba hasta hace relativamente poco, es que volvería a recorrer este icónico lugar jugando a una nueva entrega de The World Ends With You.Y es que después de una espera de catorce años, por fin tenemos la secuela de uno de los juegos más originales que pudimos disfrutar en nuestras queridas Nintendo DS.
Vuelve el “Juego de los Segadores”
Lo cierto es que la premisa es prácticamente la misma que en la entrega original. Básicamente nuestros protagonistas están atrapados (por haber fallecido) en un juego a lo «Battle Royale«, pero por equipos, llamado «Juego de los Segadores«, en el que tendrán que cumplir misiones diarias que servirán para sobrevivir durante «la semana» que dura la competición. El equipo que gane, básicamente revivirá.
Esas pruebas a las que nos enfrentamos lo cierto es que son bastante variadas. Digamos que, a falta de mazmorras, la estructura de lo que puede ser un día en el juego se asemeja a esa mecánica tan clásica del JRPG. Y es que no solo hay que luchar, también hay que hacer backtracking en los distintos escenarios para desbloquear eventos que nos harán avanzar en nuestra tarea diaria, Y sin olvidar otros elementos RPG, como comprar ropa que cambiará nuestros atributos o accesorios que, al equiparlos, se tratan de técnicas que utilizaremos en combate.
Además hay alguna que otra mecánica exclusiva de cada personaje de nuestro grupo y que tendremos que utilizar en ciertos momentos de la aventura. Por ejemplo con estos “psicopoderes”, que es cómo se llaman en el juego este tipo de habilidades, tendremos la oportunidad de retroceder en el tiempo o reconstruir imágenes con ayuda de los joysticks para transmitirlas a ciertos NPC y así recuerden algo que nos atañe y nos permita avanzar.
Eso sí, a pesar de todo, la sensación que da el modo aventura es que nos guía quizá demasiado. De hecho los barrios en los que ese día no haga falta ir, se nos prohibirá la entrada, delimitándonos el camino de manera evidente. Vale que un JRPG es lineal en esencia, pero en esta ocasión he notado que la historia nos lleva muy de la mano.
Se le notan ciertas costuras en algunos apartados…
Eso sí, todo suena bastante bien a priori. Pero ¿qué tal cuando nos ponemos a los mandos? Pues la verdad es que me llevé un chasco bastante grande durante los primeros minutos de juego. Primero porque el apartado gráfico deja bastante que desear a estas alturas (no se ve mejor que juegos como Jet Set Radio, la verdad). Además hay ralentizaciones varias en algún que otro escenario que, a simple vista, no deberían pasar. Aún con todo, el tema gráfico no debería ser un punto que nos haga descartar a este juego. Pero se nota que este apartado va muy justito.
Después de esta mala impresión inicial, tenía ganas de probar la mecánica principal de NEO: The World Ends With You, que son los combates. Y también me llevé otra decepción porque los primeros enfrentamientos se basan en machacar los botones del mando. Estaba preocupándome. Además tampoco ayuda que se nota que el juego tiene el presupuesto justo. Es cierto que el toque de Tetsuya Nomura está más que presente y de manera inspirada en mi opinión. Además hay buena música y un componente coleccionista que puede llegar a ser muy satisfactorio. Pero la historia se narra principalmente en pantallas estáticas sin más, y sin apenas diálogos doblados.
…pero el combate es verdaderamente TOP
Aunque ya digo (y volviendo al tema del combate), aunque se le noten las costuras a NEO: The World Ends With You en más apartados de los deseados, me ha impresionado muchísimo cómo evoluciona el sistema de combate gracias a la utilización de los más 300 pines de habilidades que podemos conseguir durante todo el tiempo que dura nuestra aventura.
Por supuesto, como cada personaje jugable se puede equipar hasta un pin, tenemos vía libre para hacer las combinaciones de habilidades que necesitemos para salir airosos de los numerosos combates en los que batallaremos. Así podemos asignar un pin de curación a un personaje, otro que haga ataques a distancia mientras alguien tenga un pin de ataque cuerpo a cuerpo. Las posibilidades son muchas, aunque es cierto que si jugamos en la dificultad normal no nos hará falta experimentar mucho con las combinaciones, más allá de algún jefe que nos ponga las cosas difíciles.
Eso sí, cuidado con seguir pensando que esto es un machacabotones, porque no es realmente así. Siguiendo un poco el estilo transgresor y original del combate de la primera entrega, a falta de la doble pantalla, esta vez se ha optado por un estilo de combate que es igual de original. Como ya digo, cada personaje tiene un ataque asignado en los diferentes botones del mando, del que si optamos por apretarlos sin ton ni son se nos penalizará dejándonos vendidos, ya que cada ataque tiene un límite de usos seguidos y necesita recargarse. Para que no nos pase eso, deberemos utilizar esos ataques de una manera organizada que, además, nos premiará con la posibilidad de ejecutar movimientos especiales.
Acabando
El juego es larguísimo (más de 30 horas si solamente nos centramos en la historia) y los combates son divertidísimos. Todo se nota muy contemporáneo, como pueden ser los problemas del día a día que nos van haciendo saber los personajes del juego o simplemente leyendo las conversaciones de móvil que seguramente nos sacarán una sonrisa en más de una ocasión (gracias en gran parte a la localización al castellano de esta entrega, algo de lo que carecía el original). Además la música gustará a la mayoría de jugadores y ameniza muy bien nuestras caminatas por una Shibuya que se podría ver mejor, pero que tiene personalidad. Encima no es necesario haber jugado a la primera parte, aunque premia a los que sí. Por lo tanto no creo que hayan muchas excusas para no darle una oportunidad a esta secuela que muchos dábamos por imposible. [85]