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Todo el mundo debería probar Valkyria Chronicles

¡Atención poseedores de una PS3! Abrid la moleskin por la página “Videojuegos cuya compra debería plantearme” y escribid en mayúscula este nombre: Valkyria Chronicles. No voy a decir que sea uno de los mejores juegos del año, que lo es, sino que probablemente sea el mejor título publicado por SEGA desde hace mucho, mucho tiempo. Y llamadme lo que queráis, pero creo que es el título con mejor historia y dirección, y con mayor personalidad desde MGS4: Guns of the Patriots.

Para mi ha sido una gratísima sorpresa encontrarme con un título de este calibre, a final de año y, además, cuando no me lo esperaba. Es un título exclusivo de PlayStation 3, innovador, inteligente, difícil, gráficamente brillante, con una banda sonora espectacular y con una historia cautivadora. A veces parece una película por su diseño gráfico, por su forma de contar la historia, pero en su interior esconde un título de estrategia pura y dura que ha sabido añadir elementos del rol y un toque de acción para conformar una experiencia de juego que todo poseedor de PS3 debe, como poco, probar.

Algunos de los miembros de la Milicia que podrás alinear en las batallas

La historia nos lleva al año 1930, a un escenario ficticio, la ciudad de Gallia, que se ve en medio de una batalla entre las dos potencias europeas en liza por controlar un poderoso mineral, el Ragnite (que sirve tanto para curar como fabricar tanques). Nuestro papel es el del joven Welkin, hijo de un héroe nacional que quiere ser profesor y está obsesionado con la naturaleza, que regresa a su ciudad natal cuando ésta se ve inmersa en medio del conflicto que amenaza con destruir la paz de sus compatriotas.

Toda la historia de Valkyria Chronicles es narrada usando un libro de Historia, “En el frente de Gallia”, que sirve como interfaz principal del juego. Cada capítulo del libro contiene varias secuencias cinemáticas largas, entre dos y cuatro escenas cortas y una batalla. A través del libro también accederemos a otras funciones del juego, como para grabar partidas, entrenar las unidades, formar un escuadrón o participar en escaramuzas que nos servirán para ganar experiencia y dinero.

Y en este preciso instante es dónde debemos remarcar los dos elementos fundamentales de la obra de SEGA que lo convierten en un título único. Gráficos y sistema de combate. En cuanto al acabado visual, sólo tenéis que ver las imágenes. El juego es una película de animación y de las buenas. Todas las imágenes están realizadas con el consabido cel-shading pero con un toque distintivo en las texturas que ofrece mayor naturalidad y la apariencia de estar dibujadas a mano y una a una.

Destacamos también que el diseño artístico es precioso, con algunas escenarios muy típicos, pero con otros absolutamente sobresalientes, o que las animaciones de los personajes en los momentos de combate no desmerecen. Además, y esperamos que sirva de precedente, tiene una dirección cinematográfica exquisita y que no se deja arrastrar por los tópicos cimentados durante los tres últimos lustros por el rol nipón. Todos estos elementos reunidos conforman uno de los títulos más bellos que podamos visualizar en PS3. ¿Qué no tiene tantos polígonos en pantalla como World at War? ¿Qué no muestra el acabado de texturas de Resistance 2? Pues no, obviamente, pero no le hace falta y os diré por qué: porque le sobra personalidad.

El otro elemento únco es el sistema de combate. Aunque por su aspecto nadie lo diría, Valkyria Chronicles es un título de estrategia. Así como lo oís. Mezcla algunos conceptos de rol, muy bien implementados, y un toque de acción porque nos ofrece cierta libertad a la hora de apuntar. Pero es un título de estrategia por turnos. Disponemos de cinco clases distintas de unidades (exploradores, guerrilleros, ingenieros, artificieros y francotiradores) comandadas por los jefes de batallón. En cada turno disponemos de dos tipos de puntos: de movimiento y de acción. Los de movimiento son los que nos permiten cambiar nuestra posición en el mapa; los de acción, los que nos permiten luchar contra el enemigo o sanarnos. Podemos mover una misma unidad dos veces en el mismo turno; podemos mover una unidad, atacar, y volver a moverla. Podemos hacer que vuelva a la retaguardia y se quede un par de turnos curándose. Podemos…

Las posibilidades estratégicas son múltiples y nos permiten una amplísima variedad de acciones y de movimientos. Sólo hay que tener en cuenta que los enemigos nos dispararán siempre que entremos en su radio de visión, a excepción de cuando estamos en modo combate (pulsando el botón R1), cuando la acción se pausa para que podamos apuntar sin que nos acribillen. Por tanto, hay que saber resguardar muy bien las unidades antes de que se le acaben los puntos de movimiento, hacerlas progresar por los caminos menos peligrosos, ser cautelosos cuando exploremos el escenario y rezar para no encontrarnos con un tanque (a menos que vayamos con el nuestro). Una vez que hayamos acabado con los puntos de movimiento, nuestro turno acaba y le toca mover fichas al contrario. Igualmente, atacaremos de forma automática a todos aquellos enemigos que pasen por delante del radio de visión de nuetras unidades (además sin nuestra intervención).

El toque rol viene por la posibilidad de entrenar a nuestras unidades y mejorarlas, en que tienen atributos que los hacen más o menos útiles dependiendo de las circunstancias de batalla (atributos tan variados como que su rendimiento mejore si está acompañado de personajes de determinado sexo o que empeore si se encuentra en un espacio abierto porque es alérgico al polen). Podemos controlar su equipamiento, la evolución de cada una de ellas, investigar nuevas armas, comprarles mejoras… Y el toque de acción viene dado por la perspectiva en tercera persona cuando es nuestro turno y por la necesidad de ser finos apuntando para restar vida al enemigo con eficacia.

Es complicado describir el sistema de combate con palabras, pero es un sistema sencillo de aprender, fácil de ejecutar y de poner en práctica, y que poco a poco nos irá obligando a dar lo mejor del estratega que llevamos dentro. Tendremos que combatir en batallas muy duras y muy largas (no os podéis imaginar cuánto). Afortunadamente, y como recomiendan en el primer tutorial, podemos y debemos grabar antes, durante y después de los combates. Creedme, lo vais a necesitar porque en cuanto las cosas se complican, comportarse como un pardillo en el campo de batalla se paga muy caro.

Y tras todos estos párrafos hablando maravillas del juego, supongo que debo destacar lo menos positivo, pero el juego es un bloque tan bien formado que es difícil criticarle por hacer esto de una o de otra forma, o por no tener esta o aquella funcionalidad. No. Tal vez lo peor de todo sea que el juego no está traducido al castellano (pero tiene subtítulos en inglés y de un nivel bastante asequible), la ausencia de opciones multijugador y que cuando estás con él se te ocurren un millón de formas de mejorarlo y de convertirlo en un juego incluso mejor (uso del mapa, distribución de ciertas misiones, mayor libertad al entrar en modo apuntado…). Pero no le hace falta. Ya lo hará en futuras entregas, por cuya aparición hemos puesto ya dos velitas a su correspondiente Santo.

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