20€ es el peaje que te separa del regreso de uno de los plataformas más icónicos de Master System, la consola 8 bits – cuando aún tenía sentido medírtela en bits – de Sega. Wonder Boy: The Dragon’s Trap (1989, Sega/Westone Bit Entertainment) regresa con sus mejores galas. Y es maravilloso.
El hábito hace al monje
Yo no tuve esta máquina, pero tengo unos recuerdos casi místicos jugando a este Wonder Boy en casa de un amigo y flipando con la posibilidad de transformar al protagonista. Sin duda, The Dragon’s Trap está por delante de otros títulos míticos como Alex Kidd, al menos en mi escala personal. La gente de Lizardcube ha cogido el mítico juego y le han dado una capa de pintura brutal. Visualmente grita a los 4 vientos que está cuidadísimo gracias a los diseños y animaciones realizados a mano.
Para potenciar el efecto, con la pulsación de un botón podremos «regresar» a los gráficos originales, posibilitando una comparación que deja en muy buen lugar a esta revisión de Wonder Boy: The Dragon’s Trap. El lavado de cara, sorprendentemente, rejuvenece todo el paquete, convirtiendo una partida a este juego, originalmente lanzado a final de los años ochenta, en una gozada a muchos niveles. Si visualmente está hipercuidado, a nivel sonoro se puede decir otro tanto. Si tienes una Switch, PS4 o una Xbox One (en PC sale en Junio) y te gustan los plataformas clásicos, te lo recomiendo muy fuerte.
No te lo pierdas
De la misma forma que no puedo aplaudir a The Disney Afternoon Collection alegremente, este Wonder Boy: The Dragon’s Trap es una recomendación fácil. Por cierto, desde la página web de Lizardcube se pueden acceder a un buen montón de materiales sobre el desarrollo de esta revisión del clásico, incluyendo información sobre la colaboración con Ryuichi Nishizawa, el creador de la franquicia.