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Y sin embargo, yo lo daría todo por poder sentir…

A mi me gusta ver cuadros, visitar museos. Es decir, me encanta visitar edificios como el Louvre, con su estatuas representando a los grandes artistas cuyas obras se albergan en el interior(¿a alguien más le recuerdan al menú de selección de personaje del Kingdom Under Fire?), su doble pirámide, etc. Yo no entiendo de pintura, pero hay cuadros que me atrapan, me obligan a intentar introducirme en ellos, en el pensamiento del pintor, en qué sentía cuando lo realizó, qué es lo que quería expresar con ellos… Pero, exceptuando unas pocas obras, a mí los cuadros, por regla general, no me emocionan. ¿Entonces porqué se me ponen los pelos de punta cada vez que veo el anuncio de Gears of War?

He buscado en la util página de la Real Academia Española, la RAE, la definición de «arte». Las diferentes acepciones son las siguientes:

arte.
(Del lat. ars, artis, y este calco del gr. τέχνη).
1. amb. Virtud, disposición y habilidad para hacer algo.
2. amb. Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.
3. amb. Conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer bien algo.
4. amb. Maña, astucia.
5. amb. Disposición personal de alguien. Buen, mal arte
6. amb. Instrumento que sirve para pescar. U. m. en pl.
7. amb. rur. Man. noria (ǁ máquina para subir agua).
8. amb. desus. Libro que contiene los preceptos de la gramática latina.
9. amb. pl. Lógica, física y metafísica. Curso de artes

A no ser que la vista me juegue una mala pasada, que todo podría ser, en ninguna de ellas se menciona la palabra «Sentimiento». Es decir, que, siempre según la RAE, el arte no tiene porqué emocionar.

Hace tiempo escribí en este blog un artículo en el que defendía el porqué considero que los videojuegos no son un arte. Resumiría mi punto de vista con mi convencimiento de que toda obra alterada por el público al que está dirigida deja de ser arte: arte, considero, es la obra recién creada, en su estado original. Y jugar a un juego, por su naturaleza variable, dista de ser algo estático. En dicho artículo también dejaba claro que considero que todos los elementos que conforman un videojuego (gráficos, música, animaciones…) sí que pueden llegar a ser considerados obras de arte de forma individualizada, incluso combinándolas en algo estático como una intro… O un spot.

El spot de Microsoft para promocionar Gears of War en nuestro país ha conseguido lo que a otros les provoca el admirar el David de Miguel Ángel o La Última Cena de Leonardo DaVinci: emocionarme. Y eso que las imágenes sin música no dejan de ser eso, imágenes de un juego de guerra. Quizá sea mucho el mérito de la música, «Mad World» de Gary Jules, pero el conseguir que lo último que piense el anónimo espectador es que está visionando algo relacionado con el videojuego, cuando así es, es algo emocionante para la Industria. Y más si tenemos en cuenta que se trata de un shooter, algo bastante alejado de lo que se considera un producto Casual para todos los públicos.

Lo que quería remarcar es que el spot es un anuncio sobre el juego, no el juego en si. No tiene indicadores de vida, no tiene contador de balas, las cámaras son diferentes… Es como esos trailers de películas malísimas que te enganchan y que hacen que vayas a ver esa película porque te guste su anuncio, aunque tus amigos, que ya la han visto, te prevengan contra ella. Con ésto no estoy diciendo que Gears of War sea peor de lo que el anuncio muestra, sino que quiero poner en evidencia que la experiencia de jugar al juego es diferente a la de visionar el trailer. Son especialidades diferentes que provocan sentimientos diferentes. Y con las intros pasa lo mismo: ¿Porqué los desarrolladores acuden al formato película para arrancar la lágrima fácil? Yo opino que es porque es una forma de controlar la experiencia del jugador.

Si olvidamos de la definición de la RAE, y aceptamos que el arte debe emocionar, este anuncio sería el argumento que yo escogería para defender que los videojuegos no son un arte. Y es que no hay videojuego que garantice que vayamos a sentirnos durante la partida como durante el minuto y poco que dura este anuncio en las escenas interactivas. Y es que imaginaros que el soldado del anuncio, controlado por el jugador, se pusiera a saltar aleatoriamente como si esquivara balas en los primeros Counter-Strike ¿Provocaría las mismas sensaciones? Yo estoy convencido que no.

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