Reseña: Neva, un cuento maravilloso

Nomada Studio regresa tras Gris (Nomada Studio, 2018) con Neva (Nomada Studio, 2024), un juego que recupera un estilo visual innegociable y muy reconocible, responsabilidad de su Director Artístico, Conrad Roset, pero con una propuesta más potente y redonda que la de su predecesor.

Contaba Conrad para los micros del indispensable podcast Reload que cuando crearon Gris, uno de sus objetivos era que acabara siendo un videojuego que resultara atractivo para la gente que normalmente no juega a videojuegos. En mi opinión lo consiguieron, y sus ventas fueron lo suficientemente potentes como para que se animaran a hacer un segundo videojuego.

Con un ritmo pausado, unos visuales preciosistas y una música increíble a cargo del grupo Berlinist, que repite en este Neva, Gris fue una grata sorpresa, de los videojuegos más elegantes que se han creado en este país.

Con Gris, en cualquier caso, Nomada propuso algo diferente, pues Gris es un juego de puzles presentado de una forma excepcionalmente bella. Neva es otra cosa. Es una aventura con un componente narrativo muy importante; también es un juego de plataformas, con algunos tramos exigentes que hacen que me pregunte si Nomada realmente pretende que los no jugadores se sigan subiendo a su carro.

Y también es un juego de acción, quizá por encima de todo. Los combates son protagonistas en la epopeya de Alba, la chica que acompaña a Neva, el animal mágico que da nombre al juego, protagonizando los momentos más exigentes de este título.

En cualquier caso, las menos de 5 horas que me ha durado Neva, jugando con mucha calma y repitiendo bastantes de los combates y algunas de las zonas de plataformas más exigentes, han sido una verdadera delicia. El juego no tarda en abrazar tan fuerte a tu corazón como Alba abraza a la pequeña cría tras esta perder a su madre en la secuencia inicial del juego. Qué viaje más emotivo, más bonito, más inolvidable. El cuento de hadas de Nomada Studio es una maravilla que ningún amante de los videojuegos debería perderse.

Y los que aún no lo son, con Neva correrán el riesgo de enamorarse irremediablemente de un medio que ha engatusado a Conrad y compañía lo suficiente como para «obligarles» a hacer un segundo videojuego. ¿Habrá un tercero? Ojalá. [90]

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