Yakuza Dead Souls es puro amor pixelado en HD

Yakuza Dead Souls es un spinoff de la carismática franquicia de mafiosos nipones de Sega. Combinando el atractivo japonés de la serie Yakuza con el tirón de los zombies, la creación de la compañía que dio a luz a Shenmue es un producto que, definitivamente, no es para todos los públicos.

Si la saga original, a pesar del acabado de Triple-A de todos sus capítulos, está enfocada a un público muy determinado, este Dead Souls está dirigido a fans de Yakuza que, además, sean seguidores del género de los Zombies. Un subconjunto de jugadores quizá demasiado específico para conseguir un megaventas, pero no seré yo el que se queje. Porque me he enamorado de Yakuza Dark Souls, un juego que combina el amor por lo japo con la acción más retro , con el coleccionismo y con los zombies.

Con un tirón comercial muy discutible, si eres de los que gustan del subgénero de los no-muertos y de la acción con sabor añejo de los que crecieron con el Q, A, O, P y ESPACIO, sabrás disfrutarlo como lo que es: una delicatessen. Este título no reniega de sus orígenes y mantiene un cuidadísimo apartado gráfico – especial atención al modelado de los personajes -, una ambientación 100% nipona y pocas concesiones a los jugadores casuales. Las brutales voces en japonés original, ese detalle enfermizo en las caras, en las animaciones, en los minijuegos o en los anuncios publicitarios, en armas con munición infinita, en camisas abiertas, en guiños a Hong-Kong.

Yakuza Dead Souls transmite por todos sus poros que tiene como referencia a Dead Rising y en él apoya muchas de sus mecánicas de juego, empezando por el hecho de que los zombies siempre van en grupo. También contamos con la posibilidad de recoger y utilizar un gran número de items, repartidos por los escenarios, que podrán ser utilizados como armas para acabar con los no-muertos. El hecho de que muchos de los personajes secundarios sean estrafalarios y no dejen indiferentes a nadie sería otra de las señas de identidad del juego de Sega. A medida que vayamos liquidando zombies y completando objetivos se nos asignarán puntos de experiencia que podremos canjear por nuevas habilidades, al más puro estilo RPG. Otro toque RPG es que en todo momento se anima al jugador a que se embarque en la exploración de ítems que podremos guardarnos tanto para usar como para coleccionar. Vamos, poca cosa: tan sólo horas y horas de adicción sumergida en un cocktail que, literalmente, es imposible de encontrar en un bar que no esté regentado por una compañía como Sega.

La acción es de puro arcade, a las recreativas como Die Hard Arcade, pura adrenalina y disparos a mansalva coreografiados por el strafing, la técnica de combate con la que me amamantó Ikari Warriors en esas interminables tardes-noches-madrugadas en las que las partidas a dobles se alargaban hasta límites insospechados. Este Yakuza juega en otra liga, en otra generación, pero sus sensaciones son eminentemente 8-biteras cuando, armado con dos pistolas y balas sin fin, empiezas a acribillar a hordas de zombies que no paran de hacer respam mientras no paras de moverte. Es un guiño de lujo al incomprendido The Club, es puro clásico metido con calzador en un juego de nueva generación. Es amor pixelado camuflado en HD. Pero, para muchos, será un amor imposible.

Yakuza Dead Souls es como las mejores recreativas: un juego que se disfruta tanto jugando como viéndolo jugar. Visualmente es una gozada, y sólo las continuas secuencias de carga consiguen limitar el efecto de babeo. Yakuza Dead Souls se queda a medio camino entre el juego grande con cosas que decir y un título incomprendido. Si eres muy fan de Yakuza pensarás noche y día en él. Pero si a ti la franquicia de los mafiosos nipones nunca te ha llamado la atención y únicamente te has fijado en este juego por la promesa de acción + los zombies, que sepas que aquí la mezcla ha quedado tan retro y tan japo que provocará rechazo instantáneo a los más casuals y una atracción fatal a los hardcoretas de medio pelo. Avisado estás.