Madrid Games Week abrió sus puertas al público de manera oficial este fin de semana. El jueves (fecha reservada a profesionales) junto a mi compañero TenzinHasekura, pude darme un garbeo por el recinto para probar las novedades de la industria.
El temor de ambos era que, tras una edición en la que el producto estrella fueron las dos nuevas consolas de sobremesa de Sony y Microsoft, la cosa fuese más bien flojita. ¿Se cumplieron nuestras sospechas?
Este año, Madrid Games Week se ha trasladado a un pabellón más grande, intentando solucionar los problemas del año pasado, ya que los días de mayor afluencia resultaba agobiante pasear por la feria. La sensación que nos da al entrar, por tanto, hace pensar que nos encontramos ante un evento plagado de stands, pero en cuanto nos damos una vuelta, descubrimos que simplemente se ha aumentado la separación entre los mismos, dando una sensación bastante pobre (a lo que no contribuye en nada el suelo de cemento, sin cubrir, en contraste con la moqueta de la edición anterior).
De las «tres grandes», Nintendo ha ocupado toda la parte de la entrada a la derecha, donde el protagonismo se lo lleva la enorme pantalla gigante preparada para retransmitir las partidas de Super Smash Bros for WiiU. Tenemos la oportunidad de probar también los títulos que están por llegar, como Capitán Toad, Kirby, o Yoshi Woolly World. Resultan incomprensibles cosas como que la demo de Bayonetta siga siendo la misma que la del año pasado (la que se puede descargar en la eShop para jugar en casa calentito) que una de las novedades más deseadas, Splatoon, solo pueda jugarse a intervalos entre las 10 y las 12, o que la demo de Super Smash Bros for Wii U, el claro candidato a tirar del carro de Nintendo esta navidad, fuese la misma que en el E3, con una plantilla muy pobre, donde ni siquiera están todos los iniciales de las demás entregas. Todos estos juegos ya pudimos probarlos en el evento posterior al E3 al que asistí, por lo que, al ser las mismas demos, podéis leer mis impresiones sobre los mismos en la entrada correspondiente.
Mención aparte merece la zona de 3DS, completamente abandonada, relegada a la parte de atrás del stand, y con elecciones sin sentido para probar, plagada de diversos títulos de lazamiento (Nintendogs, Super Street Fighter IV…) donde Monster Hunter 4 era el único atractivo en mitad del erial de novedades.
Justo en frente de Nintendo, Sony ocupaba la mayor parte del recinto con sus 2000 metros cuadrados de stand. Destacaba la zona PlayStation Arena, en forma de anfiteatro, con gradas enfrentadas a una enorme pantalla destinada a retransmitir diversas conferencias o las partidas multijugador que se disputarán a lo largo de la feria.
A su alrededor, podíamos disfrutar de diferentes puestos habilitados con una PS4 para probar algunos de los últimos lanzamientos (Driveclub, Alien Isolation, Sombras de Mordor, The Evil Within…) y parte de las novedades que están por llegar, como Dead Island 2 (a servidora le pareció más de lo mismo), Bloodborne, Until Dawn (al que solo me asomé un poquito, por cagueta) Resident Evil Revelations 2 (sorprende lo desapercibido que pasó a pesar de ser primicia en Europa. ¿Indicativo de que no es el camino a seguir por Capcom?) o el esperadísimo The Order 1886, que contaba con una demo especial a puerta cerrada, y que fue uno de los puntos de mayor concentración de colas a lo largo del día. De este último, sorprende la calidad gráfica, sobre todo en el apartado de las texturas; la niebla, por otro lado, me pareció excesiva en algunas zonas, aunque no tengo claro si será una característica que aparezca durante todo el juego o estará limitada a algunos lugares. Sabéis que no soy mujer de shooters, por lo que, sinceramente, el juego me llamó poco la atención, y la demo era bastante cortita y tampoco daba mucho de sí.
Caso aparte es Bloodborne. Mis convicciones e intenciones de mantenerme impertérrita ante esta nueva generación se vinieron abajo en cuanto pude catarlo. Gráficamente me pareció espectacular: se nota el cuidado puesto en el movimiento de la capa del personaje, hecha jirones, o en el titilar de las luces de las antorchas y las fogatas. Toda la ciudad desprende una especie de vapor neblinoso que acrecienta la sensación de estar en un lugar peligroso e infestado de criaturas malignas. El diseño artístico es simplemente sublime: edificios, personajes, enemigos, la luz de la luna, los reflejos del fuego… Pura maravilla.
La tasa de frames, durante toda la demo, se mantuvo estable (¡aleluya!) y es algo que, visto el despropósito que fueron sus precuelas espirituales en consola, ya tocaba. En cuanto a la jugabilidad, la esencia de los Souls se mantiene. Decidí elegir el personaje más equilibrado, que contaba con un arma en cada mano y una pistola. Con los gatillos, podía realizar ataques normales o fuertes (y más lentos), además de disparar, teniendo cuidado de no malgastar la preciada munición. No sé si el hecho de ir ya «curtida» tuvo algo que ver, pero Bloodborne se me antojó bastante más fácil que los anteriores juegos, y eso que, al no contar con un escudo, mi única defensa era rodar y esquivar. Los puntos con mayor concentración de enemigos quedaron solucionados echando mano a un par de cócteles Molotov que hicieron que ardieran sin tener la más mínima oportunidad contra mí. Los papeles se invirtieron y, en vez de tener espadas acechándome al doblar cada esquina, encontré enemigos de espaldas, sin inmutarse, oteando el horizonte. Sensación agridulce en este aspecto.
El resto del espacio de Sony lo ocupaban los proyectos de su fantástica iniciativa PlayStation First, bajo la que se acogen numerosos estudios y desarrolladores amateur que producen títulos para las plataformas de la compañía nipona. Tuvimos la oportunidad de echarle un ojo a los 25 finalistas de esta edición y poder votar por nuestro favorito, participando a la vez en un sorteo de una PS4. En la misma zona, un puñado de PSVitas pasaban totalmente desapercibidas ofreciendo indies ya muy manidos, como TxK o Super Stardust. Para terminar, un pequeño espacio reservado a Little Big Planet 3 y la nueva entrega de Invizimals, títulos que, a pesar de su respaldo comercial, a mí personalmente me resultan bastante aburridos, y que tampoco parecieron despertar mucho interés.
Vista la mitad de la feria, tocó el merecido descanso para comer y reponer energías. En la próxima entrada, os contaré mis impresiones sobre el resto de compañías, y la valoración general del evento.
Deseando leer la segunda parte