Con Ace Attorney Investigations Collection vemos que Capcom sigue con la tendencia de reeditar sus aventuras de abogados y fiscales con ciertos añadidos de por medio.
En este caso estamos ante los spin off más diferenciados de toda la franquicia, ya que esta vez manejamos a Miles Edgeworth, el mítico fiscal de la serie, acompañados del peculiar detective Dick Gumshoe y una joven ladrona «medio ninja» llamada Kay Faraday. Pero no solo eso, aquí también dejamos de lado los juicios y además la exploración de escenarios son ahora en tercera persona.
Ahora Miles Edgeworth es el protagonista
¿Os acordáis de que en el análisis de Apollo Justice Trilogy mencioné que su primera parte venía a renovar la saga pero que se quedó un poco en agua de borrajas al volver a incorporar como personaje principal a Phoenix en las secuelas? Pues en parte estas entregas protagonizadas por Miles Edgeworth surgieron para volver a intentar ese cambio de generación que no terminó de cuajar en la primera parte de dicha trilogía. El caso es que a diferencia de este, Ace Attorney Investigations optó por retomar personajes conocidos, pero dando una vuelta de tuerca tanto en la presentación como en la forma de jugar, aunque esto último de manera algo tímida.
Y es que básicamente ambas ramas tienen una estructura similar basada en dos partes diferenciadas: la exploración e investigación de escenarios en tercera persona (y objetos en primera persona) y enfrentamientos entre testigos y sospechosos mediante discusiones que suplen a los juicios de las entregas principales. Así, en la primera sección tendremos que ir explorando cada uno de los lugares para encontrar pistas y pruebas, algo que también tendremos que hacer conversando con otros personajes. Por lo que de esta manera, cuando nos enfrentemos ante el que le toque rebatir las preguntas en dichos careos, tendremos las de ganar.
Ajedrez mental
También el indagar con dichas pistas nos permitirá atar cabos mediante lógica, básicamente uniendo dos de ellas para desbloquear así partes de la narrativa creando evidencias sólidas. Aunque en la segunda entrega el núcleo es más de lo mismo, hay una novedad bastante importante llamada Mind Chess, que se utiliza durante las investigaciones cuando un personaje se niega a testificar. Básicamente es el sustituto del Magatama (aquel artefacto utilizado en entregas anteriores para revelar la verdad durante los interrogatorios) y similares mecánicas de anteriores juegos que servían para desbloquear interacciones que permitieran recabar info clave.
Aquí en cambio Edgeworth no necesita de artilugios externos y todo depende de su brillante mente. El jugador interroga, lo que se visualiza como una especie de partida de ajedrez, en la que el jugador tiene como objetivo destruir las piezas del otro personaje. Para ello, tenemos que conseguir ventaja en la discusión, alternando entre hablar y escuchar; cuando creamos que tenemos las de ganar, podemos optar por pasar a la ofensiva y así posiblemente rompamos la defensa del contrincante. estas secciones de Mind Chess son cronometradas, por lo que hay que tomar decisiones de manera ágil.
Mucho ensayo y error
Si vemos que no podemos superar de primeras este minijuego, simplemente perderemos un pequeño trozo de la barra de vida que se recarga a medida que superemos con éxito la sección del capítulo en el que estemos. Sinceramente es un añadido que no está mal, pero a veces es bastante tedioso y hay mucho de ensayo y error, algo que en estos Ace Attorney Investigations nos daremos cuenta de que es lo normal.
De hecho, la mencionada barra de vida de estos juegos, baja mucho menos en estas entregas ante los errores, lo cual dice mucho. Decir que en ambas también hay ocasiones donde podemos visualizar la escena de un crimen vía holograma a través de un dispositivo llamado Little Thief para cotejar información recabada y ver así inconsistencias, algo que le da cierta variedad a las investigaciones.
Dos entregas, donde la primera es considerada como un juego menor…
Quizá la primera parte, que llegó a occidente pero ya solamente en inglés, es una de las entregas más flojas (que no malas) de la serie. No solo que es posiblemente el título menos trabajado para obviar el ensayo y error al presentar pruebas y rebatir en las discusiones, o que las supuestas novedades resulten ser equivalentes a anteriores juegos de la saga, sino porque la historia centrada en cierta red criminal internacional resulta estar ejecutada de manera muy vaga y falta bastante de ese contexto emotivo de estos títulos.
Además Miles Edgeworth como personaje no termina ni de evolucionar un ápice ni de encajar bien ante el entorno y quizá el papel de gente como Kay Faraday hace más mal que bien (preparáos para interminables situaciones donde la ladrona dice que quiere robar algo y Miles le dice que no).
En definitiva es una entrega que no terminaba de conectar al jugador como en otros juegos. Tampoco ayuda que un par de casos en concreto se vayan alargando sin fin mediante un relleno que no aporta nada, pero bueno. Realmente el punto fuerte de la colección está en su secuela. Como pasaba en el pack de The Great Ace Attorney Chronicles, la segunda parte, subtitulada como Prosecutors Gambit, es la primera vez que la tenemos oficialmente en occidente. Y es curioso porque a este sí se suele considerar como uno de los mejores juegos de la franquicia para quienes los han jugado, pero el interés por Ace Attorney fuera de Japón decayó bastante en la época de lanzamiento y no se optó por localizarlo.
…mientras que la segunda parte es top
Bueno, ya sabéis como va esto, los juegos de esta franquicia suelen empezar con un caso “menor” mientras que a medida que avanza la historia algo de lo acontecido está relacionado con la conclusión de la historia. Por esto último, el segundo juego, donde los hechos pasan una semana después de la primera parte, es valorado como uno de los mejores exponentes de la serie.
Y no es que a simple vista se diferencie mucho de su entrega hermana, es que narrativamente está mucho mejor acabado, manteniendo el suspense hasta el último momento teniendo en cuenta que aquí todos los capítulos sí están estrechamente relacionados. De hecho al principio ya llama la atención que el primer caso (que normalmente suele ser un tutorial corto) sea largo, crucial e interesante.
Más allá de esa continuidad narrativa, para mí gran parte de la gracia de esta segunda entrega es ver que aparecen muchos personajes de anteriores juegos, con nuevas situaciones e interacciones en un contexto diferente. Esto pasa ya que en su día fue un juego que conmemoraba el décimo aniversario de Ace Attorney, por lo que es justo que haya bastante fanservice de este tipo. Eso sí, aún considerado como uno de los mejores juegos, he seguido viendo el típico problema de la serie, que es su ritmo lento y esas interminables conversaciones triviales que no llevan a nada.
Novedades para la ocasión
Aparte de la entrega inédita en occidente, hay unas cuantas novedades en Ace Attorney Investigations Collection como viene siendo habitual en estos lanzamientos de Capcom. Al igual que en anteriores recopilaciones y en la de Ghost Trick, en esta ocasión tenemos varios extras, como un modo museo donde ver ilustraciones, animaciones y diseños conceptuales varios de cada uno de los juegos.
Y hay una sección donde escuchar la banda sonora que contienen no solo la original de Nintendo DS, también piezas orquestales hechas para la ocasión y que también podemos escuchar in-game. Por cierto, en el «modo juego» podemos optar por un modo de alta resolución para los personajes cambiando el pixel art de las entregas originales, pudiendo alternar de un modo u otro, aunque este cambio no afecta a los retratos de las conversaciones.
En fin, Ace Attorney Investigations Collection es una reedición que vale la pena si os gusta la franquicia y este tipo de títulos. Al fin y al cabo no dejan de ser juegos largos, entretenidos y con partes que llegan a sorprender narrativamente, además que esto de añadir ciertas novedades se agradecen. Pero ojo, porque como pasa en este tipo de reediciones de Capcom, está en 7 idiomas entre los cuales no está el español. Y como era de esperar, sigue con esa localización tan marcada donde nos quieren hacer creer que están en Estados Unidos cuando es evidente que es Japón, aunque esto último ya son cosas mías. [70]