Remasterizaciones, remakes, ports… Muchos son los nombres con los que se denomina a una parte destacada de los lanzamientos de estos últimos años. Aunque ya teníamos algunos casos en generaciones anteriores como el recopilatorio Super Mario All Stars o el relanzamiento de varios Zelda en el Collector’s Edition de Gamecube. Ha sido a partir de la pasada generación cuando hemos podido ver como el número de adaptaciones ha crecido mucho y además hemos visto el rápido aumento en recopilaciones debido a que el mundo del videojuego ya va por la octava generación y hay muchos años de legado para rescatar que las compañías pueden aprovechar.
Y estas recopilaciones no pueden haber llegado en mejor momento, pues los costes de desarrollar videojuegos actualmente han crecido muchísimo en comparación a otras épocas anteriores y esto supone una fuente de ingresos adicional para las desarrolladoras, quienes ven que pueden obtener mucho beneficio a cambio de poco esfuerzo. Al fin y al cabo, ya hicieron la mayor parte del trabajo años atrás. ¿Pero todo esto es bueno para la industria? ¿Cómo nos beneficia? Empecemos definiendo los distintos términos.
Un remake es una adaptación de un juego cuya diferencias son sustanciales respecto al juego original. Dichas diferencias se atribuyen al apartado gráfico y sonoro (como indica la palabra inglesa, en la mayoría de casos se vuelve a hacer), aunque el remake puede sufrir cambios de control y jugabilidad para adaptarse a los nuevos tiempos del juego para los casos en los que dicho juego haya envejecido mal. Generalmente un remake se desarrolla muchos años después del lanzamiento del original, pues normalmente se desarrollan en forma de homenaje y presentan un cambio radical.
Paralelamente, mientras un port es una adaptación del juego tal cual con posibles pequeñas mejoras que van generalmente encaminadas a adaptarse a la consola destino, una remasterización es algo a medio camino. La mejora ténica no es tan notoria como en un remake, pero aún así se hacen algunas mejoras. En el cine son muy frecuentes para adaptarse a los nuevos formatos que van saliendo (VHS, DVD, Blu-Ray). Básicamente la idea de una remasterización es que el juego luzca mejor a los ojos del jugador.
Un ejemplo de remake muy claro se encuentra en la saga Pokémon. Rojo/Azul, Oro/Plata y dentro de poco Rubí/Zafiro han tenido sus remakes, que significan algo más que una simple adaptación respecto a los originales, ya que mejora radicalmente el aspecto gráfico, sonoro y jugable tal y comentaba un párrafo más arriba. Además, siempre añaden todas las mecánicas y Pokémon de la generación contemporánea en el remake de turno, por lo que merecen la pena su adquisición. Los Pokéremakes llevan haciéndose desde 2004 cuando se decidió hacer el primer remake para GBA y desde entonces se han convertido en tradición. Son una oportunidad excelente de disfrutar del juego original si no se ha tenido anteriormente ya que su adquisición legal es realmente difícil (o por lo menos antes de la Consola Virtual), porque del original al remake hay unos 10 años más o menos.
Otro remake destacable es el de Super Mario 64 para DS. Dicho remake se hizo para demostrar la capacidad técnica de la consola y a modo de homenaje, pues después de la adaptación de Super Mario World en GBA tocaba hacer lo propio en DS. Pero en vez de hacer un port hicieron un remake completo, y les salió sobresaliente, tanto que exprimió al límite los gráficos de la consola y me atrevería a decir que fue el vendeconsolas para los jugadores de siempre, luego ya vendrían los casuals. Recuerdo estar leyendo la Nintendo Acción y ver los juegos que iban a llegar. Juegos como este o Metroid Prime Hunters me hicieron ver que en 2004 ya no íbamos a ver muchos juegos en 2D en portátil. Claro, que obviando algunos cuantos juegos en 3D vimos que la cosa no fue por ese camino. No obstante, en esos tiempos no necesitábamos tanta potencia. Ay ¡que me estoy yendo por las ramas!
Y como olvidar a Square-Enix, la actual reina de las adaptaciones. En materia de remakes tiene Dragon Quest IV, V y VI en DS, VII en 3DS, Final Fantasy unos cuantos… Luego vienen las remasterizaciones y los ports para todas las consolas imaginables. Sí, algunos de los remakes que hacen son muy buenos, pero en materia de ports y remasterizaciones ya es otra cosa, y aquí es donde me voy a desviar del tono positivo que estaba teniendo este texto para dedicarme a criticar los aspectos negativos que tienen las adaptaciones, porque no todo iba a ser bueno.
El primer motivo es el tiempo. Incluso para hacer un port de una consola a otra se necesitan recursos, por no hablar de los remakes, que en ocasiones conllevan crear motores gráficos nuevos y demás parafernalia. Todo desemboca en meses que podrían aprovecharse para otros proyectos. Si eres fan de Square Enix lo estás viviendo en tus propias carnes mes tras mes. Frustración es saber que lo único que anuncian son adaptaciones y más adaptaciones en vez de la fecha de salida o tan sólo imágenes de Final Fantasy XV o Kingdom Hearts III, juegos que ya llevamos esperando 8 años (y contando). Ligado a esto viene la falta de innovación. Los grandes estudios se acomodan en la idea de hacer adaptaciones y no aprovechar para plantear nuevas aventuras, aunque se traten de secuelas.
Pero alguna razón de peso tendrán para hacerlas, no? Sí, y es nada más y nada menos para ganar dinero. Casos como el de la remasterización de The Last of Us a 50€ nos hacen ver que les sale más que rentable la jugada, tanto que pueden lanzar un juego que lleva solo un año a la venta como si de una novedad se tratara otra vez acompañado de una campaña de marketing, y la gente lo va a comprar. Lo malo es precisamente eso, que se anuncie The Last of Us como si fuera la gran novedad del año para PS4 sabiendo perfectamente que los juegos para dicha consola son escasos y muchos de ellos no llegarán hasta 2015. Lo mismo se podría decir de Xbox One y su recopilación de la saga Halo (bueno, hay que reconocer que esta sí que está currada).
Podríamos encontrar algo bueno en todo esto, y es que hoy en día los costes de desarrollo se han disparado y se necesitan ingresos de alguna parte. Estas adaptaciones, ya sean Classics HD o New Play Control! de Wii, significan más dinero para ellos que puede servir para afrontar proyectos de gran envergadura y de más calidad. Además, siendo optimistas y medio en broma, no hay mucha gente que realmente haya completado todos los juegos a los que quiere jugar, por lo que nos dan más tiempo para ello. Claro, que realmente si lo que quieren es ganar dinero con esto por qué no invierten simplemente en promocionar los juegos originales en las respectivas tiendas virtuales de cada consola y dejan las remasterizaciones o remakes para casos en los que realmente el videojuego en cuestión merezca ser homenajeado? Así las compañías tendrían más tiempo, más recursos y nosotros más juegos a la vez que disfrutamos de los antiguos en todo su esplendor, y con algún homenaje esporádico que realmente merezca la pena disfrutar. Luego, ya cuando la tecnología permitiera mejorar de manera mucho más sencilla los juegos antiguos o cuando haya un salto cualitativo muy notable que se haga, pero mientras tanto no necesitamos un Wind Waker HD o un The Last of Us Remastered, ya que no son una solución muy efectiva contra el escaso catálogo del que disponen ambas consolas.
Resumiendo, las adaptaciones de juegos son beneficiosas, pero solo cuando el homenaje es destacable o hay una mejora significativa respecto al original, como con los recordados al principio del artículo. Si no, es mejor dar prioridad a otros proyectos que lo necesitan más, y se está viendo claramente en esta generación entrante que cuenta con escasos juegos de calidad. Pese a todo, si dichas adaptaciones llegan y son buenas, ¿por qué no darles una oportunidad? ¿Y vosotros, qué opináis?