Codemasters abandona la seriedad de la F1 —y del propio Rally— por un día para presentarnos DiRT 5, una propuesta de lo más alocada. Súbete a nuestro coche, abróchate el cinturón y no mires atrás; solo importa alcanzar la meta antes que los demás.
Los de siempre, haciendo lo de siempre
Ahora están bajo el paraguas de Codemasters, pero es de mortal necesidad destacar que el título que tenemos entre manos corre a cuenta de los creadores de DriveClub y MotorStorm, entre otros videojuegos de conducción arcade. Sabiendo esto, es probable que sorprenda menos el hecho de que el estudio británico nos ofrezca una experiencia mucho más desenfadada de lo habitual. Y es que el colorido que se ha apoderado del juego durante su campaña de promoción no es más que un reflejo de lo que nos hemos encontrado a los mandos, porque la verdad es que echábamos de menos la llegada de un buen arcade de carreras, de esos en los que la diversión prima sobre el realismo.
En DiRT 5 tenemos de todo: carreras de rally clásicas, trayectos de punto a punto, pruebas de freestyle en las que desatar nuestras habilidades al volante, ascensiones con vehículos off-road o circuitos sobre hielo, entre otras destrezas. Y todas funcionan realmente bien —bueno, a mí se me dan fatal las Gynkhanas—. y todas ellas conforman el modo trayectoria, que nos propone conseguir casi 400 medallas que se desglosan en un máximo de tres por carrera. Con esos números podéis haceros una idea de cuántas pruebas tenemos a nuestra disposición.
Pilotos profesionales
El modo trayectoria progresa en paralelo con un indicador de nivel personal que podemos ascender cumpliendo objetivos secundarios en cada carrera, como pueden ser realizar adelantamientos, permanecer varios segundos en el aire o combinar diferentes acciones como derrapar y saltar, entre otras. Esto nos ayuda a desbloquear eventos especiales, acceder a nuevos vehículos que podemos adquirir con los créditos obtenidos tras cada prueba o firmar con patrocinadores exclusivos que mejoran los beneficios que podemos cosechar durante nuestro camino hacia la cima.
Además, el modo trayectoria de DiRT 5 nos permite elegir la ruta que deseamos realizar para alcanzar la carrera definitiva; el menú de pruebas se divide en diferentes ramas y a menudo podemos decidir si preferimos un rally clásico o una prueba de freestyle como puerta hacia el siguiente capítulo. De todos modos, el título invita a ser completista gracias a su interesante sistema de progreso, así que lo más lógico es que finalmente acabemos participando en todas las pruebas posibles.
Personalmente, uno de los elementos que más me han gustado es el dinamismo de cada carrera. Es posible comenzar una carrera bajo la luz del sol a media tarde y posteriormente vernos inmersos en la última vuelta una vez cae la noche y en mitad de una ventisca. Siendo así, hay pruebas que son un auténtico espectáculo y en las que no está todo dicho, ya que una pista que teníamos dominada puede convertirse en una trampa mortal una vez se reduce la visibilidad o cambian las condiciones de la superficie por la que conducimos. En este sentido, estamos ante un juego que siempre se guarda un as bajo la manga, y en el que ninguna carrera se decide hasta la última curva.
Apartado técnico: necesita mejorar
Es curioso, porque el título ha sido uno de los abanderados a la hora de mostrar las bondades técnicas de PlayStation 5 y Xbox Series X, pero no es capaz de rendir con solvencia en las plataformas actuales. En nuestro caso, lo hemos jugado en Xbox One X, y tenemos que decir que los modos rendimiento y calidad dejan que desear; lo que uno te da, el otro te quita. Personalmente, comencé jugando en el modo rendimiento en busca de los ansiados 60 FPS, una cifra que no mantiene con frecuencia, dando lugar a una experiencia inestable. Es totalmente jugable, pero los usuarios más entusiastas notarán al instante que la tasa de imágenes baila constantemente arriba y abajo.
Más allá de los efectos climáticos y el buen uso de la iluminación, hay que decir que DiRT 5 no es precisamente un portento visual, así que tras un buen puñado de horas jugando en modo rendimiento decidí cambiar al que da prioridad a la fidelidad visual. ¿El resultado? Sí, se ve ligeramente mejor gracias al aumento de resolución, pero la experiencia se resiente al sentir que no rinde lo suficientemente fluido para un videojuego de estas características. El juego se sitúa lejos de la factura técnica y visual que podemos encontrar en títulos más antiguos como Forza Horizon 4 o Gran Turismo Sport, entre otros. A pesar de todo, considero que es muy disfrutable pero, asimismo, no se puede pasar por alto y confío en que próximamente la cosa mejore mediante actualizaciones.
¿Te gusta conducir?
Entonces te gustará DiRT 5. Y es que lo nuevo de Codemasters resulta muy recomendable para cualquier amante de los arcades de conducción. Sin complicaciones; aceleras y tratas de llegar el primero, sin importar cuántas veces te choques por el camino. A pesar de sus problemas técnicos, la experiencia es muy divertida y la variedad de pruebas brindan un modo trayectoria ideal para esos jugadores que buscan un buen título de conducción para disfrutar en soledad. Obtener todas las estrellas es un reto y ofrece un buen puñado de horas de juego. Sin duda, un soplo de aire fresco para el género. [80]