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Análisis de Driveclub Bikes para PS4

Una de las muchas sorpresas que nos deparó el pasado Paris Games Week fue sin duda el anuncio y simultánea puesta a la venta de DriveClub Bikes, como juego independiente o como expansión del título original si ya teníamos este.

Evolution Studios adapta su particular propuesta al mundo del motociclismo con el mismo estilo y buen hacer. ¿Qué pueden esperar nuestras PS4 con la llegada de las supermotos a sus circuitos? DriveClub encajaría en lo que podríamos definir como un slow burner, uno de esos escasos títulos que de primeras parecían quedarse por debajo de las expectativas pero que luego, a base de actualizaciones periódicas, ha logrado superar su estreno agridulce y arreglar la mayor parte de sus problemas sin dejar de añadir contenido, tanto gratuito como en forma de DLC, convirtiéndose en una opción más que notable para los usuarios de la consola de Sony. Intentaremos centrarnos en las particularidades y pormenores de la expansión en sí, sus modos de juego y la recreación y manejo de las motos. Todo lo referente al original ya está discernido al detalle en su análisis a tres bandas del año pasado por parte de Ray, Tibu y Juantxi.

Quizás resulte un tanto más problemático recrear de forma acorde la conducción de una moto frente a la de un vehículo a cuatro ruedas pero la labor del estudio para tal fin es encomiable. DriveClub se caracterizaba en su propuesta jugable por su genial sensación de velocidad y por estar a caballo entre una formula más arcade y la de simulación, pese a la prevalencia de la primera. Dichas sensaciones se trasladan a la perfección al manejo en las dos ruedas aunque este necesite de ser un tanto más cuidadosos y precisos en nuestras acciones, con lo cual aumenta por ello también el nivel de exigencia.

Toca dedicar muchas horas a dominar las curvas y así poder apurar al máximo cada trazada, aprendiendo como balancearnos de forma adecuada sobre la moto. Una vez que se consigue cierto dominio, conducir comienza a resultar una auténtica delicia aunque costará bastante más hacerlo en las cámaras en primera persona. Respecto a esto último, dispondremos de un total de seis vistas: cuatro en primera persona (observando de forma directa la carretera, desde el morro o del cuadro de mandos, a través o no del visor del casco) y dos en tercera, una más cercana y otra más alejada.


162 estrellas (de plata en el nivel fácil y doradas en el normal, tras la última actualización) serán las que nos aventuraremos a conseguir en el Tour de la nueva expansión. Una cantidad nada desdeñable si tenemos en cuenta las 225 de su equivalente en el juego principal, casi ¾ de estas. Por supuesto, a nuestro alcance estará crear un evento a nuestra medida con las características que definamos o, si lo preferimos, competir en uno aleatorio. Entre las pruebas a las que nos enfrentaremos se mantienen las carreras, mano a mano con el resto de motoristas, y las contrarreloj pero los desafíos de derrape han sido sustituidos por pruebas de habilidad en las que la puntuación vendrá dada por nuestra destreza a la hora de realizar caballitos, ya sea los convencionales levantando el morro o los invertidos frenando y levantando la rueda trasera.

Todos estos retos para conseguir las tan preciadas estrellas, que nos permitirán a la vez tener acceso a más y más pruebas, logran picar con facilidad el orgullo del jugador, haciendo que reinicies de forma infinita hasta lograr hacerlo bien, puro vicio. Dispondremos de igual manera de los múltiples eventos del multijugador, cuyas carreras comienzan literalmente cada minuto, o de nuestra sala privada configurada a nuestro gusto para competir con nuestros amigos. Por desgracia, las salas públicas no parecen estar muy pobladas y por ello existe cierta tendencia a competir sólo con unos pocos jugadores. Por no hablar de que resulta poco común encontrarse con lluvia o suelo húmedo entre los condicionantes de las carreras que se ofertan.


Doce son las Super Bikes a desbloquear en esta expansión, aunque ya hay alguna más disponible si pasamos por caja. Marcas como BMW, Honda, Kawasaki, Ducati o Yamaha verán sus modelos licenciados con todo lujo de detalles, cada una con sus atributos que las harán más o menos adecuadas para según qué recorridos. Hubiera sido de agradecer contar con alguna más en el elenco pero desbloquearlas todas nos llevará realmente bastante tiempo. Para decorarlas y personalizarlas a nuestro antojo utilizaremos tanto motivos ya adquiridos como otros nuevos diseños y patrones propios de Bikes que iremos consiguiendo a medida que sumemos puntos. A nuestro piloto también lo podremos personalizar ligeramente en algunos parámetros, eligiendo su género, rostro, su mono y su casco de entre los existentes, no muy numerosos.

Volveremos a visitar las ubicaciones ya conocidas del juego principal, incluyendo los circuitos y tramos de Japón que fueron añadidos de forma gratuita a principios de este 2015 que ya da sus últimos coletazos. Se echa de menos alguna localización novedosa creada expresamente para llegar a la par con este DriveClub Bikes pero gracias al juego que ofrecen las múltiples posibilidades meteorológicas del motor gráfico han logrado que los escenarios luzcan como nunca y que elementos como el agua y la lluvia nos compliquen la vida de manera notoria, haciendo que no tengamos una sensación de déjà vu demasiado marcada. No podemos olvidarnos de comentar que toda la experiencia que obtengamos compitiendo se sumará a nuestro nivel personal y al de nuestro club, tal y como si estuviéramos haciéndolo con los coches. Eso sí, para los amantes de los trofeos, Bikes trae consigo su propio Platino.

Entrando en el propio apartado técnico, este destila todas las virtudes del original, incluyendo los alucinantes efectos atmosféricos que se añadieron cuando el juego llevaba ya unos meses en las tiendas. Son por si solos un espectáculo grandioso pero unidos al sistema de iluminación tan realista (con algún fallo puntual proyectando alguna sombra en uno o dos escenarios puntuales) del que hace gala el motor del juego, con esos ciclos tan cuidados día/noche que cambian por completo como luce el escenario, el resultado gráfico es apabullante. Tampoco faltan cientos de pequeños efectos para dar viveza y verosimilitud a los charcos o al movimiento de las motos, dejando su huella en la calzada y salpicando al pasar o con las gotas en el visor del casco cuando juegas en primera persona… casi desearas que llueva y truene durante la prueba que te toque disputar, aún a riesgo de quedarte mirando embelesado el paisaje.

La recreación de las motos, con mimo en los pequeños detalles, cumple también el estándar que se ha puesto la first party de Sony en esta generación. Del conjunto de todo ello tiene a bien aprovecharse el modo foto, fruto de otra de las actualizaciones posteriores del DriveClub a su salida oficial, donde podremos trastear con multitud de ángulos de cámara y filtros que convertirán esta utilidad en un proveedor de infinitos fondos de escritorio para tu ordenador o te harán compartir las mejores capturas del mundo de las dos ruedas en las diferentes redes sociales.


Los efectos sonoros mantienen del mismo modo el nivel visto con los turismos, destilando la calidad esperada. Se mantiene sin novedad, esta vez por desgracia, la anodina banda sonora en los menús y la ausencia de esta durante las carreras con la idea de potenciar la presencia del propio sonido de los motores. Por suerte, se convierte con ello, en mi opinión, en el título perfecto para disfrutar junto a la aplicación de Spotify de PS4. Confieso que en más de una ocasión me he sorprendido reproduciendo alguna playlist con los temas de Forza Horizon 2 (Turn 10 Studios, 2014) de Xbox One en la búsqueda de una gran banda sonora que pudiera encajar con el juego. Un pequeño placer.

DriveClub Bikes se convierte por meritos propios en un muy buen añadido para un título cada vez más redondo, aunque no es necesario tener el original si queremos jugar a este por separado. Mantiene intacta la capacidad de enganche, que te atrapa horas y horas, a la vez que eleva un tanto la exigencia en la conducción para poder sacar todo el rendimiento de las doce supermotos hasta obtener las 162 nuevas estrellas disponibles. Si disfrutaste con DriveClub o este te dejó con la boca abierta, con Bikes lo volverá a lograr. El pique y la diversión más accesible están asegurados con la expansión de este portento gráfico que es la obra de Evolution Studios. [80]

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