Nota: Este análisis está centrado en los modos de juego individual de Gran Turismo 5
Quizá haya alguien ahí fuera que no haya jugado nunca a un Gran Turismo. Para ellos, una breve introducción: Gran Turismo 5, como casi todas las entregas de la franquicia, presenta un modo de entrenamiento en el que nos tendremos que sacar varios carnés de conducción que nos permitirán participar en carreras reales que nos proporcionarán dinero virtual que podremos invertir en adquirir nuevos vehículos y en mejorar los que ya estén en nuestro garaje. Muchas de las carreras presentan limitaciones de nivel de conducción – que se adquirirá consiguiendo carnés y ganando carreras – y de tipo de vehículo a usar. Esto provoca que no debamos invertir todo el dinero en un solo coche, pues con ese vehículo no podremos competir en todas las competiciones. Esta limitación le añade un componente de gestión del dinero virtual que evita que los emolumentos sean algo anecdótico y que tengamos que administrarlos con cuidado, si no queremos echarlos de menos cuando realmente los necesitemos.
En este GT5, además del modo A-Spec, en el que pondremos a prueba nuestras habilidades de pilotaje, está el modo B-Spec, en el que dirigiremos como jefe de equipo a un piloto que no controlaremos directamente, sino que nos limitaremos a ir dándole indicaciones durante la carrera. A mi personalmente este modo me parece totalmente anecdótico, pero bueno, igual por ahí hay algún fan de Briatore que le hace gracia.
El modelado de los vehículos es excelente>, como siempre. Los coches han sido implementados al detalle, aunque no todos los modelos han sido tratados igual, pues tan solo los premium permiten ver el salpicadero y los movimientos del piloto en su interior. Además, con el Eye Toy es posible usar los movimientos de cabeza para cambiar el punto de vista. Muérete de envidia, Kinect. Destacar que en mis horas de juego no he presenciado ninguna ralentización ni popping especialmente reseñable. Todo está donde debe estar y se mueve muy bien. No he tenido la oportunidad de probarlo en una Televisión 3D, así que no puedo realizar ninguna apreciación al respecto, tan solo comentar que Gran Turismo 5 se puede ver en 3D.
Eso sí, el visual no es un apartado perfecto. Polígonos que parpadean, dientes de sierra… Y la parte conflictiva: El control de daños. Los daños estarán (relativamente y no para todos los coches) ahí, pero son totalmente anecdóticos. No afectan para nada la conducción. Por ejemplo, el estrellarse a 200 por hora contra el culo de un coche rival igual sólo implica que la matrícula saldrá volando por los aires, pero el resto de su estructura seguirá intacta. Olvídate de lo visto en los Burnout, Grid o incluso Forza. Por no haber no hay ni vueltas de campana. Esto es otra historia. Lo tomas o lo dejas.
Donde esta quinta entrega brilla, considero, más que sus predecesores es en los circuitos. La inclusión de pistas como la madrileña, representada al detalle incluyendo los locales comerciales de la zona, acercan a la gente de a pie el reconocer los circuitos, algo típicamente reservado a los más fans del deporte del motor. Más detalles que no he visto en otros Gran Turismo – o al menos no recuerdo. Aquí es posible ver el primer público virtual que he visto en un videojuego que reacciona a nuestra presencia: si te chocas contra una valla en la que haya alguien apoyado, esa persona se apartará tirándose para atrás. Destacar también que se ve al piloto en el interior de los coches, algo que echaba en falta. En cuanto al paquete en si, los acabados de los menús, de los modos de juego, todo denota una gran elegancia y un gusto por el detalle dificil de encontrar en esta industria que se mueve por las prisas.
La sensación de que cada coche se conduce de forma diferente, las sensaciones totalmente diferentes que transmiten, eso sigue siendo marca de la casa Gran Turismo y en esta quinta entrega sigue estando aquí. Es uno de los grandes alicientes para hacerse con la enésima creación de Kazunori Yamauchi, incluso por encima de los acabados de los cientos de vehículos implementados. Yo no me considero ni por asomo un experto en juegos de coches, pero lo que sí puedo afirmar es que he jugado a muchos y en ninguno he encontrado las mismas sensaciones de control a la hora de conducir un vehículo. Gran Turismo no podría tener una mejor coletilla: The Real Driving Simulator, El Simulador de Conducción Real.
Se ha mejorado mucho, o al menos a mi me ha dado esa sensación, uno de los puntos más flojos de los Gran Turismo: La sensación de velocidad. El entrar a una curva sin poder apreciar a qué velocidad estamos entrando es una put&%$ para cualquier conductor, y más si se ha puesto el bólido a más de 200 kmh. Esto no sucede en Gran Turismo 5 y no os costará ver cuando habéis entrado demasiado pasados.
A nivel sonoro, comentar que a banda sonora no me convence, me parece demasiado light. Si de mi dependiera hubiera colocado una soundtrack mucho más cañera, con temas rockeros, en vez de la selección popera incluida. En cuanto a los efectos de sonido, nada que criticar, al contrario, están cuidadísimos y es un lujazo que suenen de forma diferente dependiendo de la vista que tengamos activada. Los coches, además, dependiendo de su motor o marca, rugirán de forma diferente.
Lo que sigue alejando a Gran Turismo de un simulador de carrerases la interacción. Adelantar utilizando la técnica de los autos de choque, apoyándose en los otros, o incluso tomar una curva usando las vallas de protección lateral para poder contrarrestar el exceso de velocidad son dos muestras de que Kazunori Yamauchi y el resto de los Polyphony Digital siguen demasiado centrados en los coches y en la conducción. Deberían ponerse a pensar también que están creando videojuegos, no programas para autoescuelas. Aunque claro, si realizaran ese cambio de mentalidad, los grandes detalles de los Gran Turismo quizá no estarían ahí.
Jugable hasta decir basta, repleto de detalles, hasta los topes de coches, elegante, carismático, GT 5 es una joya que juega en su propia liga. No es dificil ver que títulos como Forza 3 o Dirt 2 proporcionan una experiencia jugable superior a uno de los buques insignia de Sony. Pero valorándolo por lo que ofrece, por el tributo que es para todos los amantes del mundo del motor, por su espíritu de simulador, por el cuidado, por las formas, este Gran Turismo es un producto muy notable. Hablar de excelencia ya serían palabras mayores. [8]