Gunfire Games se atreve con todo; después de Darksiders, ahora nos presenta Remnant: From the Ashes, una suerte de RPG cooperativo reminiscente de Dark Souls con mecánicas de supervivencia y un sinfín de demonios por derrotar.
Polvo somos y en polvo nos convertiremos
Afila tu espada, carga tu rifle y prepárate para pasarlo mal. Los humanos que resisten ante una más que probable extinción parecen haber aprendido la lección. Las cosas se están poniendo feas; la Tierra luce un aspecto desolador, los recursos escasean y una auténtica legión de criaturas de difícil descripción campa a sus anchas por la superficie. Los hombres y mujeres que han logrado sobrevivir pasan sus últimos días en un búnker conocido como Base 13 y nosotros, el enésimo elegido que acaba de llegar por cuestiones del destino, seremos —cómo no— los encargados de ayudarles. Muy original.
Pero no importa si hemos vivido una y mil veces una premisa tan manida; el terrible aspecto que luce la superficie es un reflejo del propio juego, ya que Remnant: From the Ashes no entra por los ojos a primera vista y su puesta en escena tampoco es una maravilla. Sin embargo, el título de Gunfire Games esconde muchas virtudes bajo su capa exterior y nos ofrece una experiencia a medio camino entre RPG de acción y third person shooter, que hace uso de elementos procedurales y apuesta por unas cotas de dificultad bastante elevadas.
Procedural, pero no mucho
A pesar de que Base 13 hace las veces de HUD y nos ofrece la posibilidad de dialogar y comerciar con diferentes personajes, Remnant: From the Ashes genera ciertos contenidos de manera aleatoria. El diseño del mundo y sus ubicaciones es fijo, pero lo que encontramos en cada lugar siempre queda sujeto a los caprichos del azar; enemigos, objetos y recompensas se generan proceduralmente, mientras que los atajos desbloqueados y los puntos de control son permanentes. Esta curiosa mezcla da lugar a una experiencia muy gratificante, ya que el hecho de morir no elimina esa sensación de progreso y esa liberación que supone encontrar un nuevo punto de viaje rápido.
Por poneros un ejemplo, me adentré en una mazmorra oculta en el subsuelo de la ciudad. Mi paso por ella estuvo protagonizado por el acoso de incontables hordas de unos enemigos de aspecto simpático, relativamente débiles, pero extremadamente insistentes. En uno de los pasillos, encontré lo que parecía un extraño mecanismo, le disparé y apareció un jefe. Acabó conmigo en cuestión de segundos, y cuando me dispuse a volver a por él ya no estaba. Seguí avanzando y al final sí que le encontré, ya que estaba esperándome en la zona final de la mazmorra. Este tipo de detalles hacen que cada partida sea diferente, y unido al factor permanente de algunos objetos, consiguen que progresar resulte muy gratificante.
El Dark Souls de los…
Vale, no voy a hacer el chiste ¿de moda? Sin embargo, resulta imposible pasar por alto el hecho de que Gunfire Games se haya fijado claramente en la obra de Hidetaka Miyazaki; la acción cuerpo a cuerpo funciona prácticamente igual que en Dark Souls, la importancia del consumo de resistencia o el peso soportado a la hora de equipar a nuestro personaje e incluso sus movimientos resultan muy pero que muy familiares. No hay nada malo en ello, ya que cada día son más los que beben de la fuente de una de las franquicias más populares de los últimos años: Lords of the Fallen, Inmortal: Unchained, The Surge —y su inminente secuela—, Code Vein… La lista es interminable.
Sin embargo, Remnant: From the Ashes no renuncia en ningún momento a presumir de personalidad propia. Para empezar, hay que destacar que las armas de fuego son mucho más importantes que las físicas como espadas, hachas y martillos. Eso sí, no penséis que, por empuñar un revólver e incluso una escopeta de dos cañones, los enemigos van a temeros lo más mínimo o que el juego se va a reducir sensiblemente sus niveles de exigencia. Aunque es cierto que disparar es la mejor manera de mantener a raya a nuestros rivales, la mayoría de ellos suelen abalanzarse rápidamente sobre nosotros e incluso son capaces de hacer lo propio y tratar de alcanzarnos con sus propios proyectiles.
Uno de los elementos que mejor funcionan dentro del combate es la combinación de ambos tipos de ataque; los enemigos tienden a atacar en grupo y guardar el rifle para desenvainar la espada es la mejor decisión a la hora de salir airoso de una situación crítica. No hay una gran diferencia de daño infligido en función del tipo de arma, simplemente debemos estar atentos y emplear la que mejor nos venga en cada situación. En resumidas cuentas, el sistema de combate es muy efectivo, sin demasiados alardes, pero completamente funcional.
Un soplo de aire fresco
A pesar de que Remnant: From the Ashes no inventa nada y contonea más de lo que nos gustaría con la monotonía propia de este tipo de propuestas, la realidad es que Gunfire Games ha sido capaz de ofrecernos una experiencia muy gratificante. Los elementos deudores de la obra de From Software, la fantástica ambientación y la sencillez a la hora de ejecutar su idea hacen del título que tenemos entre manos una grata sorpresa. Ideal tanto para jugadores solitarios como para grupos de amigos, desafiante como pocos y muy pero que muy adictivo. En un mercado dominado por los nombres que todos conocemos, siempre es de agradecer que aparezcan alternativas tan interesantes como la del estudio americano. No es perfecto, pero funciona y divierte, ¿acaso no es más que suficiente? [75]