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Análisis: Katamari Damacy REROLL, qué maravilla

Gracias a Bandai Namco hemos podido probar Katamari Damacy REROLL, el retorno de una de las franquicias más ¿extrañas? ¿alternativas? ¿originales? del catálogo de PlayStation. Si no lo conoces, así rápido y mal, en Katamari Damacy de lo que se trata es de hacer de escarabajo pelotero intergaláctico. Literalmente.

https://www.youtube.com/watch?v=95jD5tMFjhs
(por favor, ponte esta canción mientras lees el texto)

Fue en el cada vez más lejano 2004 cuando el primer Katamari Damacy salió a la venta para PlayStation 2, de la mano de Namco. Ahora, muchos años después, que han incluido la fusión con Bandai, el juego regresa para todas las consolas del mercado.

Pocas novedades, ¿Y qué?

Si ya jugaste a alguno de los Katamari Damacy (aquí tienes un listado de todas las entregas), destacar que en esta entrega el principal añadido son los gráficos HD. A nivel jugable no hay ningún extra o mejora aparente. Tanto es así que, por algún motivo que se me escapa, los creadores de Katamari Damacy REROLL han decidido que el jugador debe, de forma explícita, grabar la partida, pues no hay guardado automático.

Así que ya sabes, cuando acabes tu sesión de juego pasa por la casa de Planeta Nata, y graba la partida. Sino tendrás que repetir lo que hayas conseguido en la sesión de juego en tu próxima partida.

Un clásico mágico

A falta de mejoras, Katamari Damacy REROLL es un recordatorio que lo importante es la jugabilidad, y que eso de necesitar 20 horas para empezar a disfrutar de un juego es más un lavado de cerebro que algo justificable.

La mecánica es muy simple. Nuestro padre, el Rey del Universo, se ha cargado todas las estrellas y constelaciones del universo. Como príncipe heredero, nos ha encargado la misión de enmendar el jaleo. Y para ello lo que hay que hacer es, en cada una de las misiones, recoger todo lo que encontremos por el camino con una pelota estilo escarabajo pelotero.

Esto, que puede parecer una actividad monótona, es tremendamente adictivo, dejando mucho espacio a que la jugadora se convierta en una experta en la labor. Además, es tremendamente agradecido y vistoso, porque a más grande la pelota, más grandes serán los objetos que podrás atrapar. Cada nivel tendrá un objetivo en cuanto a altura de nuestra bola – aquí llamada Katamari – y un límite de tiempo, que será lo que defina el nivel del desafío.

Un mundo a recoger

Así, empezarás con chinchetas, tuercas y cosas pequeñas, para luego pasar a cajas pequeñas y objetos de tamaño similar. ¿Hasta qué tamaño podremos atrapar los objetos? Tan solo jugando y avanzando en la historia podrás descubrirlo. Digamos que no sabrá cuándo parar.

Eso sí, en todo momento tendrás que ser consciente del tamaño de tu Katamari, porque todo lo que se mueva, sea una mariposa, una vaca, un gorrión o un camión, podrá ser una amenaza. Con cada golpe que se lleve tu Katamari, este soltará elementos, y con ellos, altura, poniendo en peligro el poder superar el nivel en el que te encuentres. Otra de las dificultades será el controlar al propio Katamari, teniendo en cuenta que su rodamiento se verá afectado por las formas de los elementos que vayamos capturando.

Menuda banda sonora

La colección de melodías que nos acompañan en Katamari Damacy REROLL es alucinante. Pero alucinante en varios sentidos, tanto en calidad como en originalidad. Son temas rarísimos que, teniendo en cuenta lo que sucede en la pantalla, quedan ni pintados. Lo estoy jugando con los Turtle Beach Stealth 700 Gen 2 y la cantidad de matices e instrumentos que se aprecian en las canciones es increíble. Mira que el juego es divertido y brillante, pero la banda sonora no le va a la zaga.

Unos visuales que siguen siendo míticos

Una vez asumes que no estamos hablando de un remake, que siempre parece la opción más espectacular, que Bandai Namco solo se haya decidido a colocar el HD en los gráficos de Katamari Damacy REROLL y no se haya aventurado en más experimentos visuales es algo entendible. El videojuego aguanta el tipo muchísimo, y sigue siendo una maravilla en cuanto a originalidad y frikismo, y casa a la perfección con una fórmula jugable perfecta.

No te lo puedes perder

Katamari Damacy REROLL es indispensable como experiencia jugable, y más en estos tiempos en los que muchos asumen que la diversión solo puede llegar tras llevar 50 horas de leveling de personajes. El clásico atemporal de Bandai Namco no solo es un recordatorio que esto no es así, sino que es una patada en los genitales para acabar con cualquier discusión sobre el tema.

Sí, los gráficos no son fotorrealistas. Sí, no ha cambiado con respecto al original que salió hace 16 años, pero es que no necesita más. Es como el Tetris, envejece como Jordi Hurtado. Sigue siendo una barbaridad de juego que nadie debería perderse y que me apetece jugar bastante más que muchos de los cacareados AAA. Qué digo muchos: que todos. Larga vida a Katamari Damacy. [80]

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