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Análisis Need for Speed Shift para Xbox 360




Briconsejo del día: Si quieres saber si Need For Speed Shift merece tu escaso tiempo libre, bájate la demo que ya está disponible tanto en el Bazar de Xbox 360 y en la Store de PS3.

Need for Speed Shift es el renacer de una serie que se había acomodado en unas buenas ventas pero que se notaba incapaz de ofrecer una experiencia a la altura del calado de la franquicia en el gran público. Algo así como le pasaba al FIFA hasta hace 2 años. En ambos casos EA decidió intervenir. Los resultados en la saga futbolera ya los estamos disfrutando desde la edición del 08; Los de Need for Speed, justo ahora.

El salto en calidad ha venido acompañado de un cambio temático: De las carreras callejeras hemos pasado a los circuitos y competiciones al más puro estilo Forza Motorsport o Gran Turismo, pruebas que transcurren en circuitos, con estrictas reglas, equipos, etc. Así, pasamos de ese espíritu del tuning de lucimiento a ese enfocado a conseguir mejorar los tiempos y prestaciones de los vehículos durante las carreras.

El componente tuning, sin embargo, ha perdido un gran protagonismo en esta entrega. Por ejemplo, en muchas de las carreras del juego de lo que se trata es de participar con determinados vehículos, por lo que no tendremos libertad absoluta para seleccionar en todo momento nuestro coche. Ésto, aunque tiene mucho sentido en el contexto de un juego de competiciones «oficiales», le resta ese componente amateur que es inherente, creo, al mundo del tuning: Cualquier coche puede ser la Joya de la Corona de un tunero y debería poder utilizarse cuando le viniera en gana, ¿No?

Reivindicaciones tuneras aparte, en Need for Speed Shift se ha implementado un control mucho más exigente de lo que se ha podido ver hasta el momento en la franquicia. Quizá, como opinan Motenai y Roswell, no llega al nivel de los grandes simuladores del género, pero sin duda supone, mediante los oportunos ajustes en el menú de control, un reto para los jugadores que pretendan alzarse con la victoria en todos los niveles del juego de EA, que por cierto son muchos.

A nivel visual Need for Speed Shift está bien, no es una maravilla pero los coches no pintan mal, no hay errores garrafales, al menos tras el parche para la versión PlayStation 3 y yo no he presenciado ni popping ni ralentizaciones durante las carreras.

Está claro que sin parafernalia extra este Need For Speed pierde, pero aún así el juego de Electronic Arts puede considerarse como una opción muy interesante para todos los enamorados del género de las carreras, que hay unos cuantos. Quizá su principal problema es el hecho de que comparte fechas con Colin McRae Dirt 2, un título que, considero, supera con diferencia a este juego. Pero si lo tuyo es el tuning, estás de enhorabuena: Shift es el mejor Need For Speed que se ha visto en años.

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