Arise: A Simple Story - Recordando una vida

Las historias simples, como bien reza el subtítulo del juego que hoy nos ocupa, son historias que todos podemos contar. De una manera u otra, cogemos una base humana como es el amor y construimos por encima de ella. Vidas que se juntan en un mismo lugar para continuar juntas, tal y como tantas veces ha ocurrido. Esto es Arise: A Simple Story.

Arise a Simple Story

La sencilla historia de Piccolo Studio

En la muerte, nuestra vida pasa frente a nuestros ojos, y en Arise: A Simple Story, nos encarnamos en este mismo momento. Un hombre conoce a una mujer en su infancia y su amor comienza a brotar conforme pasan los años. La vida pasa por ellos sin detenerse en ningún instante, simplemente alcanzando su zenit en pareja y deteniéndose con la muerte. Lo que ocurra entre medias con la trama mientras jugamos es prácticamente un alegato al romanticismo y dramatismo usado hasta la saciedad en miles de obras anteriores… pero a su vez atemporal como el amor en sí.

Contar cualquier otra cosa dentro de los límites de la historia podría ser considerado como un destripe, pero siendo francos, la trama es tanto el motor del título como lo más irrelevante del mismo, aportando lo necesario para empatizar con el producto y sentir algo con las mecánicas y el diseño.

Noche

Un mundo hecho arte

Y es que artísticamente, Arise: A Simple Story es una delicia en la mayoría de sus momentos. La música es potente, funcionando como lo haría en una película muda reforzando las sensaciones de todo lo que vemos. Es variada, evocándonos además en ciertos momentos cuando repite motivos, y sobre todo es bella. Muy bella. El trabajo de David García se nota detrás de esta banda sonora, tan finamente acabada.

Al igual que hermosos son los escenarios. Un mundo ambientado en un pasado tribal entremezclado con pinceladas de nuestras vidas, idealizados ante los recuerdos de nuestro protagonista que se retuerce entre la agonía y la alegría. Las emociones son parte de la misma trama, con los escenarios siendo representaciones manifiestas de lo que sentimos en esos momentos. La euforia nos invade ante la reunión con nuestro amor, donde todo danza a nuestro alrededor en una coordinada coreografía; la curiosidad nos muestra un mundo fantástico y lleno de color, donde todo parece mágico y especial; el miedo nos invade ante la separación forzada de nuestra pareja, con un mundo que se resquebraja sin remedio… Porque, aunque el tiempo avance siempre hacia delante, nosotros miramos la pasado, y con ello se nos abre la principal baza jugable del título.

Campo de flores

Recuerda

Arise: A Simple Story basa el núcleo de su jugabilidad en el flujo del tiempo y su modificación. La mayoría de la interacción con el título se basa en avanzar y retroceder en el tiempo para modificar el terreno y con ello poder avanzar: movemos rocas que se desprenden, apagamos fuegos, montamos en abejas… A priori es una gran idea que funciona espectacularmente bien con cómo funciona el juego, pero en la realidad… se queda a medias. Movernos por el escenario es lento y pesado; agarrarnos a lugares con la cuerda o escalar es incluso peor; los cambios de ritmo repentinos, con transiciones muy mal hechas de gameplay a cutscenes… Por muy buena que sea la presentación, una vez que desvelamos los secretos y avanzamos en la historia.

La lentitud del personaje puede verse justificada, pero en un juego donde el foco está en la misma historia que nos cuentan, avanzar tan lentamente se vuelve insoportable a la hora de avanzar de forma orgánica y poder explorar libremente. Junto a esto, el propio diseño de niveles también es algo que deja sensaciones mezcladas. Mientras que algunos niveles funcionan muy bien –como el nivel de los lotos donde todo parece funcionar como un reloj–, tenemos otros que pueden resultar frustrantes por resultar lentos o poco intuitivos –como el nivel de las montañas, donde algunos salientes o puntos de escalada son difíciles de ver.

Arise nieve

Mi problema con Arise

Y todo esto me hace pensar, ¿cómo puedo valorar el juego? No a nivel de ponerle una nota numérica, faltaba más, sino a nivel personal y a cómo enfocar mis pensamientos. Dudo mucho sobre este juego, pues le veo virtudes y defectos. Creo que el juego está cerca de ser una obra casi sobresaliente, con ideas muy interesante y una trama lo suficientemente genérica para atraer a todo el mundo, pero a su vez las ideas no están implementadas lo necesariamente bien para que olvidemos que, al final, la trama es un tópico sacado de una película Píxar y que busca llegarnos mediante, justamente, sus mecánicas principales.

Si el juego funcionara como pretende funcionar, si las mecánicas construyeran un gameplay más divertido y acorde, es muy posible que hoy estuviera hablando de Arise de una forma muy diferente. De cómo recordamos e idealizamos ciertos momentos para luego hundirnos cuando rememoramos eventos funestos. La magnificación de nuestras memorias, el cómo nos afectan y cómo las recordamos con el paso del tiempo. El uso del color y el fluir de las cosas, los sonidos y cómo son los mismos escenarios… Tiene lecturas fascinantes gracias a una mecánica como es lla de mover el tiempo adelante y atrás en un espacio determinado unida a el recordar nuestra vida justo al final de la misma.

Pero se me hizo imposible. Durante las cinco horas que dura la aventura quitarme ese molesto zumbido, esa sensación casi de tedio. Quizás sea algo mío en exclusiva, quizá no era mi momento de jugar a un juego que busca conectar tan profundamente con el jugador y que empaticemos con la historia. Puede que en otras circunstancias, o incluso en otra plataforma –lo jugué en Switch y apenas tuve errores gráficos o bajadas de frames– tuviera parte de culpa, pero lo que queda al final es un regusto extraño y un juego a medio camino.

Huida

En resumen

Que todo mi alegato final no quite que Arise: A Simple Story, es un buen juego. Una magnífica opera prima para un estudio recién formado que ha sido capaz de construir un juego hermoso en sus apartados artísticos, pero que no llega a destacar más allá de eso. Un título de los llamados «7,5», esos que dividen la opinión pero que demuestran el potencial de un estudio y te dejan con ganas de ver que será lo siguiente. Se que Piccolo Studio tiene mucho que decir y yo, como jugador, no puedo esperar a ver que es lo que viene a continuación. Y como ya he comentado en este mismo párrafo, la nota que se merece este juego es de [75].

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