Hace mucho tiempo que me atormenta una idea mi pesada cabeza y no es otra que la mala espina que me da, cada vez de forma más frecuente, tanto juego gratuito o tanto juego free to play que no hace otra cosa más que malacostumbrarnos.
Cierto es que el modelo F2P tiene ventajas, sobre todo para nosotros, los jugadores, puesto que podemos probar por la patilla un porrón de títulos sin ni siquiera gastarnos 20 míseros céntimos y pone a nuestra disposición un increíble catálogo de juegos pero esto me plantea algunas dudas, la primera, la dudosa calidad de muchos de estos Free to Play y la segunda, el mal que le hacen a la larga a la industria.
¿Mal a la industria? Sí, y a nosotros, como consumidores. El último caso de este mal lo estoy viendo con dos juegos particularmente, con Final Fantasy XIV: A Realm Reborn y con The Elder Scrolls Online, dos juegos para mí geniales que quizás no tengan (o vayan a tener en el caso de TESO) el éxito que se merecen porque hay que pagar cuotas o una importante cantidad de pasta en su lanzamiento. “Que los hagan F2P” dice un usuario en esta santa casa, una opinión francamente respetable y compartida por mucha pero que mucha gente, pero quizás, una opinión nociva de cara al sector. ¿Acaso no cuesta dinero desarrollar el juego? ¿Podéis haceros a la idea de la barbaridad de pasta que hay que dejarse en los servidores para que un juego funcione sin ningún tipo de problemas? Problemas que, por cierto, al ser gratis consentimos de buena gana porque joder, it’s free.
Los F2P nos aburguesan, nos hacen perder nuestro buen gusto en pos de jugar a cualquier cosa total de no gastarnos un euro para darle opción a juegos mediocres porque total “es gratis tío, no me he gastado un duro y me sirve para pasar el rato”, y lo que es peor, nos hace darle pasta (porque a la larga todo el mundo se gasta pasta en un F2P) a juegos que, de tener que pagar una mínima cantidad de dinero por ellos ni siquiera los miraríamos de reojo, por no hablar ya de la copia descarada que son en muchas ocasiones estos juegos gratuitos, creando clones de los juegos online (u offline) más populares.
Cierto es que sí que hay F2P que generan una cantidad indecente de ingresos y que su calidad esta fuera de toda duda, como LOL o Path of Exile sin ir más lejos, pero lo cierto que son unas pocas agujas entre miles de pajares que además a veces incluso tienen calidad porque anteriormente eran de pago y lo peor de todo es que, gracias a su cada vez más abundante popularidad, estos títulos eclipsan en muchas ocasiones a juegos de más calidad que no tienen por qué ser caros, porque amigos míos, al final la calidad, se paga, y sino que vengan y que se lo digan a World of Warcraft.
Pero lo peor de todo esto, sobre todo en la sociedad española, es que nos envuelve todavía más en la cultura del todo gratis, del no gastar un duro ni por un producto que merezca excesivamente la pena, un mal que, por desgracia, no es solo común en el mundo de los videojuegos sino también en el de la prensa, el cine, la música y la cultura en general porque somos tan ruines (yo incluido) que preferimos jugar a un F2P de dudosa calidad a comprarnos un Guild Wars o un WoW en oferta o incluso capaces de habilitar complementos en el navegador para no ver publicidad evitando que así las webs que visitamos con asiduidad no puedan ganar ni un puñado de céntimos con nuestra visita.
En definitiva, el F2P es una epidemia que cada vez nos vuelve más cómodos, más caprichosos y que, a la larga, hace que nuestro gusto se pierda completamente y en vez de consumir calidad acabemos consumiendo medianías porque total “son gratis” y “las desarrolladoras viven del aire”.
Vosotros, ¿qué opináis?