Uno de los videojuegos más importantes para Xbox 360 que se mostraron en la reciente Gamescom fue sin duda Forza 4. Microsoft dejó claro por activa y por pasiva que se trata de uno de los próximo pelotazos para la consola y por ello no escatimó en gastos a la hora de mostrar un nuevo simulador que, por lo que parece, está obsesionado con la franquicia Gran Turismo.
Y es que ese fetichismo por los coches, a excepción del control en si, recuerda a la personalidad de la franquicia de velocidad de Sony La obsesión por el detalle, la conexión con Kinect… Forza 4 quiere expandirse en áreas que no están directamente relacionadas con la jugabilidad en si. El más claro ejemplo es el modo Autovista usando Kinect. Gracias a la compatibilidad de Forza 4 con el periférico, el jugador podrá interactuar con los vehículos de una forma mucho más natural que usando el mando de control. El objetivo es acercar algunos de los coches más exclusivos del mundo al gran público. Esta experiencia se ve potenciada por el gran nivel de detalle, tanto de los interiores como de los exteriores evocando la obsesión visual de la serie de coches de Kazunori Yamauchi.
Un par de apuntes extras. Según me comentó Dan Greenawalt, director del juego, a pesar de que los circuitos podrían jugarse en diferentes horas del día, no habría posibilidad de conducir de noche debido a que no querían que la iluminación afectara a la jugabilidad. Otro apunte: los DLC irán en la misma dirección que Forza 3, así que esperad muchos coches a descargar y pocos circuitos.