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[Gamescom ’11] Impresiones con Rage, un juego que no engaña a nadie

1 hora a Rage en Xbox 360. Se dice rápido y pasa aún más rápido. El FPS con toques de RPG de id Software es una superproducción muy cuidada, con gráficos de enorme nivel, muchísima acción y un componente de conducción que, sorprendentemente, no desentona del todo, al menos en el modo historia. El modo de carreras, que no he podido probar, igual es otro cantar. O no.


En las distancias cortas es cuando un FPS se la juega. Y Rage supera el corte con nota


Yo definiría a Rage como un Borderlands más adulto. La esencia es la misma: mundo postapocalíptico en el que tendremos que realizar misiones para avanzar en la historia y conseguir así objetos como armas nuevas, vehículos con los que recorrer el planeta o incluso recetas para poder crear medicinas con los ingredientes adecuados.

A nivel de diseño, ambientación, gráficos y sonido es un pelotazo. El guión parece no tener espacio para filigranas, las misiones, trámites para desempolvar las armas y la conducción no es tan mala como me la imaginaba, así que la he asumido como el peaje a pagar por ver como id Software aborda un título con un mapeado a a lo sandbox y una libertad – relativa – para recorrerlo. Eso sí, como buen juego de id Software, donde más brilla Rage es en las distancias cortas. Rage me ha parecido un título muy cuidado y trabajado, con acabados de Triple A, pero que no sorprende. Jugándolo he experimentado sensaciones equivalentes a las que he tenido tras ver una partida jugada a The Elder Scrolls V: Skyrim: un juego muy gordo pero carente de ese componente de novedad que le excita a alguien que lleva años jugando a los videojuegos. Eso sí, si la fórmula de disparos, steampunk y RPG ligerito te pone, vas a disfrutar Rage como un enano.

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