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Hola Appalachia. De regreso a Fallout 76 dos años después

fallout 76

Han pasado más de dos años desde mi primera experiencia con Fallout 76. Muchos mea culpa por parte de Todd Howard, ajustes y expansiones forman parte de un juego que mantiene su esencia y se ve potenciado por muchos de sus cambios, en especial el regreso de los NPC.

Inicio atropellado

Recordemos que Fallout 76 fue presentado como uno de los grandes juegos de 2018. Llevar la franquicia a un modelo totalmente online donde los mismos jugadores serían los encargados de dar vida al post apocalíptico mundo de Appalachia. Los únicos sobrevivientes eran los jugadores, un puñado por servidor.

Al final no fue como Bethesda Game Studios lo imaginó. Las personas comenzaron a exigir aumento en el número de jugadores por servidor y la implementación de NPCs. Por otro lado, el estudio se dio cuenta que en un mundo como el de este título, las personas prefieren cooperar más que pelear.

Un nuevo inicio

Decidí iniciar este nuevo viaje en Fallout 76 de cero. De hecho no tenía más opción, un enredo de cuentas entre diferentes plataformas me llevó a comenzar desde el princpio. Lo que al final no fue malo. Los primeros minutos, dentro de la bóveda, fueron conocidos, pero un segundo fuera del refugio fue suficiente para notar el cambio.

Nada más salir ves personajes, que no son jugadores, listos para interactuar. Misiones más allá de las que se consiguen en las terminales y vaya que es bueno ver eso. La primer gran misión sigue siendo encontrar a la supervisora, pero créanme que terminé haciendo muchas más cosas antes que eso.

Nuevas sensaciones

El tener NPCs dentro del juego le da otro aire. La cantidad de misiones aumenta, incluso estos nos apoyan en ciertas actividades. Como lo decía, olvidé por completo la misión de la supervisora y me dediqué a encontrar un tesoro a partir de un rumor. Allí se evidencian esos elementos que hacen interesante a esta saga.

La libertad es total. Podía matarlos a todos e ir a buscar el tesoro, tomar una postura más amable y colaborar con la causa o cualquier punto intermedio. Ese tipo de interacción no era posible antes, las máquinas no entregan tanta facilidad, era un simple hacer o no hacer.

Otra de las novedades tiene que ver con el “pase de batalla”. Un mapa lleno de bonificaciones que se obtienen superando retos diarios o semanales y que al final otorga algunos elementos interesantes.

Mucho de este contenido viene gracias a las expansiones, gratuitas, que ha recibido el juego constantemente. En mi caso, al ser un jugador nuevo, no fue fácil saber que era parte del juego base y que viene de la expansión, a excepción de ciertos elementos, como los NPC, pero sí puedo asegurar que se notan los cambios.

La amabilidad permanece

Definitivamente Fallout 76 no tiene una comunidad tóxica. A pesar de tener más jugadores por servidor, en ninguno momento y en ninguna de mis sesiones de juego me encontré con algún personaje marcado para recompensa o fastidiando. Por el contrario, todos son muy amables.

No se si esto era posible antes, pero lo que siempre hice durante las partidas fue unirme a un grupo, casi siempre casual, con el fin de obtener ciertas bonificaciones y ganar más experiencia o incluso participar en actividades. A veces el líder del grupo o alguien con más nivel se presentaba en mi ubicación para entregarme objetos o ayudarme con mis tareas.

No es cosa de un ratito

Lo que no cambia en el juego es su tamaño. El yermo sigue siendo igual de extenso, peligroso e interesante. A mi lo que más me gusta es salir a explorar y descubrir lugares, enemigos y ahora personajes. La sensación de explorar sigue siendo muy bien lograda, más si en el camino nuestro objetivo es conseguir elementos para mejorar el campamento y nuestro equipo.

Fallout 76 no es un juego para dedicarle un par de minutos al día y ya, por el contrario, te absorbe. Cuando uno menos se da cuenta han pasado 3 o 4 horas y queda la sensación de no haber avanzado mucho. Al final, por lo menos yo, se entra con una actitud de tener claras las tareas a realizar y no andar deambulando sin sentido.

Algo que si se mantiene son las misiones diarias y semanales. El juego siempre te da motivos para volver y los retos, algunos bastante sencillos, son motivos suficientes para jugar ese par de horas diarias, con el fin de adquirir experiencia adicional y progresar en los niveles del pase (yo le he puesto ese nombre, pero no se llama así).

Interesante comunidad

Una de las ventajas que tuvo esta nueva experiencia frente a la primera es que ya existe una comunidad. Antes para mi todo fue ensayo y error (más errores que cualquier cosa), principalmente porque no soy jugador asiduo de la serie, la conocía y ya. Pero con el apoyo de los expertos es otra cosa.

Te enseñan que las mutaciones no son tan malas, que a veces es necesario construir y desarmar para obtener mejoras en las armas o que los mapas en las estaciones de tren no están solo de adorno. Fallout 76 es un título muy basto y el tener el apoyo de expertos siempre aporta bastante.

No está libre de críticas

A pesar de que las críticas han bajado, Fallout 76 tuvo, en su momento, un elemento que fue duramente criticado. Se trata de Fallout 1st, una suscripción premium que da acceso a chapas mensuales, mundos privados y elementos cosméticos, además de almacenamiento ilimitado de chatarra (el sueño de todo acumulador).

Yo, que viví las dos experiencias, puedo decir que es un adicional que no rompe el juego. La mayoría de los elementos son cosméticos y si hay algún problema con las chapas, esas se consiguen vendiendo mucha de la chatarra que se consigue en el yermo.

Conclusión

Los años le han sentado bien a Fallout 76. Un juego que ha ido solucionando sus errores y que siempre busca complacer a su comunidad, con actualizaciones gratuitas. Las sensaciones de exploración y el descubrir cada secreto que oculta Appalachia se mantienen y a mi me ha enganchado demasiado.

Considero, eso sí, que sigue siendo un título muy de nicho. A los seguidores de los RPG puros, un juego como estos les va a encantar. A los que son más casuales les va a parecer lento y vacío (historia real). Honestamente no tengo muchos peros, porque a mi me gustó la primera vez y me sigue gustando.

El regresar más de dos años después me trajo muchas sensaciones. Recordé algunas de las misiones iniciales y me sorprendí con las nuevas, especialmente las relacionadas con los NPCs. El juego es muy extenso y propone horas y horas de entretenimiento por donde se le mire, todo depende de nuestra capacidad de exploración y hasta donde queramos llegar.

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