Icono del sitio Akihabara Blues

I am Setsuna

Antes de empezar, me gustaría aclarar que no he probado I am Setsuna en ninguna otra plataforma, por lo que no estoy en posición de hacer comparaciones gráficas, técnicas o incluso de contenido. Mi experiencia con el juego de Square Enix, que se estrenó a principios del año pasado se limita a mi tiempo de juego en la plataforma híbrida de Nintendo.

I am Setsuna, quizá uno de los JRPG más hermosos a nivel visual y sonoro que he jugado nunca.

Un JRPG tramposo

Jentrena sí que le echó un rato y dejó por aquí sus sensaciones iniciales en la versión de Steam. Dicho esto, voy al lio: I am Setsuna (Square Enix (Tokyo RPG Factory), 2016) es un videojuego de rol muy japonés que comparte fórmula con los RPG de las consolas de 16 bits – y todos los tributos que han salido de las factorías indies. Hay tres matices muy importantes.

El primero es que está publicado por el que podría ser considerado como el sello referencia del género, Square Enix. Poca broma. El segundo es que tiene unos acabados increíbles. Uno podría pensar – yo el primero antes de meterle mano – que I am Setsuna se trataba únicamente un JRPG con el que hacer caja a costa de l@s melancólic@s de turno, no es el caso. Square Enix ha puesto sobre la mesa los recursos suficientes como para que I am Setsuna tenga unos acabados de primer nivel. Sí, el estilo visual podría considerarse retro, pero los acabados son, para que nos entendamos, Triple A.

Tokyo RPG Factory, hacedores de magia

Como tercer matiz, y relacionado con el anterior, encontramos lo que, en mi opinión, convierte a I am Setsuna en una arriesgada apuesta. La inversión ha obligado a Square Enix el colocar a su JRPG en un precio de 40€, sin duda muy alto en cuanto a los que estamos acostumbrados para juegos que se consideran tributos de un género retro. Cabe señalar que en Nintendo Switch se ha puesto al mismo precio que en el resto de plataformas, rebajas aparte.

Un horizonte lleno de promesas

Aislándonos del precio, algo complicado por otra parte, pasemos a alabar lo que ha parido el estudio Tokyo RPG Factory. Artísticamente I am Setsuna enamora. Los acabados técnicos, como las animaciones o detalles como la interacción con la nieve o como cae esta de las copas de los árboles, proporcionan al juego de Square Enix de una serena belleza que cala muy dentro. Y qué decir de la banda sonora. Pura magia que te transporta a un mundo mágico, perdido, maravilloso, en el que, a pesar de la tragedia que lo envuelve, uno desearía verse transportado para poder formar parte de un cuento tan dramático como hermoso.

Y es que I am Setsuna, a nivel argumental, es pura carga dramática, un puñetazo a la boca del estómago de buenas a primeras que, seguro, habrá tirado para atrás a much@s jugador@s. No es lo mismo embarcarse en un videojuego en el que controlamos a un personaje destinado a salvar al mundo a base de enviar a monstruos al otro barrio que acompañar a una adolescente a ser sacrificada. Un hilo argumental duro, sí, pero que permite ofrecer una gran cantidad de matices a la historia de Setsuna y los que la acompañan a su destino.

El estudio Tokyo RPG Factory fue fundado por Square Enix con el propósito de crear videojuegos basados en el género que explotó en los 90, y este I am Setsuna es su primer lanzamiento. Se puede decir que el resultado es casi inmejorable, estoy impaciente por conocer qué futuros proyectos tienen entre manos.

Salir de la versión móvil