La semana pasada tuve la oportunidad de viajar a Madrid para poder jugar ni más ni menos que a Wolfenstein: The New Order, la nueva entrega de esta añeja saga padre de los FPS tal y como la conocemos hoy en día. ¿Qué tal le habrán sentado el paso de los años?
Durante la prueba pude jugar algo más de dos horas y media a este nuevo título en su versión para PS4 acompañado por una TV de la marca Samsung y unos cascos de Madcatz que, todo hay que decirlo, se escuchaban de auténtico lujo.
Lo primero de lo que os voy a hablar es del apartado técnico del juego. Gráficamente he de confesar que Wolfenstein no ha llamado mi atención con sus texturas. Se nota cierta mejora respecto a PS3 y Xbox 360, sí, pero no demasiado. Esto evidentemente puede mejorarse, hay que recordad que lo que he probado es una preview y mejorar las texturas en muchos casos es tan simple como añadir una librería con las mismas en HD. Sin embargo, el juego sí que corre a una tasa de frames abundante y además en los escenarios podremos destruir muchos pero que MUCHOS objetos. Esta destrucción de escenarios que acompaña al nuevo Wolfenstein es sin duda una de sus principales características y es lo que más llama la atención a nivel técnico.
Los hay que preferirán gráficos poderosos pero yo soy más del otro grupo, del que prefiere una tasa de frames potente y escenarios con los que poder interactuar, en los que pueda ver su destrucción y aprovecharme de los elementos que van cambiando en él a medida que vamos pegando tiros, lanzando granadas y, en definitiva, destruyendo un montón de paredes u objetos.
Pasemos ya al apartado jugable de este Wolfenstein: The New Order. Siempre es complicado hacer una nueva entrega de una saga que tiene tantos años a sus espaldas como es Wolfenstein y la cosa se complica aún más si tenemos en cuenta que este título ha sido el padre de los FPS que conocemos a día de hoy. Esto lo saben bien sus desarrolladores y por eso han decidido ofrecernos una experiencia de la vieja escuela sin renunciar a todo lo que han evolucionado los FPS a día de hoy manteniendo un gran equilibrio entre lo antiguo y lo moderno.
Tu sí que eres de la vieja escuela, colega
¿En qué notamos esta experiencia old school? Lo primero de todo, en los botiquines. Sé que más de uno estáis pegando botes de alegría al saber que estos viejos olvidados de los FPS están de vuelta. Basta ya de esconderse tras una pared como una gallina esperando a que se nos recargue por completo la vida. En el nuevo Wolfenstein o pillas botiquines o te quedas sin fiesta, aunque, eso sí, Bethesda ha sido clemente y ha decidido que, para que los jugadores más jovenzuelos no se vean desplazados la vida se pueda regenerar automáticamente si cae por debajo de 20/100… hasta ese mismo 20/sobre 100, ni un punto más ni un punto menos.
Otra característica de la vieja escuela bastante notable la encontramos en los escenarios. Vuelven esos mapas llenos de secretos, con un montón de recovecos ocultos que están esperando ser encontrados por los jugadores más inteligentes. Estos caminos alternativos, además de llevarnos a suculentas recompensas en forma de armas, vida, escudo o coleccionables también nos servirán para hacernos la vida más fácil y acabar con el enemigo ahorrándonos un montón de tiempo y muchas heridas de guerra.
Para finalizar esta parte no podía faltar a esta cita la dificultad. Wolfenstein no va a ser un camino de rosas para los jugadores, sobre todo en su máxima dificultad. El juego castiga los fallos, premia a los jugadores listos y supone todo un reto que nos hará disfrutar. Sin duda, este punto bebe directamente de los dos anteriores (sobre todo del primero) y además se ve incrementado por una racionalización bastante elevada de la munición. Mucho ojo con gastar balas a lo loco porque podrás echarlas de menos más adelante.
Un lobo viejo con personalidad nueva
Está claro que los fans de Wolfenstein iban a pedir por lo menos todos los detalles que os hemos citado anteriormente pero no os equivoquéis, Wolfenstein: The New Order incorpora unas cuantas cosas nuevas a la saga, cogiendo elementos de los FPS modernos que le sientan de maravilla al título.
Lo primero de todo es indicar el gran número de armas disponibles. En tan solo un par de horas pude ver por lo menos unas 6 o 7 armas distintas además de otras armas especiales como ametralladoras o cañones de artillería antitanque o antiaérea que podremos manejar durante algunos momentos. Eso, que yo haya visto porque lo que probé no fue otra cosa que el inicio del juego.
Además la mayoría, por no decir todas las armas tienen la posibilidad de equiparse de forma doble, o lo que es lo mismo, podremos ir con un mismo modelo de arma en cada mano. El poder destructivo de esta variante está fuera de toda duda y nos será especialmente útil a la hora de enfrentarnos a un gran número concentrado de enemigos o a los más poderosos pero sin embargo hay que tener en cuenta que la precisión es menor y que el consumo de munición es mayor por lo que deberemos de tener mucho cuidado si vamos a lo bruto.
Lo segundo es el componente de sigilo que Bethesda ha añadido en esta ocasión a Wolfenstein. Tendremos la posibilidad de coger rutas alternativas, enmascararnos detrás de objetos y eliminar de manera silenciosa a los enemigos, ahorrando munición y más de un disgusto en algunas zonas en las que se dará la alarma en cuanto se advierta nuestra presencia provocando un aumento considerable en el volumen de enemigos que deberemos pasar por la piedra para seguir con nuestro camino. Por supuesto esto es opcional y siempre podremos ir en plan Rambo disfrutando del poder de nuestras armas y regocijando nuestros ojos con todo lo que vamos destruyendo a nuestro paso pero los jugadores que, como yo, les gusta mucho esconderse en las sombras verán con muy buenos ojos esta nueva vertiente del juego.
Para finalizar este apartado, tengo que hablaros de la personalidad propia que tiene el juego. Bien es cierto que el primer episodio al que pude jugar era más clásico, más pasillero y recordaba a los Wolfenstein de toda la vida. Era algo lógico, dado que este episodio nos servía de tutorial pero a partir de ahí, en cuanto viajamos a 1960, año donde transcurrirá el juego, y donde los Nazis se han apoderado del mundo, vemos la personalidad propia de esta nueva entrega: más caminos a recorrer, escenarios más amplios, destrucción, diseño con ciertos toques de steampunk y una buena cantidad de enemigos de lo más peculiares, sobre todo los mecanizados (mucho ojito con algunos ciborg de tamaño enorme y con los perros, tienen pinta de que nos lo van a hacer pasar mal a lo largo del juego).
Gunplay inmejorable
Antes de pasar a las conclusiones quiero dedicar un punto al control del juego que me ha resultado exquisito. Como muchos sabréis soy fiel defensor de que los FPS han de jugarse en PC, la comodidad y precisión que me da el ratón no me lo ha dado jamás un mando pero he de reconocer una cosa, Wolfenstein: The New Order se maneja muy bien con el DualShock 4.
No me había sentido jamás tan cómodo controlando un shooter con un mando ya no solo por la distribución de los botones sino por la precisión y la sensación de confort a la hora de apuntar que han conseguido Bethesda y Machinegames con el juego.
Evidentemente sigo prefiriendo mi amado ratón pero el control de Wolfenstein con el nuevo DualShock se le acerca bastante.
Conclusiones
Vamos a tener que estar muy atentos a Wolfenstein: The New Order.
Es cierto que a nivel gráfico no llama demasiado la atención en lo que a texturas se refiere pero, sin embargo, este punto lo compensa de sobra con la gran cantidad de cosas que podremos destruir en los escenarios y una buena tasa de fps.
A nivel jugable el título destaca en varios sentidos, el primero de ellos es su vertiente old school con sus botiquines, su dificultad, sus pasadizos secretos…
El segundo son todas las cosas nuevas que tiene este Wolfenstein y que aún solo hemos comenzado a probar: la variedad de armas, la posibilidad de convertirnos en auténticos asesinos eliminando de forma sigilosa a nuestros enemigos, la personalidad propia del juego con esos enemigos mecanizados y ese ligero toque steampunk trasladado a 1960…
En definitiva, si todo sigue así Wolfenstein: The New Order es un juego muy a tener en cuenta este año y puede tener papeletas para convertirse en uno de los mejores FPS del inicio de la nueva generación.
Por cierto, recordad que el juego sale a la venta el próximo 23 de mayo para PC, PS3, PS4, Xbox 360 y Xbox One. ¿Estáis listos?