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La Revolución Gloriosa de Final Fantasy XIV Stormblood

Dos años tras el lanzamiento de Heavensward, la historia de Final Fantasy XIV nos conduce hacia el Este para tratar de luchar contra el temible Imperio. Final Fantasy XIV Stormblood es una historia de esfuerzo y sacrificio, y un gran añadido para el juego en su conjunto.

Revoluciones

La trama en esta expansión arranca directamente donde la dejamos en Heavensward, realizando una serie de asaltos contra el Imperio de Garlemald (una nación muy avanzada tecnológicamente y que somete bajo su yugo a buena parte del mundo conocido) en la provincia de Ala Migho. Provincia de la que habíamos oído hablar en algunos momentos de A Realm Reborn y de la que proceden algunos personajes principales como Raubahn «El Toro de Ala Migho» o nuevas incorporaciones como Lyse.

Llegaremos así a la zona de The Fringes, un área rocosa y desértica donde la poca prosperidad que podían haber vivido sus habitantes se ha visto truncada desde la ocupación del Imperio hace unas décadas. Aquí conoceremos «como se las gastan» y por qué existe ese deseo de luchar por la libertad en el país de Ala Migho: El Imperio es notablemente autoritario y violento con los locales, y también establece una política de violencia racial que es mostrada en algunas escenas y conversaciones bastante duras.

También conoceremos las vivencias de una Resistencia muy diezmada y dispersa que deberemos tratar de reconstruir e impulsar para convertirla en una fuerza capaz de plantar cara a la avanzadísima tecnología del Imperio. Visitaremos Rhaegal´s Reach, el santuario o ciudad principal de la expansión, y conoceremos a muchos locales. Un personaje que destaca especialmente es Fordola, una nacida de Ala Migho pero que luchará junto al Imperio. Mostrando así las luchas internas de los habitantes de forma heterogénea. Este es el tipo de detalles que convierten a la historia y las zonas que visitamos en creíbles, y parte de lo que hace grande a Final Fantasy XIV Stormblood al poder apreciar contradicciones de este tipo en personajes cargados de profundidad.

Viaje al Lejano Este

Pero ahí no terminará la cosa. En un momento de impasse, aprovecharemos para viajar al Este en busca de avivar las llamas de la revolución contra el Imperio en otras regiones. Llegaremos así a Hingashi, una de las pocas ciudades abiertas al comercio en las islas del Este. Y que, he de decir, tiene un diseño y un uso de la paleta de colores espectacular. Tanto es así que, junto a su precioso tema, se ha convertido en una de mis zonas favoritas del MMO.

En esta ciudad obtendremos nuevos aliados y trataremos de hallar la manera de cruzar hacia el cuerpo principal del continente. El Lejano Este es, en Final Fantasy XIV, una reinterpretación de Asia en nuestra realidad. Eso sí, con una muy mayor presencia japonesa. El área en sí rebosa inspiración nipona en la música, el estilo arquitectónico, las vestimentas de los personajes o las propias costumbres y maneras de los mismos.

El Arte del título me hace plantearme seriamente comprar los Artbook del juego.

Un punto importante en esta parte es la lucha cultural, ya que buena parte de los locales que se sumarán a nuestra revolución en el Este lo harán por que ven amenazada su forma de vida ante el Imperio. Conoceremos por ejemplo a la Confederación, una especie de alianza de piratas que cobran un importante impuesto a todos aquellos que quieren cruzar desde Hingashi al continente principal, que se llama Othard. Este impuesto no lo ve con buenos ojos el Imperio, que también domina el área al menos nominalmente, por lo que se unirán a nosotros sin mucho esfuerzo.

Reinterpretando Asia

Llegaremos así al Mar Rubí, la primera zona en la que podremos nadar y bucear. Toda una novedad en el título. El buceo funciona de manera similar al vuelo que se introdujo en Heavensward (y que por cierto se mantiene en todas las nuevas zonas), aunque los lugares en los que se puede bucear son más restringidos. Con todo, las zonas submarinas son todo un derroche de arte. En ellas encontramos desde navíos hundidos, ciudades e incluso tesoros.

También conoceremos a una raza de locales llamados Kojin (unos seres humanoides-tortuga) que también tienen sus costumbres, valores y tradiciones y que se encuentran divididos en el apoyo y oposición al Imperio. La trama nos llevará después a Doma, que es junto a Ala Migho la otra nación que buscaremos liberar. Y que, aunque curiosamente ocupa geográficamente el lugar de China, será el Japón de este universo.

Una nación que carece de rey y donde deberemos aventurarnos hacia el norte a las Estepas de Azim para encontrarlo. Esta zona también es una delicia visual, poblada de pueblos esteparios al estilo mongol, también con sus propias costumbres. Al tiempo volveremos a Ala Migho a terminar lo que empezamos en una demostración sin precedentes en el título de la capacidad de hacer una historia interesante, cohesionada y sin relleno.

El diseño de personajes de esta expansión es alucinante, tanto para encuentros de jefes finales como para personajes principales que nos acompañarán a lo largo de la historia.

La historia es, nuevamente un punto fuerte del título

Como digo, Square Enix ha logrado narrar una historia bien llevada, hallando momento para todo tipo de momentos culminantes que incluso avanzan tramas que llevan estando presentes desde contenido previo. Si algo hace bien Final Fantasy XIV, y por supuesto Final Fantasy XIV Stormblood, es ser consciente de su propio trasfondo histórico. De los personajes que hemos conocido y de sus conflictos. Y son capaces de ser valientes en numerosas ocasiones con el argumento y llevar a los personajes a finales satisfactorios o sorprendentes.

Nos encontraremos con las Qalyana, una raza de mujeres-serpiente de fuerte inspiración hindú.

Y, si bien es cierto que la historia en general no la podemos percibir como tan épica como la de Heavensward (al fin y al cabo, resolver un conflicto milenario entre una teocracia absolutista y los dragones suena más molón que liberar dos naciones de la tiranía) sí que creo que está mucho mejor medida. He percibido menos momentos de «¿por qué estoy haciendo esta tontería?» y, al contrario que en Heavensward, ha sido capaz de mantener mi interés de principio a fin de expansión.

Y lo mejor de todo es que no sólo ha mejorado en el diseño de historia, también en muchos otros aspectos. Uno de ellos son las misiones: hay más presencia de actuación de voz (que siempre es bueno en los momentos álgidos de la trama) y hay nuevas mecánicas y objetivos. También, aunque creo que aquí igual se ha abusado un poco, hay mucha presencia de misiones instanciadas para reflejar combates importantes o momentos clave como escaparnos utilizando bombas de humo. Aunque no me ha desagradado que se haga tanto uso de esto (porque suelen ser misiones algo difíciles) sí que me hubiera gustado que hubiese mayor presencia de actuación de voz.

Hacia una expansión redonda

Huelga decir que si fallamos esas misiones podemos repetirlas con una dificultad reducida. Dicho esto, debo hablar también de las mazmorras. En este campo también ha habido una mejora aunque no tan sustancial como de A Realm Reborn hacia Heavensward. El diseño de mazmorras se ha estandarizado un poco más en cuanto a objetivos (asesinar 3 jefes y limpiar las zonas intermedias suele ser lo normal) pero la presentación de las mismas es mucho más original y sorprendente. No se hacen largas gracias a continuos encuentros con enemigos variados que te hacen distintas habilidades por lo que siempre estás entretenido.

Que cada raza que nos vamos encontrando tenga su cultura, tradiciones y formas hace del mundo de FINAL FANTASY XIV un mundo creíble.

Además, los jefes también tienen más mecánicas propias. Y, sin ser nada complicado por lo general, hace que las mazmorras sean más divertidas. También hay encuentros muy originales como en «El Temple de Bardam» que son realmente chulos. Todo esto sumado a que la comunidad es, en mi experiencia, bastante afable y dispuesta a tener paciencia y enseñar, convierte al uso de mazmorras del juego en algo muy útil y atractivo.

Algunas mazmorras cuentan con temas sonoros propios, y esto sumado al diseño visual de las mismas da lugar a algunas de las mejores mazmorras que he pisado hasta el momento. Me quedo por ejemplo con Shisui de las Mareas Violetas por su preciosa inspiración de templo japonés tradicional. Aunque también existen mazmorras algo más genéricas y pesadas cuyo nombre no mentaré por evitar destripes argumentales importantes.

Ojo destripes en el video, recomiendo escuchar la canción pero no visualizarlo.

Conclusiones

Finalmente, quiero ovacionar el trabajo sonoro del título: A nivel de actuación de voz han seguido contando con actores poco conocidos (al menos en el doblaje inglés) que son realmente únicos y lo dan todo por encarnar a los personajes. Me quedaría especialmente con Hien o Yotsuyu por el papelón que se marcan. Resaltar, aunque lo he mencionado antes, que me gustaría ver más presencia de actuación de voz en el futuro, sobretodo por que creo que hay momentos de la trama que ganarían muchísimo con presencia de voces.

Apreciar también el trabajazo que ha hecho Masayoshi Soken, el principal compositor de Final Fantasy XIV y que con Stormblood nos deja temazos como Revolutions o el tema principal de la expansión, que sonará en momentos notables como en peleas contra jefes finales de mazmorra, dándoles una epicidad absoluta. También ovacionar a los temas más calmados y «generales» que suenan en momentos en los que no hay mucha acción o directamente son apacibles. Conseguir que los temas que suenan casi continuamente no se hagan molestos o repetitivos es todo un logro.

La calidad de los Trials, encuentros contra jefes inspirados en invocaciones tradicionales de Final Fantasy, sigue subiendo.

En definitiva: Final Fantasy XIV Stormblood es un importante paso al frente viniendo de una expansión tan notable como fue Heavensward. A nivel argumental creo que no es una experiencia tan memorable pero sí más compacta y mejor llevada. Y directamente una mejora en el resto de aspectos del juego, finalizando con una perfecta introducción a SHADOWBRINGERS, que es la tercera expansión y el contenido actual del juego. [89]

 

 

 

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