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Little Nightmares II, una carrera contra las pesadillas

Little Nightmares II

Cuando Bandai Namco decidió dar luz verde a Little Nightmares II me sentí muy emocionado. La primera entrega me pareció genial en todos sus aspectos. Desafortunadamente la secuela se queda a mitad de camino y por momentos se siente muy desequilibrada.

Un mundo de pesadilla

Ya lo mencionaba en mis impresiones de la demo de Little Nightmares II. Visualmente el juego es impactante y las situaciones pueden llegar a generar miedo. Una vez salimos del bosque, que es el primer nivel (mismo que jugamos en la demo), llegamos a una ciudad retorcida y controlada por una señal que los mantiene a todos pegados a las pantallas de televisión, literalmente.

Este espacio es el que nos permite conectar con los niveles propiamente dichos, los cuales, en lo personal, me recuerdan mucho a Silent Hill. Una escuela, un hospital, una ciudad abandonada, solo faltó el cementerio. Además, muchos de los enemigos están totalmente desfigurados.

La ambientación es uno de los puntos fuertes de Little Nightmares II. Esa constante sensación de agobio y el saber que en cualquier momento alguna presencia puede destruir la “tranquilidad”, llevan a una tensión constante, por lo menos en los primeros minutos del juego.

Sumamente repetitivo

Como lo decía en el párrafo anterior, la atmósfera atrapa por un rato, sin embargo se comienzan a identificar patrones. Todo el tiempo es una constante de cruzar un pasillo, abrir una puerta y esconderse debajo de una mesa. Si el enemigo está en la habitación, solo es esperar que se distraiga y llegar a otra cobertura.

Si, tenemos puzles y algunos muy ingeniosos. El de los televisores me recordó mucho a portal. Pero no son nada del otro mundo, de hecho resultan sumamente sencillos y escasos, diría yo. El título se enfoca mucho en escapar y esconderse. Por mucho que los escenarios cambien, las mecánicas son las mismas.

Volviendo a los acertijos, al final es un ejercicio de ensayo y error hasta dar con el chiste. Por momentos la suerte es suficiente para dar con la solución, sin siquiera entender de qué se trataba el puzle.

Huyendo del enemigo de turno

Cada nivel, de los cinco que tiene el juego, nos presenta un jefe final, del cual debemos escapar (solo hay enfrentamiento con uno). La mecánica es siempre la misma, pero previo al sprint final es necesario recorrer un corredor lleno de obstáculos. Aquí debo admitir que el de los maniquíes me pareció genial, es de los mejores niveles del juego.

Pero al final es siempre lo mismo. Escóndete, cambia de cobertura, haz ruido, vuelve a esconderte y escapa. Eso sí, los jefes son variados, desde un loco con un hacha, pasando por una profesora que estira la cabeza, un cirujano que se cuelga de las paredes y un tipo muy parecido a Slenderman.

Controles que van al grano

Al igual que en su primera entrega, Little Nightmares II tiene unos controles muy sencillos. Tenemos un botón de acción, otro para correr, otro para saltar y con ese mismo arrojamos objetos. Ah bueno y cuando estamos acompañados, un botón para llamar a nuestro acompañante.

Cuando el juego entra en ese estado frenético, de correr por tu vida, a veces los controles fallan. El personaje no se cuelga, o el salto es corto, se mueve en una dirección diferente y eso es suficiente para que nuestro perseguidor nos de caza y sea necesario reiniciar, desde el punto de control eso sí.

Intentando estirar la experiencia

Little Nightmares II es un juego corto, aproximadamente 4 horas son suficientes para completarlo. Eso sí, llevarlo al 100% puede tomar más tiempo. Cada escenario esconde sombreros y recuerdos que debemos encontrar. Sin embargo, creo que eso no fue suficiente para aprovechar los escenarios.

Como lo decía al inicio, la ambientación es genial, pero se desaprovecha. Muchos espacios simplemente nos obligan a seguir hacia el frente, a pesar de tener otros corredores y puertas, que desafortunadamente no se pueden abrir. El juego siempre da la sensación de ser muy lineal y son pocos los espacios que no forman parte de la misión principal del nivel.

Una historia extraña

Esta saga nunca se ha caracterizado por tener una historia fuerte. Solo somos un personaje tratando de escapar de varias pesadillas. Aquí no es la excepción. sin embargo, el personaje del primer juego, Six, hace acto de presencia como nuestra acompañante y me parece que un poco de contexto hubiese sido útil.

Por momentos Little Nightmare II me trajo recuerdos de Inside. Un juego sumamente corto, con una ambientación similar, pero lejos de la calidad del título de Playdead. Tal es el punto de comparación que el final tiene toques similares y creo yo que ese es el elemento más impactante del juego. La escena final deja con la boca abierta, más que todo por lo que acontece, no por la jugabilidad.

Conclusiones

Little Nightmares II me deja con sentimientos encontrados. No es un mal juego, pero creo que no está a la altura de su primera entrega. La ambientación y algunos escenarios, de nuevo, el de las maniquíes…De igual manera la escena final puede llegar a sorprender, como algunos enfrentamientos con jefes finales.

Sin embargo, no me terminan de convencer las mecánicas repetitivas, los escenarios poco aprovechados y los controles poco pulidos. El juego no se encuentra muy equilibrado entre situaciones y podemos pasar periodos simplemente corriendo y agarrando objetos.

Considero que este es un buen título para jugar un fin de semana, gracias a su duración y baja complejidad. De igual manera si el primero te gustó, probablemente este también. En lo personal no quedé decepcionado con el trabajo de Tarsier Studios, pero si esperaba más. [70]

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