Ayer tuve el privilegio de visitar las oficinas de Canal Juegos gracias a la invitación de Arnau, nuevo jefazo de la web. Además de babear por lo chulo que es su despacho, comentar planes de futuro en los que Canal Juegos y la Blogsfera española podrían estar muy unidos, pude jugar a Motorstorm por primera vez. Al contrario que en mi test a Resistance, en esta ocasión la tele era de nivel, así que si el juego no lucía mejor no se le podía echar la culpa al monitor.
No me malinterpreteis, Motorstorm me pareció gráficamente muy correcto. Pero ni de coña llega al nivel que espero de un juego Next-Gen. Y Gears of War me ha demostrado que no estoy soñando imposibles. Motorstorm es como un Moto Racer en alta definición. Y poco más.
El control no está mal, incluso con el sensor de movimiento activado. Eso sí, Motorstorm tiene de simulador lo que yo de monja. Ni en los giros ni en los derrapes ni en los saltos tendréis la sensación de que vuestra pericia os otorgará unas décimas extras que pueden resultar vitales. Ésto es más arcade que el Tetris, que ya es decir.
Vamos, que no tiene nada que ver con el infame trailer del E3, temática aparte. Personalmente creo que Phil Harrison ya nos ha colado la primera doblada. Ahora queda KillZone 2 y el desencanto promete repetirse, aunque un posible fiasco de Halo 3 le allanaría el camino. Eso sí, siempre quedará Gears of War como muestra del dominio visual, momentaneo o no, de Xbox 360 frente a la consola de las 100.000 pesetas.