Ya aluciné hace 4 años con Moss (joder cómo pasa el tiempo). El juego de Polyarc, que recientemente ha visto como su secuela salía a la venta, se mantiene fresco como el primer día.
Moss está protagonizado por Quill, una ratona aventurera a la que controlamos en un mundo mágico. Pero también encarnamos, desde nuestro pedestal de Realidad Virtual, a un personaje conocido como El Lector, que se encarga de facilitarle las cosas lo máximo posible a Quill. La relación entre estos dos personajes es pura química, y Quill y el Lector interaccionan con mucha frecuencia, tanto por motivos de gameplay como por celebraciones y cuidadas animaciones que contribuyen enormemente a crear una ambientación absolutamente maravillosa.
El juego de Polyarc es, así, una suerte de cuento de hadas en el que una ratoncita tiene que salvar su mundo del malvado de turno. Pero lo que hace a Moss tan mágico es que está planteado como un diorama gigante que veremos desde una posición privilegiada como el Lector, viendo con todo lujo de detalles como Quill recorre cada una de las pantallas con todo lujo de detalles.
Moss nunca ha brillado más que en PSVR2. A su magia inconfundible y a su propuesta de acción en Realidad Virtual en Tercera Persona siempre se le ha sumado un apartado visual intachable, cuidadísimo y preciosista hasta decir basta. Ahora, con las nuevas gafas de realidad virtual para PS5, este mundo alcanza un nuevo nivel visual, además de incorporar las características hápticas y de seguimiento de los ojos que aporta las nuevas gafas de VR de Sony.
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