A pocas horas de que esta reseña se publique, acabo de finalizar Senua’s Saga: Hellblade 2, el regreso de Senua. Ninja Theory ha vuelto a crear un videojuego que, como la primera entrega, trasciende el medio, que rompe barreras técnicas, sonoras y visuales, para crear una experiencia demoledora.
Así, Senua’s Saga: Hellblade 2 me parece un ejercicio magistral de cómo crear un videojuego de los que merece la pena que entren en los libros de historia.
Esta afirmación la defiendo fácil, posicionando su apartado sonoro, dirigido por David García, como uno de los elementos de cualquier tipo más sorprendentes y más cuidados que he experimentado nunca en un videojuego. Que te mete voces en la cabeza, como si fueras una persona con psicosis, con voces que te rodean, literalmente, que te hacen sentir como una mierda en muchas ocasiones, que te impiden pensar y actuar con claridad, evitando que puedas hacer nada con una mínima seguridad, como si el suelo se resquebrajara debajo de ti. Esto es un logro del Medio del Videojuego, sin duda, y merece todos los aplausos. Nota importante: Senua’s Saga Hellblade 2 lo tienes que jugar con cascos para poder experimentar el increíble sonido del título de Ninja Theory. Aquí te lo explica David en persona:
El segundo aspecto que me gustaría destacar es el visual. Es una barbaridad cómo se ve Senua’s Saga: Hellblade 2, demostrando que Unreal 5, el motor del juego, permite cosas muy gordas y convirtiéndose este juego en la demo técnica perfecta. Todo es fotorealista, empezando por los escenarios, que incluyen una captura fotogramétrica de Islandia, así como los personajes, que son indistinguibles de las actrices y actores de los que se han capturado los movimientos. En muchas secuencias, incluso in-game, dudaba si estaba viendo el motor del juego o vídeos de las actrices y actores, tal es el nivel.
Tengo que decir que no he jugado a Senua’s Saga: Hellblade 2 con una Xbox, sino que lo he jugado en PC. En Ordenador, Senua’s Saga: Hellblade 2 es un espectáculo increíble, alucinante, pero no se le puede poner ni una pega a cómo se ve, que es una locura. Como nota informativa, en Xbox parece que los FPS están capados a 30, sin posibilidad de aumentarlos, lo que hace que me pregunte si en esa plataforma se va a poder erigir realmente como el referente visual que muchos esperaban.
El regreso de Senua, a nivel jugable, continúa con lo establecido en la primera entrega, empezando por su duración, de unas 8 horas, aproximadamente, que, dada la coyuntura del formato del entretenimiento actual, se me ha hecho corto. Soy consciente que esto es injusto para Ninja Theory, porque lo que hay está cuidado al detalle, y 8 horas de entretenimiento de calidad deberían contar más que los cientos de horas de relleno de la mayoría de obras. Pero la sensación de que la epopeya de Senua se queda algo corta para acabar de explotar me invadió durante los créditos.
Senua’s Saga: Hellblade 2 plantea una combinación de combates con espadas, muy bien resueltos, con pasajes en los que tendremos que resolver puzles, también continuistas con el primer Hellblade. El combate me sigue pareciendo tan bueno como el primero, a pesar de que la falta de variedad tanto de personajes como de armas. Esto es hasta cierto punto comprensible por no darle más peso en la historia a la lucha, algo que le impide alcanzar la dimensión que merece, pero viendo lo bien implementados que están, me parece un absoluto desperdicio. Mientras lo jugaba, no paraba de pensar lo bien que le iría ese motor a un nuevo Barbarian. En cuanto a los puzles entiendo que tienen que estar ahí, por su importancia a la hora de retratar la psicosis de Senua, pero me siguen pareciendo de lo menos inspirado de la propuesta.
El estilo de juego sigue apostando muy fuerte por una experiencia fuertemente narrativa en la que todos los esfuerzos se centran en sumergir al jugadore en la mente de la protagonista de Senua’s Saga: Hellblade 2, y conseguir que entiendan como la psicosis altera sus sentidos y su capacidad para procesar todo lo que le está pasando. A esa narrativa, potentísima, yo no le puedo poner más peros que la inexplicable sensación que estamos ante un capítulo intermedio en el que el personaje de Senua transita pero sin evolucionar drásticamente, como sí que lo hizo en el primero.
Esa percepción empática de Senua y de su historia hacen que la epopeya del personaje de Ninja Theory alcance una dimensión trascendental, vital para conseguir uno de los objetivos principales del juego: dar visibilidad y generar empatía para con las personas afectadas por la psicosis.
Por su buen hacer en esa loable cruzada y por su espectacular apartado técnico, tanto sonoro como visual, me es imposible negarle la excelencia a Senua’s Saga: Hellblade 2, a pesar de que su narrativa no consigue catapultar a Senua a una nueva dimensión y que su nueva aventura, quizá por ser tan brillante, pasa como un suspiro. [85]