Después del fantástico Ninja Gaiden Ragebound, que también tiene a DotEmu detrás, los ninjas vuelven a estar de enhorabuena. Ese gremio de asesinos a sueldo, que en los videojuegos, curiosamente, siempre, o casi siempre, se retratan como salvadores del mundo, está siendo especialmente bien tratado en este 2025.
Encarnando al mítico Joe Musashi deberemos acabar con la amenaza que se cierne sobre la Tierra en su totalidad, en forma de un ejército imparable que ha sometido a todas las naciones. Con este encargo, similar a los que uno se encuentra un lunes por la mañana random en su correo al volver del fin de semana, Sega y DotEmu tienen de sobras para plantear un juego arcade con tintes plataformeros que luce de escándalo.
Con un Arte descomunal y muchísimo cariño para recuperar una saga histórica (en esto DotEmu tiene el culo pelado) con un título que ofrece sensaciones de varias generaciones a la vez, y todas ellas buenísimas.
Joe Musashi se deja controlar a la perfección, y los escenarios y personajes, pintados a mano con un gusto y una ambición muy loca, hacen que el juego sea un auténtico caramelo. Las horas que llevo no me han permitido avanzar mucho, porque la dificultad no tarda mucho en hacer acto de presencia a menos que cambies el nivel a uno de los más bajos, pero eso no ha alterado mi opinión de este Shinobi Art of Vengeance en absoluto. Y eso que yo no soy de juegos difíciles.
Si te gustan los arcades y los juegos preciosistas, Shinobi Art of Vengeance es un regalo inigualable que Sega se ha sacado de la manga como el que no quiere la cosa. Increíblemente bonito, muy divertido y con toda la magia de una franquicia legendaria de ninjas, Shinobi Art of Vengeance lo hace todo para convertirse en un ¿imprevisto? imprescindible.

