Qué bueno que es Neon White (Angel White, 2022). Recuerdo conversaciones con algunos colegas y la impotencia que sentía al ver que no les picaba la curiosidad por mucho que se lo vendiera, y todo por la forma de presentar los poderes.
En Neon White, por si no has tenido la suerte de jugarlo (está en Game Pass por si quieres una partidita rápida), los poderes se presentan como cartas. Así, puedes elegir el momento en el que usarlas. Pero Neon White no es un juego de cartas. Si tuviera que ponerle una etiqueta sería una tan random como Speed Run Narrativo, que aunque suena raro, es sorprendentemente descriptivo. No tiene nada que ver con ellos, pero hay muchos jugadores que no se acercan por pensar que es un juego de cartas.
Los poderes se utilizan de una forma muy similar a los Mario Kart, por poner un ejemplo, y que en vez de un Power Up el poder esté retratado como una carta no dictamina en absoluto el tipo de juego que es, que no podría estar más alejado de los juegos de cartas. El título de Angel White es un juegazo, seguramente de los mejores que he tenido la suerte de probar en los últimos años.
Pues bien, Balatro (LocalThunk, 2024), un título que conocí gracias a los amigos del podcast Reload, es un juego de cartas, sí, pero no es un juego de póker. A ver, es innegable que hay cartas de póker, y que las reglas, al menos una parte de ellas, vienen del póker, pero Balatro es, antes y por encima de todo, un Rogue Lite. Llamar a Neon White «juego de cartas» no es correcto. Decir que Balatro es un juego de cartas es muy simplista.
En Balatro no compites contra otros jugadores, ni controlados por la máquina. En Balatro compites contra tu propio conocimiento del meta ideado por LocalThunk, un meta compuesto por capas de bonificadores que se disparan entre ellos, posibilitando puntuaciones surrealistas para aquelles que son capaces de adentrarse en el entramado de reglas de este Roguelite.
A mi ab>el póker me da absolutamente igual, pero con Balatro llevo aproximadamente 20 horas de puro vicio. Cada run me pica más y me gustaría pensar que me acerca más a un estado de iluminación en el que pueda entender cuáles son las mejores combinaciones de Jokers, cartas de Tarot, de Planetas y demás para que cada nueva run sea un paseo en el que el límite de puntos sea el cielo y no el tormento actual, en el que para superar cada reto de los jefes sudo tinta.
Balatro anunció hace poco que había superado los 2 millones de unidades, y no me extraña. Esta maravilla indie, disponible en todos los sistemas, merece cada euro de los 14€ que cuesta, aunque solo sea por su capacidad adictiva de otro planeta. Juegazo.