Érase una vez yanqui llamado Tony. Nuestro amigo Tony se casó y vivió feliz con su esposa y su Wii, hasta que un buen día le mandaron a Irak para defender la democracia y para encontrar armas de destrucción masiva. Pasado un tiempo, nuestro colega supo que su esposa le había sido “casinfiel”, al quedar una vez con un colega y darse un besito nada más según ella, un pequeño desliz. (más…)